10 maneras de ayudar a su hijo adolescente a lograr el éxito en la escuela secundaria
Los padres pueden desempeñar un papel fundamental para ayudar a los adolescentes
a alcanzar el éxito en la escuela informándose y ofreciendo algo de
apoyo y orientación. Aunque los adolescentes están buscando independencia,
la participación activa de los padres es un ingrediente importante para el
éxito académico.
Aquí encontrará 10 maneras de mantener a su hijo adolescente enfocado
para alcanzar el éxito en la escuela secundaria.
1. Asista a la reunión de inicio de clases y las reuniones
entre padres y maestros
Los adolescentes se desempeñan mejor en la escuela cuando sus padres apoyan
sus esfuerzos académicos. Asistir a la reunión nocturna de inicio de
clases o a la sesión de puertas abiertas de la escuela es una excelente manera
de conocer a los profesores de su hijo adolescente y sus expectativas. Los administradores
de la escuela pueden conversar sobre políticas y programas que se aplican en
toda la escuela y opciones para después de la educación secundaria que
los padres y los tutores de los estudiantes deben conocer.
Asistir a las reuniones
de padres y maestros es otra manera de mantenerse informado, aunque en la escuela
secundaria, el personal suele organizar estas reuniones solo cuando la participación
de los padres es necesaria para hablar sobre inconvenientes, como problemas de conducta,
bajas calificaciones o, por el contrario, la posibilidad de que un estudiante se beneficie
con el trabajo en una clase avanzada.
Si su hijo adolescente tiene necesidades de aprendizaje o de conducta especiales,
se pueden programar reuniones con los maestros y otro personal de la escuela para
considerar la creación o la revisión de los planes
de educación individualizada (IEP), planes
de educación 504 o planes
de educación para estudiantes con un talento excepcional.
Recuerde que los padres y los tutores pueden solicitar reuniones con los profesores,
los directores, los consejeros escolares u otro personal de la escuela en
cualquier momento durante el transcurso del año escolar.
2. Visite la escuela y su sitio web
Conocer la distribución física del edificio y el predio de la escuela
puede ayudarlo a conectarse con su hijo adolescente cuando hablen acerca del día
en la escuela. Es bueno conocer la ubicación de la oficina principal, la enfermería,
la cafetería, el gimnasio, los campos de atletismo, el auditorio y las clases
especiales.
En el sitio web de la escuela, puede encontrar información sobre lo siguiente:
- el calendario escolar
- los contactos del personal de la escuela
- los eventos especiales, como viajes de estudio
- las fechas de las evaluaciones
- las calificaciones actuales y los trabajos que aún no se han entregado
- la información de inscripción y los horarios de los deportes, los
clubes y otras actividades extracurriculares
- los recursos para estudiantes para la vida
después de la escuela secundaria
Muchos profesores tienen sus propios sitios web y allí dan a acceso a libros
de texto y a otros recursos, e incluyen los trabajos para hacer en el hogar, y las
fechas de las evaluaciones. Además, en los sitios del distrito, de la escuela
o de los profesores, se suelen ofrecer recursos especiales para los padres y los estudiantes.
3. Apoye las expectativas de tarea en el hogar
Durante los años de la escuela secundaria, los deberes
se intensifican más y las calificaciones se vuelven fundamentales para
los planes universitarios. Los estudiantes que tienen planeado ir a la universidad
también se deben preparar para los exámenes SAT y/o ACT. Entre todos
estos cambios, muchos adolescentes están aprendiendo a equilibrar las actividades
académicas y las extracurriculares, sus vidas sociales y sus trabajos.
Una forma importante de ayudarlo es asegurarse de que su hijo adolescente tenga
un lugar silencioso, bien iluminado y sin distracciones para estudiar, y que cuente
con todo el material necesario. Sin distracciones significa sin teléfono,
sin televisor y sin acceso a Internet salvo por los recursos relacionados con
el trabajo que debe hacer. Asegúrese de controlar de vez en cuando que su hijo
no se haya distraído.
