¿Qué es la apnea del prematuro?
La apnea del prematuro es una afección por la cual los bebés prematuros
(o nacidos antes de término):
- hacen una pausa en la respiración durante 15 a 20 segundos mientras duermen,
o bien
- hacen una pausa en la respiración durante menos de 15 segundos pero la
frecuencia cardíaca es lenta y el nivel de oxígeno es bajo
Después de su nacimiento, los bebés
deben respirar de forma continua para obtener oxígeno. En los bebés prematuros,
la parte del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) que se encarga
de controlar la respiración aún no está lo suficientemente madura
como para permitir la respiración ininterrumpida. Esto provoca grandes accesos de respiración enérgica seguidos
de períodos de respiración superficial o ausencia de respiración.
La apnea del prematuro suele desaparecer por sí
sola después de unas pocas semanas. Una vez que desaparece, no suele volver
a aparecer. Pero, sin lugar a dudas, provoca mucho temor mientras ocurre.
¿Qué ocurre durante la
apnea del prematuro?
La apnea del prematuro es bastante común en
los bebés prematuros. Los médicos suelen diagnosticar la afección
antes de que la madre y el bebé sean dados de alta del hospital y, comúnmente,
la apnea desaparece por sí sola a medida que el bebé madura.
En general, los bebés que nacen con menos
de 35 semanas de gestación tienen períodos en los que dejan de respirar
o la frecuencia cardíaca es más baja. (El nombre médico para
la frecuencia cardíaca más lenta es "bradicardia").
Estas anomalías en la respiración pueden comenzar después de
los dos días de vida y se extienden hasta de 2 a 3 meses después del
nacimiento. Los bebés más pequeños o más prematuros son
más proclives a la apnea del prematuro.
Si bien es normal que todos los bebés tengan
pausas en la respiración y en la frecuencia cardíaca, en los bebés
con apnea del prematuro la frecuencia cardíaca cae a menos de 80 pulsaciones
por minuto y esto hace que se vean pálidos o azulados. También se los
puede ver sin fuerzas y es posible que hagan ruido al respirar. Comenzarán
a respirar nuevamente por sí solos o bien necesitarán ayuda para volver
a hacerlo.
La apnea del prematuro no es lo mismo que la respiración
periódica, que también es común en los recién
nacidos prematuros. La respiración periódica es una pausa en la respiración
que dura unos pocos segundos y va seguida de varias respiraciones rápidas y
superficiales. La respiración periódica no provoca un cambio en el color
del rostro (como un color azulado alrededor de la boca) ni una caída de la
frecuencia cardíaca. Los bebés con respiración periódica
vuelven a respirar normalmente por sí solos. Si bien puede resultar atemorizante,
la respiración periódica no suele provocar otros problemas.
¿Cómo se trata la apnea
del prematuro?
La mayoría de los bebés prematuros
(en especial aquellos que tienen menos de 34 semanas de gestación al momento
de nacer) recibirán atención médica para la apnea del prematuro
en la unidad de cuidados intensivos
neonatales del hospital. Justo después del nacimiento, muchos de estos
bebés prematuros deben recibir ayuda para respirar porque sus pulmones son
demasiado inmaduros como para que respiren por sí solos.
La apnea del prematuro puede ocurrir una vez por
día o muchas veces por día. Los médicos observarán cuidadosamente
al bebé para asegurarse de que la apnea no se deba a otra afección,
como una infección.
Medicamentos
Muchos bebés con apnea del prematuro reciben
medicamentos con cafeína por boca o por vía intravenosa para estimular
su respiración. Una dosis baja de cafeína ayuda a mantenerlos alerta
y respirando regularmente.
Control de la respiración
Los bebés son observados de manera continua
para detectar señales de apnea. El monitor cardiorrespiratorio (también
conocido como "monitor de apnea y bradicardia") también controla la frecuencia
cardíaca del bebé. Si el bebé no respira durante una cantidad
establecida de segundos, se dispara una alarma y una enfermera controla inmediatamente
al bebé para ver si hay señales de peligro.
Si el bebé no comienza a respirar otra vez
dentro de un plazo de 15 segundos, un enfermero le frotará la espalda, los
brazos o las piernas para estimular la respiración. La mayoría de las
veces, los bebés comienzan a respirar nuevamente por sí solos con este
tipo de estímulo.
Si después de ser estimulado, un bebé
continúa sin respirar y está pálido o azulado, se le puede dar
oxígeno a través de una máscara o un balón de reanimación
manual. El enfermero o el médico colocarán la máscara sobre el
rostro del bebé y usarán la bolsa para bombear lentamente un poco de
oxígeno hacia los pulmones. En general, solo se necesitan unos pocos bombeos
para que el bebé comience a respirar nuevamente por sí solo.