Los niños que necesitan una cirugía tal vez se sientan estresados. Quizás tengan muchas preguntas. Saber qué esperar y obtener respuestas a esas preguntas los puede ayudar a sentirse más cómodos.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Para ayudar a su hijo, puede hacer lo siguiente:
Hable con el equipo de cirujanos sobre lo que ocurrirá antes, durante y después de la operación. Obtenga respuestas a todas las preguntas que tenga. Anime a su hijo a hacerle preguntas al equipo también.
Responda las preguntas de su hijo con sinceridad, con palabras adecuadas a su edad. Los niños más pequeños suelen necesitar menos detalles que los mayores. Si no sabe la respuesta a alguna pregunta, dígale a su hijo que la averiguará. O pregúntele si quiere que busquen juntos la respuesta. Estas son algunas de las preguntas que pueden tener los niños:
¿Tendré que quedarme en el hospital después de la operación?
Si el hospital cuenta con un especialista en vida infantil, pregúntele a su hijo si le gustaría reunirse con ese profesional. Los especialistas en vida infantil reciben capacitación especial para hablar con los niños, dándoles información y tranquilizándolos al mismo tiempo.
En el caso de niños más pequeños, pueden leer juntos libros sobre una visita al hospital. El equipo de cirujanos puede recomendarle algunos que hayan sido escritos para niños de la edad de su hijo.
Reconozca las emociones de su hijo. Hágale saber que está bien tener miedo y hasta estar enojado. Ofrézcale muchos abrazos y dígale que estará con él antes y después de la operación.
Los niños más pequeños tal vez deseen llevar un animal o una manta especial al hospital. Dígale a su hijo que la cuidará mientras esté en la cirugía y se la devolverá en cuanto el cirujano se lo permita.
Si su hijo debe quedarse en el hospital, ayúdelo a planificar actividades para hacer mientras se recupera. Cuando se sienta bien, su hijo tal vez quiera ver videos, escuchar música, usar un teléfono celular u otro dispositivo, o recibir visitas.
¿Qué más debo saber?
Si cuida de usted mismo, puede ofrecerle más apoyo a su hijo. Esté dispuesto a aceptar ayuda de su familia y amigos. Intente comer bien y dormir lo suficiente. Si su hijo tiene una afección grave o una cirugía mayor, le puede ayudar hablar sobre sus sentimientos con un psicólogo, un trabajador social o un consejero.