Siéntese regularmente con su hijo adolescente para revisar la carga de la
clase y asegurarse de que esté equilibrada y ayúdelo a mantenerse al
día con su cronograma de estudio y deberes.
Anime a su hijo a pedir ayuda cuando la necesite. La mayoría de los profesores
están disponibles para ofrecer más ayuda o para quedarse después
de la escuela, y tal vez le puedan recomendar otros recursos.
4. Envíe a su hijo adolescente a la escuela preparado para
aprender
Un desayuno nutritivo les da energía a los adolescentes
y los prepara para el día que tienen por delante. En general, los adolescentes
que toman el desayuno tienen más energía y tienen un mejor desempeño
en la escuela.
Puede ayudar a mejorar el período de atención, la concentración
y la memoria de su hijo con un desayuno que incluya alimentos ricos en granos enteros,
fibras y proteínas, además de poco azúcar agregado. Si su hijo
llega tarde algunas mañanas, envíele fruta fresca, frutos secos, yogur
o un emparedado de banana y mantequilla de maní. Muchas escuelas ofrecen opciones
de desayuno nutritivo antes de ingresar.
Los adolescentes también necesitan dormir
lo suficiente (aproximadamente 8½ a 9½ horas por noche) para estar
alerta y listos para aprender durante todo el día. Pero el horario de inicio
escolar temprano (además de agendas cargadas con clases, tareas, actividades
extracurriculares y amigos) significa que es común que los adolescentes no
duerman lo suficiente. La falta de sueño se relaciona con una menor capacidad
de atención, una menor memoria de corto plazo, un desempeño irregular
y un tiempo de respuesta más lento.
La mayoría de los adolescentes también tienen un cambio
en los patrones de sueño y sus cuerpos les dicen que permanezcan despiertos
hasta más tarde en la noche y se despierten más tarde por la mañana.
Lo ideal es que los adolescentes se vayan a dormir a la misma hora todas las noches
y se levanten a la misma hora todas las mañanas. Puede ayudarlo si le recuerda
apagar el teléfono y limitar los videojuegos y el televisor antes de la hora
de ir a dormir. Las siestas durante el día también pueden retrasar el
horario de ir a dormir; por lo tanto, es conveniente que los adolescentes no duerman
siesta después de la escuela. Muchos adolescentes intentan recuperar las horas
de sueño perdidas en el fin de semana. Pero intente que el horario de ir a
dormir y de levantarse de su hijo sea dentro de un período máximo de
dos horas del horario habitual de la semana.
5. Enséñele a su hijo a organizarse
Aprender a dominar las habilidades de organización, concentración
y visualización de un trabajo hasta el final ayudará a los adolescentes
en prácticamente todo lo que hagan. Pero esto no suele enseñarse de
forma explícita en la escuela secundaria; por lo tanto, los adolescentes pueden
beneficiarse si los padres los orientan con las habilidades de organización
y administración del tiempo.
Los padres y los tutores pueden ayudar a los adolescentes a conservar los trabajos
y la información de las clases en organizadores, cuadernos o carpetas organizados
por materia. La creación de un calendario ayudará a los adolescentes
a reconocer las fechas de entrega próximas y a planificar su tiempo de manera
acorde. No se olvide de decirle a su hijo que incluya los compromisos no académicos
en el calendario.
También es útil para los adolescentes hacer listas de tareas diarias
con prioridades y estudiar y hacer los deberes en un lugar bien iluminado, silencioso
y ordenado. Puede recordarle a su hijo que cuando se trata de estudiar y hacer los
deberes, hacer varias cosas a la vez es una pérdida de tiempo. Lo más
conveniente es trabajar en un lugar sin distracciones, como el televisor y los mensajes
de texto.
6. Ofrézcale ayuda para estudiar
La planificación es fundamental para ayudar a su hijo a estudiar mientras
realiza trabajos para varias materias. Como las calificaciones son realmente importantes
en la escuela secundaria, planificar el estudio es fundamental para alcanzar el éxito,
en especial cuando su hijo tiene parte de su tiempo ocupado con actividades extracurriculares.
