Prevenir el sobrepeso en los niños significa
tomar decisiones inteligentes sobre la forma en que su familia se alimenta y hace
ejercicio y sobre cómo pasan el tiempo cuando están juntos. Ayudar a
los niños a llevar un estilo de vida saludable empieza con el buen ejemplo
de los padres.
¿Qué problemas de salud causa la obesidad?
La obesidad aumenta las probabilidades de que un niño desarrolle problemas
médicos que pueden afectar a su salud actual y futura. Entre ellos, se incluyen
afecciones graves como la diabetes
tipo 2, la hipertensión arterial y el colesterol alto, que antes se consideraban
como exclusivas de la etapa adulta.
Los niños obesos y con sobrepeso también se exponen a tener:
- problemas óseos y articulares
- falta de aliento y problemas para respirar, que dificultan que hagan ejercicio,
deporte o cualquier actividad física. Esto también puede agravar los
síntomas del asma,
si padecen esta enfermedad, o aumentar las probabilidades de que la desarrollen.
- patrón de sueño agitado o problemas respiratorios por la noche,
como la apnea obstructiva del sueño
- tendencia a madurar de forma prematura. Los niños con sobrepeso pueden
ser más altos y madurar antes desde el punto de vista sexual que sus compañeros,
generando expectativas de que se deben comportar según la edad que aparentan
en vez de según la edad que tienen en realidad. Las chicas con sobrepeso pueden
tener ciclos menstruales irregulares y problemas de fertilidad en la etapa adulta.
- enfermedades hepáticas y de las vías biliares
Los factores de riesgo cardiovascular (como la hipertensión arterial, el
colesterol alto y la diabetes) presentes en la infancia favorecen el desarrollo de
enfermedades cardíacas (como una insuficiencia cardíaca) y accidentes
cerebrovasculares en la etapa adulta. La prevención y el tratamiento del sobrepeso
y de la obesidad durante la niñez pueden ayudar a protegerlos de estos problemas
durante la etapa adulta.
Los niños obesos también pueden tener problemas emocionales (como
la baja autoestima), ser rechazados por sus compañeros y/o recibir acoso escolar
o bullying. Los niños que están descontentos con su peso son más
proclives a:
¿Cómo se define el sobrepeso y la obesidad?
El IMC (índice de masa corporal) utiliza las medidas de estatura y de peso para estimar
la cantidad de grasa corporal que tiene una persona. Pero calcular el IMC sin ayuda
puede ser complicado. Es más fácil utilizar una calculadora de IMC.
En una gráfica estándar de IMC, los niños de entre 2 y 19
años pertenecerán a una de las siguientes cuatro categorías:
- peso por debajo de lo normal: IMC inferior al percentil 5
- peso normal: IMC entre los percentiles 5 y menos de 85
- sobrepeso: IMC entre los percentiles 85 y menos de 95
- obesidad: IMC superior al percentil 95
En los niños menores de dos años, los médicos se basan en
gráficas de peso por longitud, en vez de IMC, para saber cómo se relacionan
ambas medidas. Todo niño que se encuentre en el percentil 85 o por encima de
él se considera que pesa más de lo que debería pesar.
El IMC no es una medida perfecta de la grasa corporal y en algunos casos puede
llevar a confusión. Por ejemplo, una persona con la musculatura muy desarrollada
puede tener un IMC alto sin tener sobrepeso (porque su desarrollo muscular aumenta
su peso corporal, pero no su cantidad de grasa). Además, es posible que durante
la pubertad, momento en el cual se experimentan períodos de crecimiento rápido
o “estirones”, el IMC sea difícil de interpretar. Recuerde que
el IMC suele ser un buen indicador de la grasa corporal, pero no es una medida directa.
Si usted está preocupado, lleve a su hijo al médico. El médico
le hará algunas preguntas sobre sus hábitos alimentarios y de actividad
física y le dará algunas recomendaciones para que haga cambios positivos
en el estilo de vida. También es posible que el médico le pida un análisis
de sangre para descartar algunos problemas de salud que se asocian a la obesidad.
Dependiendo del IMC (o de la medida de longitud por peso) de su hijo, y de su estado
de salud, es posible que su médico lo remita a un nutricionista o dietista
titulado o a un programa integral de control de peso.
¿Por qué los niños tienen sobrepeso o son obesos?
Hay diversos factores que contribuyen a que una persona tenga sobrepeso. Los hábitos
alimenticios, la falta de ejercicio, la genética o la combinación de
todos estos factores, pueden ser la causa. En algunos casos, una ganancia excesiva
de peso se debe a problemas endocrinos, síndromes genéticos y/o la toma
de determinados medicamentos.
Dieta y estilo de vida
Gran parte de lo que comemos es fácil y rápido de preparar, desde
las comidas rápidas cargadas de grasa hasta los alimentos precocinados y procesados.
Tenemos los horarios tan apretados que nos queda poco tiempo para preparar comidas
más saludables o para hacer algo de ejercicio. El tamaño
de las raciones, tanto cuando comemos en casa como fuera de casa, ha aumentado
de forma considerable.
