Cinco maneras de contrarrestar el aumento de peso durante el verano
Cuando pensamos en el verano, casi todos pensamos en divertirse al aire libre. Por eso, parecería que naturalmente perderemos peso en el verano en lugar de aumentar de peso.
Sin embargo, la realidad es que el verano no se limita al voleibol de playa y a los deportes acuáticos. Muchas de las actividades del verano pueden desbaratar nuestros esfuerzos por mantener un peso saludable (¿quién no se tienta con postres deliciosos y disfruta de las barbacoas?). La buena noticia es que es fácil evitar problemas si sabes a qué debes estar atento.
Aquí encontrarás cinco formas de contrarrestar el aumento de peso durante el verano:
- No pierdas de vista tus metas. Cuando no tenemos un plan, es fácil pasar el verano yendo del sillón a la computadora, con una parada regular en la nevera. Evita esto poniéndote una meta específica, como hacer voluntariado, dominar una nueva habilidad o trabajar. Simplemente asegúrate de tener un tiempo de descanso para relajarte un poco.
- Respeta un horario. Sin los horarios de la escuela, perdemos nuestras rutinas diarias. Si no tienes un trabajo o una actividad específica que te obligue a salir de la cama, fácilmente dormirás hasta tarde, mirarás demasiada televisión y comerás más tentempiés de lo habitual. Asegúrate de que tus días de verano tengan cierta estructura, como levantarte a la misma hora todos los días y comer a horarios establecidos. Planifica actividades a horarios específicos, como hacer ejercicio físico antes del desayuno. Si tienes tiempo, ofrécete a preparar la cena un par de noches a la semana para que todos puedan disfrutar de una cena en familia.
- Mantente ocupado. Cuando estás aburrido, es muy fácil caer en la trampa y no hacer nada. Esto te hará sentir sin energía. Además de ayudarte a evitar devorar todo el frasco de galletas, llenar tu día con cosas para hacer te dará cierta satisfacción. En especial si el trabajo de verano con el que soñabas o esa actividad que tanto habías planeado no se concretan. Limita el tiempo que pasas ante una pantalla (esto incluye el televisor, la computadora y los videojuegos) a no más de 2 horas diarias (arma un cronograma y anota estas horas).
- No dejes que el calor te venza. No permitas que el calor del verano te impida hacer ejercicio físico. Comienza a hacer ejercicio físico en interiores. Si no te gusta ir a un gimnasio, puedes probar bowling o escalar en interiores. Si disfrutas del aire libre, prueba a unirte a una piscina local o pasar tu salida a correr o tu partido de fútbol habituales a la mañana o la noche.
- Piensa en lo que comes y cómo lo haces. El verano es sinónimo de pícnic y barbacoa; dos actividades que tienen que ver con una cantidad ilimitada de comida. Ve a tu ritmo. No te sirvas por demás. Evita volver a servirte comida en el plato. Escoge alimentos saludables y de estación, como frutas frescas, en lugar de postres con un alto contenido de grasa y azúcar. Haz que lo importante sea reunirte con tus amigos y tu familia, no la comida. Otro buen consejo para las comidas de verano es limitar los gustos congelados que te das, como los helados, a no más de una vez por semana.
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Nota: Toda la información es únicamente para uso educativo. Para obtener consejos médicos, diagnósticos y tratamientos específicos, consulte con su médico.
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