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Estrés infantil: Cómo pueden ayudar los padres
Todos los niños y adolescentes se sienten estresados en algún momento. El estrés es una respuesta normal a los cambios y los desafíos. Y la vida está llena de ellos, incluso durante la infancia.
Solemos pensar que el estrés es algo negativo, causado por malos acontecimientos. Pero los acontecimientos positivos que están por llegar (como una graduación, las vacaciones o actividades nuevas) también pueden provocar estrés.
Los niños y adolescentes sienten estrés cuando hay algo que requiere que se preparen, adapten o protejan. Sienten estrés cuando algo que les importa está en riesgo. Con frecuencia, los cambios causan estrés; aun cuando el cambio sea para mejor.
El estrés tiene una finalidad. Es una señal para prepararse.
¿Cuándo puede ser beneficioso el estrés?
En cantidades pequeñas y cuando los niños cuentan con el apoyo adecuado, el estrés puede ser un impulso positivo. Puede ayudar a los niños a estar a la altura de un desafío. Puede ayudarlos a hacer los esfuerzos necesarios para alcanzar una meta, concentrar sus esfuerzos y cumplir con plazos. Este tipo de estrés positivo permite que los niños desarrollen habilidades y fortalezas internas que reciben el nombre de "resiliencia".
¿Cuándo puede ser nocivo el estrés?
Si el estrés o la adversidad son muy intensos, graves, duraderos o repentinos, pueden superar la capacidad del niño para afrontar la situación. El estrés puede ser nocivo cuando los niños no dejan de estar estresados ni un minuto o cuando no cuentan con el apoyo o las habilidades que necesitan para afrontarlo. Con el paso del tiempo, el estrés excesivo puede afectar la salud física y mental de los niños.
Como padre, usted no puede evitar que sus hijos sientan estrés. Pero sí puede ayudar a los niños y adolescentes a hacer frente a la situación. Puede hacer lo siguiente:
- Ayudarlos a usar el estrés positivo para alcanzar metas, adaptarse a los cambios, enfrentar desafíos y adquirir confianza.
- Darles más apoyo y estabilidad cuando atraviesen acontecimientos vitales que les causen estrés.
- Protegerlos de los efectos nocivos del exceso de estrés, como el estrés crónico y el estrés traumático.
¿Qué es el estrés positivo?
El estrés positivo es el estrés breve que los niños y los adolescentes sienten al enfrentar un desafío. Puede ayudarlos a prepararse y concentrarse. Puede motivarlos a alcanzar sus metas, a hacer las cosas o intentar cosas nuevas. Tal vez sientan estrés positivo antes de un examen, un partido importante o un recital. Cuando enfrentan el desafío, el estrés desaparece.
El estrés positivo les da a los niños la posibilidad de crecer y aprender.
He aquí un ejemplo: La presión diaria de llegar a la escuela a horario hace que los niños se pongan los zapatos, junten sus cosas y vayan a esperar el autobús. Pero si los niños no saben cómo usar ese estrés positivo o no tienen las habilidades necesarias para afrontarlo, podría desatarse una carrera frenética hacia el autobús que deje alterados tanto a los niños como a los padres.
Qué pueden hacer los padres: cuando se trate de la preparación para la escuela por la mañana (o cualquier otro momento de estrés normal) podemos estar tentados de intervenir y preparar todo por el niño. Pero esto no ayuda a los niños a aprender a aprovechar el estrés positivo. Por el contrario, enséñeles a sus hijos cómo prepararse pero no lo haga por ellos. Esto requiere más tiempo y paciencia, pero vale la pena.
Este tipo de estrés positivo puede llevar a los niños a adaptarse y a adquirir las habilidades necesarias para afrontar la situación. Puede prepararlos para manejar desafíos y oportunidades más importantes.
¿Qué es el estrés causado por un acontecimiento vital?
Acontecimientos vitales complejos
Muchos niños y adolescentes enfrentan adversidades o acontecimientos vitales. Algunos se enferman o deben permanecer en un hospital. Otros tienen padres que se divorcian. Algunos enfrentan la muerte de un ser querido, se mudan a un nuevo vecindario o van a una nueva escuela. Cualquiera de estos acontecimientos vitales pueden causar estrés.
Cuando los niños enfrentan acontecimientos vitales complejos, tal vez sientan estrés de forma intermitente por unos días o semanas, hasta que se adaptan.
Qué pueden hacer los padres: Los padres pueden ofrecer mayor apoyo y estabilidad. Escuche a su hijo y hable con él. Ayúdelo a sentirse seguro y amado. De ser posible, hágale saber lo que debe esperar. Hable sobre lo que ocurrirá, qué puede hacer para enfrentar la situación y de qué manera lo ayudará. Consuélelo y demuéstrele su cariño. Establezca rutinas sencillas que lo ayuden a sentirse a gusto.
