¿Qué puedo hacer si recibo acoso cibernético?
A veces la gente tiene miedo o no está segura de si la están acosando.
Y no hace nada para detenerlo. Si te están acosando, si alguien se está
metiendo contigo utilizando comentarios hirientes o si conoces a alguien que está
siendo objeto de este tipo de comportamiento, no hay ningún motivo para que
lo sufras en silencio. De hecho, deberías informar sobre cualquier mensaje
de texto, publicación o correo electrónico de carácter ofensivo
que recibas o leas.
Explícaselo a alguien. La mayoría de expertos coinciden
en lo siguiente: Lo primero que se debe hacer es contárselo a un adulto de
confianza. Es algo que suele resultar más fácil de decir que de hacer.
La gente acosada es posible que se sienta avergonzada o que tenga reticencias a informar
sobre el acosador. Algunas personas dudan porque no están seguras al 100% sobre
de quién se podría tratar. Pero el acoso puede ir a peor, de
modo que explica lo que te ocurre hasta que encuentres a alguien que te pueda ayudar.
A veces, la policía puede identificar a acosadores anónimos en línea,
de modo que suele merecer la pena informarla.
La mayoría de los padres están tan preocupados por proteger a sus
hijos que a veces se centran en tomar medidas preventivas para detener el acoso. Si
alguien te está acosando y temes perder tus privilegios para utilizar el teléfono
o conectarte a Internet, explica lo que temes a tus padres. Explícales lo importante
que es para ti estar conectado y colabora con ellos hasta que encuentren una solución
que no suponga ningún castigo para ti. También deberías negociar
con ellos el uso seguro del teléfono y de la computadora; lo más importante
es empezar por mantener el acoso cibernético bajo control.
También puedes hablar con tu orientador escolar, un profesor de confianza
o un miembro de tu familia. Si el acoso cibernético te está hundiendo
anímicamente (si está afectando a tu sueño o a tu concentración),
la terapia psicológica te puede ayudar. Si no te sientes preparado para acudir
a un profesional, busca apoyo en un adulto de confianza.
Aléjate. Lo que funciona con el acoso en persona, propio
del mundo real, también funciona con el acoso cibernético, propio del
mundo virtual. Ignorar al acosador es la mejor forma de extraerle su poder, aunque
no siempre sea fácil hacerlo (tanto en el mundo real como en el virtual).
Si alguien te está molestando, prueba a no conectarte a la computadora o
a apagar el teléfono durante un rato. No contestes, y no reenvíes nunca
el mensaje del acosador a otra persona. Encuentra algo para desconectarte de lo que
te está ocurriendo y distraerte. Haz algo que te apasione y que te impida pensar
en lo que te está pasando, como tocar la guitarra, salir a correr, o perderte
en un buen libro o una buena película. También puedes conversar con
uno de tus padres o con tu hermano o jugar con tu mascota.
Si te tomas este tipo de respiros, te ayudará a relativizar las cosas y
a centrarte en lo bueno de la vida. También te dará algo más
de tiempo para averiguar cómo quieres llevar las cosas.
No caigas en la tentación de responder o de contraatacar.
Si te alejas y te tomas un respiro ante el acoso cibernético, no te dejarás
llevar por la tentación de contraatacar y enzarzarte en una pelea virtual con
el acosador o los acosadores. Responder cuando uno se siente ofendido puede empeorar
todavía más las cosas. (Plantarle cara al acosador puede funcionar en
algunas ocasiones, pero lo más probable es que el acosador se sienta provocado
e intensifique el acoso). Si te tomas un respiro, ¡recuperarás de nuevo
tu poder!
Aunque no sea una buena idea responder al acosador, es conveniente guardar
pruebas del acoso. Te podrán ayudar a demostrar el acoso, en caso necesario.
No hace falta que conserves correos electrónicos agresivos u otro tipo de comunicados
en un lugar donde los veas constantemente; puedes pedir a uno de tus padres que haga
una copia y los guarde en un pen drive.
Informa sobre el acoso. Las redes sociales se lo toman muy en
serio cuando la gente utiliza sus servicios para publicar mensajes o contenidos crueles
o despectivos o para crear cuentas falsas. Si un usuario informa sobre el uso incorrecto,
como el acoso, el administrador del sitio puede bloquear al acosador, impidiéndole
utilizar el servicio en el futuro. Si te están acosando mediante mensajes de
móvil y/o de correo electrónico, informa al servicio telefónico
o al administrador de correo electrónico (como Comcast, Google y Verizon).
Bloquea al acosador. La mayoría de los dispositivos electrónicos
e informáticos disponen de funciones que permiten bloquear electrónicamente
al acosador o a los acosadores. Si no sabes cómo utilizar esta función,
pregúntaselo a un amigo o a un adulto.
Conéctate de una forma segura. Protege mediante contraseña
tu teléfono inteligente y tus cuentas de Internet, y cambia a menudo las contraseñas.
Asegúrate de no compartir tus contraseñas con nadie más que tus
padres o tutores. También es conveniente pensárselo bien antes de compartir
por Internet información personal, fotos o videos, que no te interesa que lleguen
a todo el mundo. Una vez se publica una foto o un menaje en Internet, puede ser difícil
o imposible de borrar. Por lo tanto, sé cauto cuando cuelgues fotos o respondas
a los mensajes ofensivos de otras personas.
Si el acosador es amigo tuyo
Si tienes un amigo que sabes que está actuando como acosador cibernético,
reúnete con él a solas para hablar. Sin hacerle de menos, defiende tus
propios principios: hazle saber que lo que está haciendo no es correcto.
Explícale que el acoso puede tener graves consecuencias: para el acosador,
la víctima del acoso e, incluso, para los testigos, entre quienes te incluyes
tú y tus amigos.
Fecha de revisión: abril de 2018