Cuando tenga muchas cosas para estudiar, ayude a su hijo a dividir las tareas en
bloques de menor tamaño y a respetar su calendario de estudio para que no termine
estudiando para varias evaluaciones en una noche. Recuérdele a su hijo que
debe tomar apuntes en clase, organizarlos por materia y revisarlos en su casa.
Si las calificaciones son buenas, es posible que su hijo no necesite ayuda con
el estudio. Sin embargo, si sus calificaciones comienzan a bajar, tal vez sea hora
de involucrarse. La mayoría de los padres siguen necesitando ayudar a sus hijos
adolescentes con la organización y el estudio; no crea que los adolescentes
pueden hacerlo solos simplemente porque están en la escuela secundaria.
Ayude a su hijo a revisar el material y a estudiar con técnicas sencillas
como preguntas simples, pedirle que complete una oración con la palabra faltante
y preparándole evaluaciones de práctica. Cuantos más procesos
utiliza el cerebro para manejar la información (como escribir, leer, hablar
y escuchar) más probable es que se retenga la información. Repetir palabras,
leer párrafos en voz alta, volver a escribir apuntes o visualizar o diagramar
la información son actividades que ayudan al cerebro a retener los datos.
Aun cuando su hijo solo esté volviendo a leer sus apuntes, ofrézcale
hacerle preguntas, centrándose en los hechos o las ideas que más le
cuestan. Anime a su hijo adolescente a hacer problemas de práctica para matemática
o ciencias. Si el material supera sus conocimientos, recomiéndele que le pida
ayuda a un compañero de clase o al profesor, o considere ponerse en contacto
con un tutor (algunas escuelas ofrecen programas de tutoría gratuitos entre
pares).
Y recuerde que es mejor dormir bien por la noche que trasnochar para estudiar.
Los estudios recientes demuestran que los estudiantes que dejan de dormir para estudiar
tienen más probabilidades de tener dificultades en las evaluaciones al día
siguiente.
7. Conozca las políticas de disciplina y hostigamiento
Todas las escuelas tienen reglas y consecuencias para el comportamiento de los
estudiantes. Las escuelas suelen incluir las políticas de disciplina (también
llamadas "código de conducta de los estudiantes") en los manuales del estudiante.
Las reglas suelen cubrir las expectativas y las consecuencias de no alcanzar las expectativas,
en aspectos como conducta, código de vestimenta, uso de dispositivos electrónicos
y lenguaje aceptable de los estudiantes.
Las políticas tal vez incluyan detalles sobre la asistencia, el vandalismo,
el hecho de copiarse en un examen, las peleas y las armas. Muchas escuelas también
tienen políticas específicas sobre el hostigamiento
(bullying). Es útil conocer la definición de hostigamiento de la escuela,
las consecuencias para los hostigadores, el apoyo que se da a las víctimas
y los procedimientos para denunciar el hostigamiento. El hostigamiento por mensajes
de texto o redes
sociales también se debe denunciar en la escuela.
Es importante que su hijo sepa qué se espera en la escuela y que usted apoyará
las consecuencias impuestas por la escuela cuando no cumpla las expectativas. Cuando
las expectativas de la escuela coinciden con las del hogar, todo es más sencillo
para los estudiantes porque ven los dos entornos como lugares seguros y cuidados que
trabajan juntos como equipo.
También es importante informarle que los educadores pueden comunicarse con
oficiales encargados de hacer cumplir la ley si se cometen infracciones graves y las
consecuencias pueden variar según la edad de los estudiantes.
8. Involúcrese
El voluntariado en la
escuela secundaria es una excelente manera de demostrar que está interesado
en la educación de su hijo adolescente.
Sin embargo, tenga en cuenta que si bien a algunos adolescentes les agrada ver
a sus padres en la escuela y en los eventos escolares, otros tal vez se sientan avergonzados por la presencia
de sus padres. Esté atento a las necesidades de su hijo para determinar
el grado de interacción adecuado para ambos y decidir si es conveniente ofrecerse
como voluntario en cosas menos visibles. Deje en claro que no está allí
para espiar; simplemente está intentando ayudar a la comunidad escolar.
