Las despedidas llenas de llantos y rabietas son habituales en los primeros años
de la vida de un niño. En torno al primer cumpleaños, muchos niños
desarrollan ansiedad de separación, alterándose cuando uno de sus padres
intenta dejarlos con otra persona.
Aunque la ansiedad de separación es perfectamente normal en el desarrollo
de un niño, puede ser inquietante.
Entender lo que está viviendo su hijo y disponer de unas pocas estrategias
de afrontamiento puede ayudarles, tanto a usted como a su hijo, a sobrellevar esta
etapa.
Sobre la ansiedad de separación
Los bebés se adaptan bastante bien a otros cuidadores. ¡Lo más
probable es que los padres sientan más ansiedad cuando se tengan que separar
de sus bebés que los mismos bebés! Siempre que se satisfagan todas sus
necesidades, la mayoría de los bebés menores de seis meses se adapta
con facilidad a que los cuiden otras personas.
Entre los cuatro y los siete meses de edad, los bebés desarrollan el sentido
de la "permanencia de objeto". Comienzan a darse cuenta de que las cosas y las personas
existen aunque ellos no las puedan ver. Los bebés aprenden que, cuando no pueden
ver a mamá o a papá, significa que se han ido. No entienden el concepto
del tiempo, de modo que no saben que mamá volverá y se pueden alterar
y sentir inquietos en su ausencia. Independientemente de que mamá esté
en la cocina, en la habitación de al lado o en la oficina, para un bebé
es lo mismo, y es posible que llore hasta que mamá vuelva a su lado.
Entre los ocho meses y el año de edad, los niños se están
volviendo cada vez más independientes, pero se sienten todavía más
inseguros cuando se separan de sus padres. Es en esta etapa cuando se desarrolla la
ansiedad de separación, y los niños se ponen nerviosos y alterados cuando
uno de sus padres se intenta ir.
Independientemente de que usted vaya a la habitación de al lado durante
unos segundos, deje a su bebe con un cuidador por la tarde o lo lleve a un jardín
de infancia, su pequeño podría reaccionar llorando, aferrándose
a usted y resistiéndose a que lo atienda otra persona.
La edad exacta a la que aparece la ansiedad de separación puede variar de
un niño a otro. Algunos niños pueden presentarla más adelante,
entre los 18 meses y los 2½ años de edad. Hay algunos que nunca la llegan
a experimentar. Y hay otros para quienes algunos acontecimientos vitales estresantes
pueden desencadenar sentimientos de ansiedad con respecto a separarse de sus padres:
un nuevo cuidador o un cambio en la forma de cuidarlos, el nacimiento de un
hermano, un cambio de domicilio o tensiones en casa.
¿Cuánto dura la ansiedad de separación?
La duración de la ansiedad de separación varía, dependiendo
de cada niño y de cómo respondan sus padres. En algunos casos y dependiendo
del temperamento del niño, la ansiedad de separación puede durar desde
la primera infancia hasta los años de la escuela primaria.
Cuando la ansiedad de separación interfiere en las actividades normales
del niño, puede ser un indicador de que el niño padece un trastorno
de ansiedad más profundo. Si la ansiedad de separación aparece de
repente en un niño mayor, podría haber otro problema, como el acoso
escolar (o bullying) o los malos tratos.
La ansiedad de separación es diferente de los sentimientos normales que
experimentan los niños mayores cuando no quieren que uno de sus padres se vaya
(que generalmente se superan distrayendo al niño con otra cosa). Y los niños
entienden perfectamente el efecto que su comportamiento ejerce sobre sus padres. Si
usted entra corriendo en la habitación cada vez que su hijo llora y anula todos
sus planes, su hijo seguirá utilizando esta táctica para evitar la separación.