Si estás pasando por la pubertad, tu voz podría empezar a quebrarse y podrías hacer "gallos" al hablar. La voz de todos los niños cambia durante la pubertad, pero la de algunos cambia más que la de otros. Sigue leyendo para saber por qué ocurre esto y qué puedes esperar al respecto.
Cuando hablas, el aire sale de tus pulmones y hace que tus cuerdas vocales vibren (se muevan hacia delante y hacia atrás). Las cuerdas vocales son unos músculos finos y flexibles que se extienden de un lado a otro de la laringe como si fueran gomas elásticas. Si alguna vez has tirado de una goma elástica, probablemente habrás oído el sonido agudo que hace. Una goma elástica más gruesa hace un sonido más grave o un tono más bajo cuando se pulsa. Tus cuerdas vocales se estiran y vibran de una forma similar.
Las cuerdas vocales forman parte de la laringe, también llamada caja de resonancia. Antes de llegar a la pubertad, la laringe y las cuerdas vocales son pequeñas y finas. Por eso, tu voz es más aguda que la de los adultos.
En la pubertad, la laringe aumenta de tamaño y las cuerdas vocales se alargan y se engrosan, de modo que la voz se vuelve más grave. Mientras tu cuerpo se va adaptando a esos cambios, tu voz se puede "quebrar" o "romper", y te pueden salir gallos al hablar. Pero se trata de algo temporal. Cuando la laringe acabe de crecer, tu voz dejará de hacer esos gallos.
Durante la pubertad, la laringe tiende a crecer y a engrosarse mucho más en los chicos que en las chicas, gracias a una hormona llamada testosterona. Cuando la laringe crece mucho y se vuelve más gruesa, se inclina hacia un ángulo diferente y se puede ver una protuberancia en la parte delantera de la garganta. Esto se conoce como la nuez o la manzana de Adán.
La gente suele pensar que la nuez es cosa de hombres, pero recuerda que cada persona es diferente: no todos los hombres adultos tienen nuez, mientras que hay algunas mujeres que sí la tienen. Eso solo depende de cuánto crezca tu laringe durante la pubertad.
Cada persona tiene su propio ritmo de crecimiento, pero la voz de la mayoría de los niños empieza a cambiar entre los 11 y los 14 años de edad. Hay algunas voces que cambian rápidamente, mientras que otras pueden tardar unos años en acabar de cambiar.
Si es algo que todavía te ha ocurrido a ti, no te preocupes. Y si estás pasando por eso ahora, no te estreses por los ruidos raros que puedas hacer, porque es algo que le ocurre a todo el mundo. Te puede ayudar el hecho de conversar con uno de tus padres, un hermano mayor o un amigo que ya haya hecho el cambio de voz. Tranquilo, porque antes de que te des cuenta, tu voz sonará clara, fuerte y ¡mucho más adulta!
Nota: Toda la información es únicamente para uso educativo. Para obtener consejos médicos, diagnósticos y tratamientos específicos, consulte con su médico.
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Imágenes obtenidas de The Nemours Foundation y Getty Images.
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