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Afecciones ortopédicas más frecuentes en la infancia

Muchos niños pequeños tienen las piernas arqueadas (genu varum), los pies planos, las piernas en X (genu valgum), pie varo, pie valgo o andan de puntillas. 

A menudo estas afecciones se van corrigiendo por sí solas a medida que los niños van creciendo, sin requerir ningún tipo de tratamiento. 

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Piernas arqueadas

Las piernas arqueadas (también conocidas como "genu varum") son una curvatura exagerada hacia afuera de las rodillas. Es habitual en los bebés y, en muchos casos, se corrige de forma natural con el crecimiento. 

Pies planos

La mayoría de los bebés nacen con los pies planos y van desarrollando los arcos de los pies a medida que van creciendo. Pero en algunos niños, el arco nunca se acaba de desarrollar por completo. Tener los pies planos no suele ser un motivo para preocuparse y no debería interferir en la práctica de ningún deporte. A veces, los médicos recomiendan introducir en el calzado unos soportes o plantillas especiales para el arco a fin de aliviar el dolor. 

Pie varo (hacia adentro)

Los bebés pueden tener un giro connatural en las piernas hasta que empiezan a ponerse de pie y andar. Pero, cuando crecen, algunos de ellos pueden seguir andando con los pies orientados hacia adentro. Esto no suele interferir en las conductas de andar, correr ni hacer deporte, y suele remitir por sí solo cuando los niños alcanzan la etapa de la adolescencia. 

Piernas en X

Hay muchos niños que tienen las piernas en X (genu valgum) entre los 3 y los 6 años de edad. Esta afección casi nunca requiere tratamiento porque las piernas se suelen enderezar por sí solas. 

Pie valgo (hacia afuera)

El pie valgo consiste en que los pies se orientan hacia afuera al caminar. Ocurre muy a menudo en los niños cuando están aprendiendo a andar. No duele y suele mejorar por sí solo con la edad. 

Andar de puntillas

Caminar de puntillas (cargando el peso en los dedos de los pies) es habitual en los niños pequeños que están aprendiendo a andar. Suele desaparecer en torno a los 2 años de edad, pero persiste en algunos niños. Si un niño que está sano por lo demás sigue andando de puntillas, es posible que su médico recomiende fisioterapia para que aprenda ejercicios de estiramiento.