Los opioides van muy bien para controlar el dolor, pero tomar estos medicamentos
implica algunos riesgos. Pueden causar graves efectos secundarios y pueden conducir
a la dependencia, la adicción y la sobredosis. El uso inadecuado de estos medicamentos
ha contribuido a la crisis de los opioides en EE.UU. Cientos de personas mueren por
sobredosis de opioides cada día, y millones de personas luchan contra la adicción.
Si te han recetado un medicamento que contiene opioides, sigue está lista
de seguridad sobre los opioides. Comparte esta información con el padre u otro
adulto de confianza que te ayude a tomar, a conservar y a deshacerte de este medicamento.
Lista de seguridad sobre los opioides
- Toma el opioides exactamente como te lo hayan recetado. No tomes más cantidad
de medicamento que la que te hayan recetado. No tomes el medicamento más a
menudo de lo que te hayan recetado.
- No tomes ningún otro medicamento a menos que tú médico o
tu farmacéutico te dé antes el visto bueno.
- No bebas alcohol mientras tomes un medicamento que contenga opioides. Puede conducir
a graves problemas de salud, incluyendo la muerte.
- No conduzcas, montes en bicicleta ni utilices maquinaria mientras tomes el medicamento
porque te podría hacer sentir somnoliento.
- No tomes medicamentos que contengan opioides si estás embarazada o lo podrías
estar. Pueden causar graves problemas en el bebé.
- No compartas tus medicamentos con nadie.
- Haz que un padre u otro adulto de confianza:
- Guarde los opioides en un armario cerrado con llave y al que no puedan acceder
los niños, los amigos ni las visitas.
- Se fije bien en la cantidad de medicamento que hay en el frasco para que pueda
saber si hay alguien más que también lo está tomando.
- Se deshaga de una forma segura de cualquier resto de opioides en cuanto tú
los dejes de necesitar.
¿Qué tipo de opioides se suelen recetar a los niños y los
adolescentes?
Entre los opioides que se suelen recetar a niños y a adolescentes, se incluyen
los siguientes:
- hidrocodona con paracetamol en forma de jarabe (Hycet®) y de comprimidos (Vicodin®
y Lortab®)
- oxicodona con paracetamol en forma de jarabe (Roxicet®) y de comprimidos (Percocet®)
- hidromorfona en forma de jarabe y de comprimidos (Dilaudid®)
- morfina en forma de jarabe y de comprimidos
- oxicodona en forma de jarabe y de comprimidos
- otros; tu médico te puede recetar otro opioides que no pertenezca a esta
lista.
¿Cuáles son los riesgos de medicarse con opioides?
Si tomas un opioide para el dolor durante unos pocos días, puedes presentar
efectos secundarios como somnolencia, estreñimiento,
picor y molestias digestivas. Cuando los opioides se toman siguiendo las indicaciones
del médico, estos efectos pueden ser molestos, pero no peligrosos.
Pero tomar un opioide durante más tiempo se asocia a otros riesgos, como
los siguientes:
- desarrollo de tolerancia (necesitar una mayor cantidad de medicamento
para conseguir el mismo alivio del dolor)
- dependencia física (presentar síntomas de abstinencia
cuando se detiene la medicación)
- adicción (cuando alguien tiene un deseo acuciante de consumir
opioides y los seguirá tomando incluso aunque le creen problemas de salud,
relacionales y económicos)
Tomar una cantidad excesiva de un opioide o mezclarlo con otros medicamentos, drogas
y/o alcohol puede ocasionar una sobredosis
y la muerte.
¿Me podría volver adicto a los opioides?
La mayoría de los niños y de los adolescentes que toman opioides
durante períodos breves de tiempo siguiendo las indicaciones de sus médicos
no se vuelven adictos. Por ejemplo, un adolescente que se somete a una operación
o que se rompe un hueso y se medica con un opioide recetado siguiendo las indicaciones
de su médico es muy poco probable que se vuelva adicto. Pero tomar una mayor
cantidad del medicamento o tomarlo durante más tiempo del indicado aumenta
tus probabilidades de volverte adicto.
Compartir tus medicamentos con otras personas los expone al riesgo de adicción
o de sobredosis. No compartas tu medicamento con nadie.
¿Qué ocurre cuando alguien se vuelve adicto?
Algunas personas que se vuelven adictas a los opioides querrán tomar más
incluso después de que se les acaben los que les hayan recetado. Esto puede
llevar a conductas inapropiadas o arriesgadas, como mentir al médico para que
les hagan recetas nuevas, comprar opioides a amigos, robárselos a alguien o
a la familia, o bien comprar y consumir drogas que se venden en la calle (como la
heroína).
¿Por qué necesito cerrar con llave el lugar donde guardo los opioides?
A veces, algunas personas toman opioides que los médicos han recetado a
otras personas. Por ejemplo, un adolescente se puede tomar la medicación que
le han recetado a su hermano menor, o alguien se puede tomar el opioide de un amigo
para controlar el dolor, la ansiedad o vencer sus problemas para conciliar el sueño.
Estas personas pueden pensar que los opioides recetados
por los médicos son más seguros que las drogas que se venden en la calle
porque los recetan profesionales de la salud.
Pero los opioides de venta con receta médica pueden causar graves efectos
secundarios, dependencia, adicción y sobredosis. El hecho de guardarlos bajo
llave asegura que la única persona que los toma es aquella a quien se los han
recetado.
¿Cómo me puedo deshacer de una forma segura de medicamentos que
no voy a utilizar?
En cuanto concluyas tu medicación, uno de tus padres u otro adulto de confianza
se debería deshacer de una forma segura de cualquier resto de medicamento.
Pregunta a tu profesional de la salud o a tu farmacéutico cómo deshacerte
de una forma segura de cualquier medicamento que te sobre. Tal vez te recomienden
que tires el medicamento al váter, que lo mezcles con posos de café
y luego lo tires a la basura, o bien que lo lleves a un programa de recogida de medicamentos.
La Administración
de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. dispone
de más información al respecto.
¿Cómo puedo ayudar a alguien que tenga un problema de abuso de sustancias?
Llama a línea nacional de ayuda SAMHSA: 1-800-662-HELP (4357). Este servicio
gratuito y confidencial está disponible tanto en inglés como en español.
Fecha de revisión: enero de 2018