Además, hoy en día la vida es sedentaria. Los niños pasan
más tiempo jugando con equipos electrónicos que jugando activamente
al aire libre.
Los niños que pasan más de cuatro horas
diarias delante de pantallas tienen más probabilidades de tener sobrepeso en
comparación con aquellos que se pasan dos horas o menos. Los niños que
tienen un televisor en el dormitorio tienen más probabilidades de tener sobrepeso.
Ejercicio y actividad física
Muchos niños no hacen suficiente actividad física. Los niños mayores y los adolescentes deben hacer un mínimo de
60 minutos de ejercicio físico, de moderado a vigoroso, cada día, incluyendo
tanto actividades de tipo aeróbico como ejercicios de tonificación muscular.
Los niños de dos a cinco años deben jugar de forma activa varias
veces al día.
Genética
Los factores genéticos pueden desempeñar un papel en el peso de un
niño. Nuestros genes ayudan a determinar el tipo de cuerpo que tenemos y la
forma en que cada uno almacenamos y quemamos la grasa. Pero los genes solos no pueden
explicar la actual crisis de obesidad. Puesto que tanto los genes como los hábitos
se transmiten de una generación a la siguiente, es posible que varios miembros
de la misma familia tengan problemas de sobrepeso.
Los miembros de la misma familia tienden a tener hábitos alimentarios, niveles
de actividad física y actitudes similares ante el sobrepeso. El riesgo de obesidad
de un niño aumenta considerablemente si uno o ambos padres tienen sobrepeso
o son obesos.
¿Cómo se previene el sobrepeso y la obesidad?
La clave para conseguir que los niños de todas las edades mantengan un peso
saludable consiste en implicar a toda la familia. Haga de la alimentación saludable
y de la práctica del ejercicio físico una cuestión de familia.
Haga que su hijo colabore en la planificación y la preparación de comidas
saludables. Lléveselo con usted cuando vaya a comprar alimentos. Enséñele
a escoger alimentos saludables.
Evite caer en las trampas más frecuentes:
- No recompense a su hijo por su buena conducta, ni trate de frenar su mala
conducta, ofreciéndole golosinas o dulces. Piense en otras formas
de modificar su comportamiento.
- No imponga la norma de “dejar siempre el plato limpio". Hasta
los bebés giran la cara en la dirección contraria a la del biberón
o el pecho de sus madres para indicar de que ya están llenos. Si su hijo ya
está satisfecho, no lo obligue a seguir comiendo. Refuerce la idea de que solo
debe comer cuando tenga hambre.
- No hable sobre “alimentos malos” o "prohibidos" ni elimine
por completo los dulces y tentempiés favoritos. Los niños pueden
rebelarse y comer cantidades excesivas de los alimentos prohibidos cuando están
fuera de casa o traerlos a casa a escondidas. Sirva alimentos saludables la mayor
parte del tiempo y ofrezca algo que no sea tan sano de vez en cuando.
Recomendaciones en función de la edad
He aquí algunas recomendaciones adicionales para niños de todas las
edades:
- Desde el nacimiento hasta el año: La lactancia materna,
aparte de las muchas ventajas que tiene para la salud, puede ayudar a prevenir el
sobrepeso.
- Entre 1 año y 5 años: Inicie unos buenos hábitos
alimentarios desde el principio. Ayude a su hijo a desarrollar unas buenas preferencias
alimentarias ofreciéndole un amplio abanico de alimentos saludables. Fomente
su tendencia natural a estar activo y ayúdele a desarrollar nuevas habilidades
a partir de las que ya tiene.
- Entre los 6 y los 12 años: Anime a su hijo a hacer ejercicio
físico cada día, sea practicando un deporte de equipo organizado o bien
jugando al fútbol o al escondite en sus ratos libres. Mantenga a su hijo activo
también cuando esté en casa, proponiéndole actividades como jugar
afuera o salir a caminar en familia. Déjele participar cada vez más
en la elección de alimentos saludables, por ejemplo, dejándole que se
prepare el almuerzo.
- Entre los 13 y los 17 años: Enséñeles
a los adolescentes a prepararse comidas y tentempiés saludables. Al estar fuera
de casa, aliéntelos a elegir comidas saludables y a hacer actividad física
todos los días.
- Todas las edades: Limite el tiempo que pasa su hijo delante del
televisor, el teléfono, la computadora, la videoconsola, etc., y evite que
coma delante de una pantalla (de televisión o de otro tipo). Sírvale
un amplio abanico de alimentos saludables y coman en familia siempre que sea posible.
Insista a su hijo en que desayune cada día y en que
tome por lo menos cinco raciones de fruta o verdura diarias, y limítele las
bebidas azucaradas.
Hable a sus hijos sobre la importancia de alimentarse bien y de estar activo. Sea
un buen ejemplo de comer bien, hacer ejercicio y mantener hábitos saludables
a lo largo del día. Convierta esto en un asunto de toda la familia para que
todos acaben por automatizarlo.
Fecha de revisión: junio de 2018