Trastorno bipolar
El trastorno bipolar es una afección de salud mental que provoca altibajos extremos en el estado de ánimo y la energía de una persona. Las personas con trastorno bipolar pasan por períodos de muy poca energía llamados depresión y períodos de mucha energía o euforia llamados manía (o estados de ánimo maníacos).
Cuando las personas sufren cambios en el estado de ánimo, su forma de pensar, sentir y actuar también se ve afectada. Pueden tener dificultades para concentrarse en las tareas escolares o para llevarse bien con los demás. También son más propensas a hacer cosas arriesgadas.
El tratamiento del trastorno bipolar incluye medicamentos y terapia. El objetivo es ayudar a las personas a sentirse mejor y aprender formas de controlar su estado de ánimo.
¿Cuáles son las causas del trastorno bipolar?
No hay una causa única que explique la existencia del trastorno bipolar. Tener genes que lo predispongan y un familiar con trastorno bipolar aumenta la probabilidad de que alguien lo desarrolle. Pero no todas las personas con antecedentes familiares de la enfermedad padecerán trastorno bipolar. Además, los acontecimientos vitales muy estresantes pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno bipolar en personas que tienen los genes particulares de esta afección.
¿Cuáles son los signos y los síntomas?
Las personas con trastorno bipolar pasan de tener un estado de ánimo depresivo (de baja energía) a un período maníaco (de gran energía), pero también tienen períodos en los que se sienten bien y no se sienten ni deprimidos ni eufóricos.
Durante el período de depresión, las personas tienden a sentirse tristes o de mal humor durante al menos dos semanas.
También es posible que:
- tengan sentimientos de desesperanza y muy poca energía
- tengan dificultades para terminar las cosas o tengan problemas para concentrarse
- tengan problemas para dormir o duerman más de lo habitual
- coman menos o coman de más
- no disfruten de las actividades como antes o no interactúen tanto con los demás.
- tengan pensamientos de autolesión o suicidio
Durante el período maníaco, las personas suelen tener mucha energía durante unos 4-7 días. Pueden pensar y actuar de manera extrema. Por ejemplo, pueden:
- tener pensamientos que los estresan, hablar muy rápido o sin parar, o saltar de un tema a otro
- tener mucha energía o hacer las cosas de manera apresurada
- permanecer despierto durante días o no parecer necesitar dormir.
- actuar de manera demasiado cómica o extremadamente feliz
- usar poco criterio o tener conductas riesgosas como el consumo de drogas o de alcohol
- enojarse mucho, muy rápidamente
- pensar que son más importantes de lo que son o creen que tienen superpoderes.
¿Cómo diagnostican los médicos el trastorno bipolar?
Un profesional del cuidado de la salud mental te hará preguntas sobre el estado general de tu salud, incluidas las afecciones que pueden causar cambios en tu estado de ánimo. Además tendrás la posibilidad de hablar sobre tu estado de ánimo, lo que sientes y lo que piensas. Te preguntarán sobre cómo te va en la escuela, en tu casa y cómo te llevas con tus amigos. Los médicos también pueden preguntarte sobre la historia médica de tu familia.
¿Cómo se trata el trastorno bipolar?
El tratamiento para el trastorno bipolar incluye tomar medicamentos y hacer psicoterapia (terapia específica para tratar problemas de salud mental). Ambos tipos de tratamientos ayudan a mantener estable el estado de ánimo de la persona. Tomar solo medicamentos puede no ser suficiente.
Un tipo de psicoterapia llamada terapia cognitivo-conductual enseña al paciente a hacer una conexión entre lo que la persona siente y piensa, y su conducta. Un tipo de terapia cognitivo-conductual, conocida como terapia dialéctica conductual, ayuda a la mayoría de las personas con trastorno bipolar a concentrarse en cuatro aspectos clave:
- Tener conciencia plena. Las personas aprenden a estar totalmente presentes y conscientes de lo que está sucediendo en ese momento con sus sentimientos y pensamientos.
- Controlar las emociones. Esto significa comprender y responder de manera saludable a las emociones fuertes o difíciles.
- Tolerar el estrés. Las personas desarrollan mejores habilidades para afrontar situaciones graves o perturbadoras que pueden ser parte normal de la vida.
- Llevarse bien con los demás. Se enseñan habilidades para ayudar a las personas a comunicarse mejor y mejorar sus relaciones.
Con el tiempo y la práctica, estas habilidades pueden convertirse en parte de la vida diaria de una persona.
La terapia también tiene como objetivo establecer rutinas y metas, y encontrar formas de lograrlas. Un terapeuta puede ayudar a controlar el progreso. Durante la terapia, muchas personas descubren fortalezas que no sabían que tenían.
En los casos que sea posible y necesario, los padres podrían sumarse a las sesiones de terapia. Esto les permite a los padres comprender cuáles son las experiencias y emociones del trastorno bipolar y cómo lidiar con ellas. Esto puede ayudar a que las familias se sientan más unidas y tengan menos conflictos.
¿Qué más debería saber?
Casi todo el mundo tiene altibajos en la forma que se siente a lo largo de su vida. La mayoría de las veces, los cambios en el estado de ánimo no significan que una persona tenga trastorno bipolar.
Los cambios en el estado de ánimo podrían ser un signo de trastorno bipolar si:
- son extremos o intensos
- incluyen estados de ánimo depresivos y maníacos.
- afectan en gran medida la energía, el pensamiento y el comportamiento de una persona.
- afectan severamente la vida diaria.
Si estás preocupado por tu estado de ánimo y crees que podrías tener trastorno bipolar, habla con uno de sus padres, un médico, un profesional del cuidado de la salud mental u otro adulto de confianza.