Reconocer los propios sentimientos
La adolescencia se asocia a todo tipo de cambios, de modo que es normal que un
adolescente pase por altibajos emocionales. Si, encima, una persona se enfrenta al
sobrepeso, esto se puede sumar a esas emociones.
Por descontado, no a todo el mundo con sobrepeso le preocupa o le molesta el hecho
de tener algunos kilos de más. Muchos de nosotros conocemos a personas seguras
de sí mismas y felices que tienen sobrepeso y a personas delgadas que son inseguras
e infelices. Pero, puesto que la gente se suele sentir presionada para tener determinado
aspecto, los adolescentes con problemas de sobrepeso tienen más probabilidades
de sentirse mal a causa de su apariencia.
Si tienes sobrepeso puedes sentirte frustrado, enfadado o disgustado. Pero ser
consciente de estas emociones difíciles de sobrellevar es el primer paso para
poderlas abordar.
Saber identificar nuestras propias emociones es algo que requiere práctica.
A veces nuestras emociones son tan súbitas e intensas que nos cuesta saber
qué es lo que estamos sintiendo exactamente. Lo mejor es detenerse y prestar
atención en cuanto uno se da cuenta de que hay algo que lo altera. Intenta
identificar qué es lo que estás sintiendo sin juzgarte a ti mismo. Debes
decirte a ti mismo, "Estoy enfadado, [o triste, o frustrado]".
Si estás disgustado, pero no estás
seguro del porqué, te puede ayudar mucho hablar con alguien de confianza, como
un buen amigo, un familiar o un terapeuta o psicólogo.
Conversar sobre las cosas que nos preocupan también nos puede ayudar a encontrar
formas de abordar los sentimientos.
Si te cuesta hablar sobre tus sentimientos o crees que los demás no te van
a entender, lleva un diario personal, haz un dibujo o alguna otra cosa que te ayude
a elaborar o a dar sentido a esas emociones tan difíciles. Cuanto más
tiempo dediques a explorar tus emociones, más hábil serás para
saberlas afrontar conforme las vayas sintiendo. Y eso también te facilitará
el proceso de encontrar soluciones a tus problemas.
Preocupaciones de carácter social
A una persona con sobrepeso le puede preocupar lo que los demás puedan pensar
sobre ella. Cuando la gente te juzga de una forma injusta, te puede hacer sentir que
lo que te está ocurriendo solo es por tu culpa. Padres, hermanos o amigos bienintencionados
pueden empeorar las cosas al hacerte sugerencias sobre la alimentación y el
ejercicio. Si bien estas personas hacen comentarios con buena intención, pueden
interpretarse como críticas.
Algunos adolescentes con sobrepeso son objeto de burlas y acoso. Las burlas y el
acoso pueden hacerte sentir triste o avergonzarte. El temor de ser juzgado te puede
llevar a evitar estar con otra gente. Es posible que dejes de hacer las cosas que
solías disfrutar. Lo mejor que puedes hacer es
participar en situaciones sociales para que tanto tú como otras personas dejen
de fijarse en tu peso y pasen a fijarse en ti como persona.
Preocupaciones de carácter social: qué puedes hacer
He aquí algunas idas que te ayudarán a manejar ciertas situaciones
de carácter social:
- Puedes ofrecerte como voluntario
para participar en algo que te gusta mucho hacer. Las personas con quienes te relacionarás
cuando seas voluntario compartirán tus intereses y todo se centrará
en una meta común.
- Inscríbete en actividades o clubes extraescolares.
- Averigua qué actividades organiza tu biblioteca local, la Asociación
Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés) o el grupo de
teatro juvenil de tu barrio.
- Concéntrate en hacer uno o dos amigos íntimos. Saber que cuentas
con un par de buenos amigos que te apoyarán es importante para pasar los buenos
y malos momentos.
Recuerda que todo el mundo experimenta cierta timidez
cuando llega a una situación nueva, incluso aquellas personas que parecen realmente
seguras de sí mismas. Tal vez prefieras que te acompañe un amigo para
que te apoye cuando inicies la nueva actividad.
Pero, ¿y qué pasa si tus amigos y familiares
no te ofrecen la ayuda que necesitas? Si te sientes presionado o incomprendido por
tus amigos o parientes, explícales cómo te sientes. Por ejemplo, diles
que no te ayudan nada cuando te sugieren que comas como otra persona o cuando te comparan
con ella. Hazles saber qué es lo que tú valoras (como un elogio cuando
haces bien las cosas) y qué es lo que no te gusta (como los comentarios que
te hacen sobre tu peso o las lecciones que te dan sobre la comida y el ejercicio físico).
Si te acosan
Si se meten contigo o eres objeto de acoso:
- Busca a un amigo que pueda estar contigo cuando la persona que te acosa esté
cerca.
- Habla con los amigos que te apoyan.
