¿Qué
puede esperar durante esta visita?
Lo más probable es que el pediatra y/o el personal de enfermería
que atienden a su hijo hagan lo siguiente:
1. Midan el peso, la estatura y el perímetro cefálico de
su hijo representen estas medidas en las curvas
de crecimiento. El pediatra también calculará y representará
el índice de masa corporal (IMC) de su hijo.
2. Administren a su hijo una prueba de detección que ayuda
a identificar de forma precoz el autismo.
3. Le hagan preguntas, le resuelvan inquietudes y le den consejos
sobre los siguientes aspectos relacionados con su hijo:
Comida.
No se sorprenda si su hijo se saltea alguna comida principal de forma ocasional o
si le encanta un alimento en concreto un día y no lo soporta al día
siguiente. Programe tres comidas principales y dos o tres tentempiés nutritivos
al día. Usted es quien controla el menú, pero deje que sea su hijo quien
decida cuánto quiere comer.
Orina y deposiciones. La mayoría de los niños están
preparados para aprender a utilizar el inodoro cuando tienen entre 2 y 3 años.
Es posible que usted haya detectado conductas que indican que su hijo ya está
preparado, como las siguientes:
- mostrar interés por el váter (como observar cómo usan el
váter sus padres o hermanos, sentarse en el inodoro, etc.)
- tener secos los pañales durante periodos más largos
- subirse y bajarse los pantalones con ayuda
- relacionar la sensación de orinar o de hacer de vientre con ir al baño
- comunicar que sus pañales están mojados o sucios
Sueño. Por lo general, los niños de 2 años
necesitan dormir aproximadamente
de 11 a 14 horas al día, incluyendo una siesta.
Desarrollo. Alrededor de los 2 años, es habitual que muchos
niños:
- digan más de 50 palabras
- digan dos palabras juntas para formar una frase ("Como manzana")
- se hagan entender por lo menos la mitad del tiempo
- sigan instrucciones de dos pasos (recoge la pelota y tráela)
- corran bien
- pateen una pelota
- bajen escaleras
- tracen líneas y garabatos circulares
- jueguen junto a otros niños
4. Hagan una exploración física a su hijo desvestido
mientras usted está presente. Esta incluirá explorar los ojos del niño,
examinarle los dientes, auscultarle el corazón y los pulmones y prestar atención
a los movimientos, el uso del lenguaje
y el comportamiento del niño.
5. Actualicen sus vacunas. Las vacunas protegen a los niños
de importantes enfermedades propias de la infancia, de modo que es fundamental que
su hijo las reciba a tiempo. Los programas
de vacunación pueden variar entre distintos consultorios médicos;
por lo tanto, pregunte al pediatra al respecto.
6. Soliciten pruebas. Es posible que el pediatra evalúe
el riesgo de su hijo a la exposición
al plomo, la anemia, el colesterol
elevado y/o la tuberculosis
y que, en caso de ser necesario, solicite las pruebas pertinentes.