Si está estresado por el coronavirus, no es el único. El coronavirus
(COVID-19) ha tenido grandes efectos en casi todos los aspectos de nuestras vidas.
Está influyendo en la vida que llevamos cada día. Han cambiado mucho
las cosas en muy poco tiempo.
Es natural sentir ansiedad
cuando afrontamos una crisis, lo desconocido o un cambio repentino. Es una reacción
normal que sintamos la necesidad de tener seguridad, certidumbre, predictibilidad
y control.
La ansiedad es una emoción normal y sirve como una señal a la que
debemos prestar atención para protegernos a nosotros mismos. La ansiedad nos
alerta. Y nos lleva a adaptarnos. Pero, cuando nos sentimos agobiados o superados
por la ansiedad, esta emoción nos puede perjudicar en vez de ayudarnos.
Cuando sucumbimos a la ansiedad, somos menos capaces de estar a la altura de los
desafíos que debemos afrontar y a veces nos bloqueamos.
Aquí encontrará algunos consejos que lo pueden ayudar a afrontar
la ansiedad y a darle una mayor sensación de control, incluso en tiempos de
incertidumbre. Son técnicas sencillas, de efectos beneficiosos y probados.
Siga las recomendaciones de los expertos. Primero, infórmese
bien sobre qué debe hacer para evitar propagar
los gérmenes. Esto no solo lo ayudará a mantenerse más seguro,
¡sino que también les dará a usted y a su hijo una mayor sensación
de control! Siga las indicaciones de los expertos sobre salud y seguridad. Lávese
las manos a conciencia y con frecuencia. Mantenga limpias las superficies. Quédese
en casa siempre que pueda. Si necesita salir, use
una mascarilla y manténgase a una distancia segura de los demás. Al
seguir estas recomendaciones, se protegerá usted mismo, a su familia y a su
comunidad.
Perciba, etiquete y acepte sus emociones. Cuando se sienta ansioso,
dígase a sí mismo con calma: "Bueno, aquí está mi ansiedad
otra vez". El mero hecho de ponerle nombre a lo que sentimos nos ayuda a reducir lo
que nos preocupa.
Acepte la ansiedad como una de las muchas emociones que tiene.
No la ignore, no luche contra ella, no la rechace ni la tema. No se juzgue a sí
mismo por sentirla. Sea amable consigo mismo. Dese permiso para ser humano.
Mantenga la perspectiva y fíjese en lo bueno. No deje que
la ansiedad tome las riendas de todo. Es una parte de su vida emocional, pero no lo
es todo. Deje espacio para plantearse retos: ¿hay algo que está yendo
bien? ¿Qué cosas positivas han ocurrido que me hagan pensar que estos
pensamientos de ansiedad podrían no ser apropiados?
Dirija su atención y practique la conciencia plena (mindfulness).
Cuando perciba pensamientos de ansiedad, debe entender que no se debe obsesionar con
ellos. Dirija la atención hacia cosas que lo ayudan a sentir la calma. Puede
usar técnicas como la visualización guiada (fácil de encontrar
en YouTube o Google Video) o practicar la conciencia plena (mindfulness) que lo ayuda
a focalizarse en el aquí y ahora.
Practique la respiración. El mero hecho de detenerse y
respirar lo puede tranquilizar en un momento difícil. Puede ayudar hacer una
pausa antes de reaccionar, y elegir cómo reaccionar. Sobre todo, la "respiración
abdominal" o diafragmática le puede ser de gran ayuda. Practíquela de
5 a 10 minutos al día. Pruebe la aplicación "Belly Bio", que se puede
descargar de forma gratuita.
Acérquese emocionalmente a los demás. Mantenerse
en contacto con sus amigos y familiares es bueno para usted y para ellos. Sentirse
cerca de los demás reduce la ansiedad, lo que se sabe que estimula el sistema
inmunitario. Aunque nos quedemos en casa más tiempo, nos podemos mantener
en contacto a través del teléfono, los chats de vídeo y otros
medios de comunicación social. Podemos sentirnos cerca, incluso mientras estamos
separados. Practique el distanciamiento físico, pero la conexión social.
Practique la gratitud. Percibir que estamos agradecidos es un
poderoso remedio contra la ansiedad. Mostrar gratitud es otra forma de sentirse cerca
de los demás. Es bueno para su estado de ánimo y para su salud. Dé
un "gracias" sencillo y sentido de corazón. Haga una lista de las cosas por
las que está agradecido. Envíele una carta a una persona que lo haya
ayudado. Deje que sus seres queridos sepan lo mucho que significan para usted.
Déjese sorprender por la naturaleza. Hasta solo 5 minutos
invertidos en valorar la naturaleza puede reducir la ansiedad y bajar la tensión
arterial. Aumenta nuestro bienestar emocional. Y nos recuerda que formamos parte de
algo más grande que nosotros mismos.
Manténgase activo. Aunque se quede en casa, encuentre formas
de mantenerse activo cada día. Hay muchas formas de mantenerse activo en el
exterior manteniendo el distanciamiento social (también llamado "distanciamiento
físico"). El ejercicio físico relaja. Genera hormonas que estimulan
el sistema inmunitario. Si no puede salir de casa, haga una clase por internet de
mantenimiento físico.
Mantenga su equilibrio. Calmar la ansiedad no significa ignorar
los problemas. Se trata de encontrar nuestro equilibrio para poder afrontar bien las
cosas; o sea que nos podemos ayudar a nosotros mismos y a los demás, a pesar
de esta situación. Podemos mantener la calma y la sensación de bienestar
incluso cuando estamos afrontando una gran incertidumbre.
Pida ayuda cuando la necesite. Si su ansiedad lo está superando;
si le cuesta dormir, comer o relacionarse con los demás como solía hacer,
pida ayuda. La mayoría de los profesionales de la salud mental están
ofreciendo visitas de telesalud
durante los días de confinamiento y pueden atender a pacientes nuevos. ¡No
tema pedir ayuda durante esta etapa estresante!
Fecha de revisión: julio de 2020