- Escribe en tu diario personal cómo te hacen sentir los comentarios de los
demás. Seguidamente utiliza afirmaciones positivas sobre ti para superar ese
dolor y tomar conciencia de tus cualidades. Por ejemplo, puedes compensar un comentario
como "¡Qué gordo que estás!" diciéndote a ti mismo: "Mi
peso no es el que desearía tener, pero soy una persona buena e interesante".
- Ignora a la gente que se mete contigo o te acosa con comentarios negativos e inapropiados.
Pero, si la situación te afecta mucho, es posible que te interese dar la cara
y defenderte. Di cosas positivas sobre ti y habla sobre tus puntos fuertes sin enfrentarte
directamente a la persona de un modo que empeoraría las cosas.
- No te dejes dominar por tus emociones. Si lloras o te enojas les mostrarás
a los matones que han dado en el clavo, y es posible que incluso intensifiquen el
acoso. Y, si pierdes los estribos, tendrás la sensación de que has perdido
el control y te sentirás todavía más indefenso.
- Habla con tu consejero
escolar, uno de tus padres u otro adulto de confianza y pídele ideas sobre
cómo deberías reaccionar ante los comentarios hirientes de otras personas.
Autoestima
Hay personas con sobrepeso que tienen la autoestima alta.
Saben centrarse en sus logros y enorgullecerse de sí mismos. Pero hay mucha
gente que, aparte de luchar con su peso, también lucha con su propia autoestima,
sobre todo cuando la gente puede ser poco comprensiva.
Cuando tenemos pensamientos y sentimientos negativos sobre nuestro
cuerpo, estos sentimientos pueden repercutir sobre otras áreas de nuestra
vida. Los pensamientos negativos pueden afectar a la confianza de esa persona en sí
misma y hacer difícil el logro de metas. Por ejemplo, a alguien que piense:
"No puedo perder peso" o "Santo Dios, estoy condenado a tener sobrepeso" lo tendrá
mucho peor a la hora de intentar adelgazar. Esta es una de las razones de que sea
tan importante reconocer las emociones negativas y esforzarse en modificarlas.
Tanto el tiempo que se puede tardar en perder peso como la tendencia natural a
tener pequeños "deslices" alimentarios de vez en cuando pueden llevar a la
gente con sobrepeso a sentirse desanimada y decepcionada. Esto puede evolucionar hacia
la autocrítica, el enfado o incluso la culpa por el hecho de haber decepcionado
a amigos y familiares.
A veces, los sentimientos difíciles, acompañados
de una constante preocupación por el peso, hacen que una persona coma más
de la cuenta. Pero hay una forma de romper el ciclo y construir autoestima sana.
Cuestiones de autoestima: qué puedes hacer
Empieza por quererte a ti mismo. Si eres proclive a despreciar tu cuerpo o a menospreciarte
a ti mismo, céntrate en tus virtudes y en aquellas cosas que sabes hacer bien.
Otra buena manera de hacer crecer tu autoestima es cumplir las metas que te has
fijado tú mismo. Si estás intentando perder peso, haz que tu meta consista
en modificar tu comportamiento, en vez de en perder peso. Fragmenta las grandes metas
en metas pequeña, menos exigentes y más realistas, y comprueba lo que
has conseguido con regularidad para ir constatando tus pequeños avances. Por
ejemplo, tu meta inicial podría consistir en prepararte un almuerzo saludable
un día a la semana.
Otra forma de sentirte bien contigo mismo es encontrar a otras personas que te
apoyen. Habla con ellas sobre cómo te sientes y sobre cómo te pueden
ayudar (incluso aunque solo necesites que te escuchen y te entiendan).
Tu médico es otro recurso que también te puede ir de maravilla. Pide
a uno de tus padres que pida hora de visita para que puedas hablar con él sobre
tu peso, una nutrición adecuada y el ejercicio
físico. Tu médico también te podría remitir a un dietista
para que te ayude a diseñar una dieta saludable. El profesional que trabaja
en la enfermería de tu centro de estudios también te puede dar buenas
ideas sobre cómo hacerte cargo de tu salud.
Depresión
Cuando desaparece la seguridad en uno mismo y la autoestima sufre las consecuencias,
resulta sumamente difícil seguir un programa para perder peso.
Si crees que podrías estar deprimido,
díselo a alguien. Si piensas a menudo en la muerte o el suicido, es muy importante
que se lo cuentes a uno de tus padres o a otro adulto de confianza (como tu orientador
escolar o una autoridad religiosa). Existen líneas de ayuda para crisis relacionadas
con el suicidio (como 1-800-SUICIDE, en los EE.UU.) o el 911. Ambas líneas
disponen de profesionales entrenados disponibles las 24 horas del día, siete
días a la semana.
No hay ninguna duda de que tener sobrepeso puede ser muy duro, tanto desde el punto
de vista emocional como desde el físico.
Pero hay formas de sentirse mejor, como tomar conciencia de las propias emociones,
pensar en positivo y contar
con el apoyo de otras personas.
Fecha de revisión: junio de 2018