Si a su hijo, en edad infantil o adolescente, le han diagnosticado una diabetes
tipo 1, el siguiente paso consistirá en ayudarlo a mantenerse sano y activo.
Los planes de tratamiento de la diabetes tipo 1 se basan en las necesidades específicas
de cada niño y en las recomendaciones
de su equipo de atención de la diabetes. Los enfoques del tratamiento pueden
diferir entre sí en el tipo de insulina que se usa y en los horarios en que
se administra este medicamento cada día. Se deben tener en cuenta las ventajas
y las desventajas de cada plan en concreto para cada niño.
El tratamiento de la diabetes tipo 1: aspectos fundamentales
La concentración
de glucosa en sangre es la cantidad de glucosa que contiene la sangre. La glucosa
es la principal fuente de energía de las células del cuerpo y llega
a ellas a través del torrente sanguíneo. Hay una hormona, llamada insulina, que permite
que la glucosa entre en las células. En la diabetes tipo 1, el cuerpo ha dejado
de fabricar insulina, de modo que la glucosa no puede entrar en las células
del cuerpo. Esto hace que aumente la concentración de glucosa en sangre.
Las metas del tratamiento en los niños con
diabetes consisten en controlar esta afección de tal forma que:
- les ayude a tener un crecimiento y un desarrollo físico y emocional normales
- prevenga posibles problemas de salud a corto y a largo plazo
Para lograrlo, los padres y los niños deben tener como objetivo mantener
las concentraciones de azúcar en sangre lo más cerca posible de los
márgenes deseables.
Por lo general, los niños con diabetes tipo 1 necesitan:
- inyectarse insulina según las indicaciones de sus médicos
- llevar una dieta saludable y equilibrada, prestando una atención especial
a la cantidad de hidratos de carbono que ingieren
- medirse la concentración de azúcar en sangre siguiendo las indicaciones
de sus médicos
- hacer actividad física con regularidad
Seguir el plan de tratamiento permite que los niños se mantengan sanos,
pero tratar la diabetes no es lo mismo que curarla. Hasta ahora, no hay cura para
esta enfermedad; por lo tanto, los niños con una diabetes tipo 1 necesitarán
tratarse durante el resto de la vida. Pero, con el cuidado adecuado, deberían
verse y sentirse sanos, así como llevar una vida larga y productiva, al igual
que los demás niños.
Administrar la insulina según las indicaciones del médico
Los niños y los adolescentes con una diabetes tipo 1 se deben inyectar insulina
como parte de su plan de tratamiento. La insulina es el único medicamento que
puede mantener la concentración de azúcar en sangre dentro de unos márgenes
saludables.
Inyectarse insulina siguiendo las indicaciones del médico les permite usar
la glucosa que contiene la sangre como fuente de energía. Cuando la glucosa
entra en las células y se utiliza correctamente, la concentración del
azúcar en sangre se mantiene dentro de unos márgenes saludables.
Los ácidos y los jugos digestivos del estómago y de los intestinos
pueden descomponer y destruir la insulina cuando se traga; por eso, esta hormona no
se puede tomar en forma de pastilla. La única forma de introducir la insulina
en el cuerpo es mediante inyecciones, sea a través de una aguja o usando una
bomba de insulina. A no ser que estén usando una bomba de insulina, la mayoría
de los niños necesitan dos o más inyecciones diarias de insulina para
mantener las concentraciones de azúcar en sangre bajo control. Por lo general,
se necesitan dos tipos diferentes de insulina para controlar las necesidades de azúcar
en sangre tanto después de comer como entre comidas.
No hay una forma universal de administrar insulina que sea válida para todos
los casos: los tipos de insulina utilizados y la cantidad de inyecciones diarias que
necesita cada niño dependerán de su plan de control de la diabetes.
Las dosis de insulina se deben adaptar a fin de controlar el aumento del azúcar
en sangre que ocurre después de las comidas y de proporcionar la cantidad de
insulina que necesita el cuerpo entre comidas y por la noche.
Seguir un horario de comidas regular suele hacer que esto sea más fácil.
Aunque seguir un horario regular para comer puede funcionar bien con niños
pequeños, es posible que sea todo un reto con niños mayores y adolescentes,
cuyos horarios escolares, de actividades sociales y de sueño suelen varían.
El equipo de atención de la diabetes lo puede ayudar a resolver los problemas
que su hijo pueda tener para organizarse las comidas y las inyecciones de insulina.
En la actualidad, ponerse inyecciones de insulina es prácticamente indoloro,
gracias a la existencia de agujas muy pequeñas. Las bombas de insulina (que
administran insulina a través de un tubito colocado debajo de la piel) reducen
la cantidad de inyecciones que son necesarias.
La insulina se suele inyectar en la capa de grasa que hay debajo de la piel del
abdomen, las caderas, los glúteos, los brazos o los muslos. El equipo de atención
de la diabetes de su hijo le enseñará cuándo y cómo inyectar
la insulina, así como cuáles son los mejores lugares donde inyectarla,
basándose en el peso, la edad y los patrones de actividad de su hijo.