Los padres y los tutores pueden participar activamente de las siguientes maneras:
- actuar como encargado del curso
- organizar y/o trabajar en actividades de recaudación de fondos y otros
eventos especiales, como venta de alimentos, lavado de automóviles, ferias
del libro o ventas en los eventos deportivos
- acompañar en los viajes de estudio y los bailes
- asistir a las reuniones del directorio de la escuela
- unirse al grupo de padres y maestros de la escuela
- trabajar como asistente en la biblioteca
- actuar como mentor o tutor de los estudiantes
- leer un cuento a la clase
- dar una charla el día de las profesiones
- asistir a los conciertos, las obras de teatro y los eventos deportivos de la escuela
Visite el sitio de la escuela o del distrito escolar para encontrar oportunidades
de voluntariado que se adapten a sus horarios. Incluso dedicar unas pocas horas durante
el año escolar puede ser una buena impresión para su hijo.
9. Tómese en serio la asistencia de su hijo a clase
Los adolescentes no deben ir a la escuela si tienen fiebre, náuseas, vómitos
o diarrea. De lo contrario, es importante que lleguen a la escuela puntualmente todos
los días, porque tener que ponerse al día con el trabajo de la clase,
los proyectos, las evaluaciones y los deberes puede resultar estresante e interferir
con el aprendizaje.
Los adolescentes pueden tener muchas razones para no querer ir a la escuela; hostigamiento, tareas
difíciles, bajas calificaciones, problemas sociales o problemas con los compañeros
de clase o los maestros. Hable con su hijo (y después con un consejero o un
administrador de la escuela) para saber qué es lo que está causándole
ansiedad.
Los estudiantes también pueden llegar tarde a la escuela debido a problemas
de sueño. Mantener fijos los horarios diarios de sueño puede ayudar
a evitar el cansancio y las llegadas tarde.
En el caso de los adolescentes con un problema
de salud crónico, los educadores trabajarán junto con las familias
y es posible que reduzcan la carga de trabajo o las tareas para que los estudiantes
no se atrasen. Un plan
504 puede ayudar a los adolescentes con necesidades médicas o
problemas de salud a tener éxito en la escuela. Hable con los administradores
de la escuela si está interesado en desarrollar un plan 504 para su hijo.
10. Hágase tiempo para hablar sobre la escuela
Como los adolescentes pasan mucho tiempo del día fuera del hogar (en la
escuela, en las actividades extracurriculares, sus trabajo o con sus amigos), para
los padres y tutores puede resultar un desafío mantenerse
conectados con ellos. Si bien las actividades escolares, los nuevos intereses
y los círculos sociales más amplios son el centro de la vida de muchos
estudiantes de la escuela secundaria, los padres y los tutores continúan siendo
las anclas que les ofrecen amor, orientación y apoyo.
Tómese el tiempo para hablar con su hijo todos los días, para que
sepa que lo que ocurre en la escuela es importante. Cuando los adolescentes saben
que sus padres están interesados en su vida académica, se toman la escuela
seriamente.
Como la comunicación es un "ida y vuelta", la manera en la que usted hable
con su hijo adolescente y lo escuche puede tener un efecto sobre la manera en la que
su hijo escucha y responde. Es importante escuchar atentamente, hacer contacto visual
y evitar hacer otras cosas mientras conversan. Recuerde que debe hablar con
su hijo, no a su hijo. Asegúrese de hacer preguntas abiertas que exijan
más que un simple "sí" o "no" como respuesta.
Además de las comidas familiares, algunos buenos momentos para hablar son
los viajes en automóvil (obviamente, en este caso no es necesario el contacto
visual), el paseo del perro, la preparación de las comidas o los momentos de
espera en la caja de una tienda.
Cuando los adolescentes saben que pueden hablar abiertamente con sus padres, los
desafíos de la escuela secundaria pueden ser más fáciles de enfrentar.
Fecha de revisión: agosto de 2018
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