Acontecimientos vitales positivos
Incluso los acontecimientos vitales que consideramos positivos pueden resultar estresantes. Una gran fiesta de cumpleaños, el primer día del año escolar, la graduación, las vacaciones o un viaje pueden causar estrés en los niños y adolescentes.
Qué pueden hacer los padres: Los padres pueden ayudar a sus hijos pequeños y adolescentes a prepararse para lo que vendrá. Hable sobre cómo será la situación y céntrese en los aspectos positivos. Permita que, en la medida de lo posible, los niños opinen sobre los planes. Escuche lo que piensan y cómo se sienten. Si están estresados, hágales saber que es normal y que pueden enfrentar esta situación. Usted estará con ellos para lo que necesiten.
¿Qué es el estrés crónico?
Cuando los acontecimientos vitales complejos provocan estrés que dura más que unas pocas semanas, se dice que el estrés es crónico. El estrés crónico es complejo para los niños si no desaparece ni por un minuto o si no cuentan con el apoyo que necesitan o las habilidades para afrontar la situación y contrarrestar el estrés.
Tener una enfermedad grave que se prolonga durante mucho tiempo puede causar estrés crónico. Lo mismo ocurre con la pérdida de uno de los padres o un familiar cercano, o al atravesar una adversidad prolongada. Y hacer frente a algunas situaciones, como la discriminación, el racismo y la violencia con armas de fuego puede provocar estrés crónico. Con el paso del tiempo, el estrés de este tipo puede afectar la salud física y mental de los niños y adolescentes. Pero hay cosas que pueden prevenir los efectos nocivos del estrés crónico.
Qué pueden hacer los padres:
- Ayude a sus hijos a sentirse seguros, amados y cuidados. Esta es la mejor manera de contrarrestar el estrés. Sentirse cerca suyo y saber que usted los ama y acepta es más importante que nunca. Ofrézcales rutinas, como el mismo horario de acostarse para dormir, comer juntos o estar con ellos después de la escuela. Las rutinas proporcionan un ritmo y permiten que los niños sepan que hay cosas con las que pueden contar.
- Enséñeles habilidades para afrontar las situaciones. Los niños se sienten mejor cuando saben que hay cosas que pueden hacer por sí mismos para contrarrestar el estrés. Los niños de cualquier edad pueden aprender a respirar con calma y a meditar, así como a poner en práctica lo aprendido. También existen muchas otras habilidades por aprender.
- Ayúdelos a dejar de sentir estrés por un momento. Hágalos jugar, dibujar o pintar, pasen tiempo al aire libre, lean un libro, toquen un instrumento o pasen un tiempo con amigos y parientes. Estas actividades no son tan solo una diversión. Ayudan a los niños y adolescentes a sentir emociones positivas que contrarrestan el estrés.
- Comuníquese con el médico o el psicólogo de su hijo. A veces, el estrés crónico requiere más apoyo del que los padres pueden proporcionar.
- Defienda a su hijo. En algunos casos, los factores que causan estrés crónico están fuera del control de su hijo. Si ocurre esto, puede ser conveniente que los padres enfrenten de forma directa las causas de estrés (por ejemplo, comunicarse con el personal de la escuela si su hijo sufre de acoso o bullying).
¿Qué es el estrés traumático?
Este es el estrés que acompaña a los acontecimientos traumáticos graves, intensos o repentinos. Los traumas, como los accidentes o las lesiones graves, las amenazas, el abuso o la violencia pueden desencadenar este tipo de estrés.
Los padres pueden intervenir para proteger a sus hijos cuando saben que están siendo maltratados o acosados. Pero no siempre es posible proteger a los niños de todos los tipos de traumas. Si los niños y adolescentes sufren estrés traumático, los padres pueden ayudarlos a recibir la atención y el cuidado que necesitan para recuperarse.
Qué pueden hacer los padres:
- Bríndeles a los niños y adolescentes mayor apoyo y cariño. Esté allí para escucharlos y hablar. Permítales saber que están seguros. Valide sus sentimientos y acéptelos. Hágales saber que, con el tiempo, se sentirán mejor.
- Comuníquese con el médico o el psicólogo de su hijo. Algunos niños necesitan terapia para sanarse del estrés traumático. Los padres pueden participar de la terapia y aprender cuál es la mejor forma de ayudar a su hijo.
- Pasen tiempo positivo juntos. Anime a sus hijos pequeños y adolescentes a hacer cosas que disfruten. Pueden ser cosas que hagan junto con usted o solos, como disfrutar de la música, la naturaleza o el arte. Estas actividades despiertan emociones positivas capaces de contrarrestar parte del estrés que dejó el trauma.
- Deles a los niños y adolescentes la posibilidad de hacer uso de sus fortalezas en su vida diaria. Los traumas y el estrés pueden hacer que sus hijos se sientan vulnerables, ansiosos o inseguros. Saber qué pueden hacer y quiénes son puede ayudarlos a sentirse fuertes y con confianza.