¿Qué ocurre después de un trasplante de hígado?
Después de la operación, llevarán a su hijo a la unidad
pediátrica de cuidados intensivos (UPCI). Allí podrá estar
con su hijo. A su hijo le habrán administrado medicamentos contra el dolor
y lo más probable es que esté descasando cuando usted lo vea.
El tiempo que permanezca su hijo en la UPCI dependerá de su estado. Por
lo general, los niños se quedan solo unos pocos días. Cuando esté
preparado, transferirán a su hijo a una unidad especial para pacientes que
se han sometido a trasplantes. Allí, el equipo de trasplante observará
atentamente a su hijo y cuidará de él.
La mayoría de los niños permanecen internados en el hospital durante
un par de semanas después de someterse a un trasplante. Durante el internamiento,
los pacientes y sus familias aprenden a cuidar del nuevo hígado. Asegúrese
de entender las instrucciones del médico, porque su hijo las tendrá
que seguir al pie de la letra.
En las semanas posteriores a que su hijo reciba el alta, usted volverá con
su hijo al hospital muchas veces para que los médicos se aseguren de que todo
está yendo bien.
¿Qué problemas pueden ocurrir?
La mayoría de los niños no tienen ningún problema después
de someterse a un trasplante de hígado, aunque puedan ocurrir hemorragias,
infecciones y otros problemas.
Uno de los problemas más frecuentes tras un trasplante de órganos
es el rechazo. El rechazo ocurre porque el cuerpo no reconoce al
hígado donado como propio y no sabe que está allí para que el
organismo funcione mejor. Por lo tanto, el sistema
inmunitario intenta atacarlo.
Hay unos medicamentos (llamados inmunodepresores, o medicamentos
anti-rechazo) que ayudan a controlar esta reacción. En cierto sentido,
engañan al organismo para que pase a aceptar el hígado nuevo. Estos
medicamentos hacen a los niños más proclives a contraer infecciones,
sobre todo en los días inmediatamente posteriores a la operación. Por
eso, asegúrese de mantener a su hijo alejado de personas enfermas, y haga que,
en su casa, todo el mundo se lave
las manos a fondo y con frecuencia.
El riesgo de rechazo es mayor en las primeras semanas inmediatamente posteriores
al trasplante. Pero el cuerpo nunca acaba de aceptar el nuevo hígado por completo.
Por eso, los medicamentos anti-rechazo se deben tomar de por vida.
Generalmente la cantidad de inmunodepresores que toma un paciente se va reduciendo
a medida que su cuerpo se va habituando al nuevo órgano. Es muy poco frecuente
que el cuerpo rechace por completo un hígado nuevo y que sea necesario hacer
un nuevo trasplante.
De cara al futuro
La mayoría de los niños que se someten a un trasplante de hígado
pueden llevar vidas sanas y normales después de recuperarse de la operación.
Es muy importante que usted y su hijo hagan todo lo posible para mantener sano
a su nuevo hígado. Asegúrese de que su hijo se toma todos sus medicamentos
siguiendo las indicaciones de sus médicos, y anímelo a descasar mucho
durante el mes posterior a la operación, a hacer ejercicio con regularidad
a partir de entonces y a comer bien.
Así mismo, observe atentamente a su hijo por si presentara algún
signo de infección o rechazo, como los siguientes:
- fiebre
- cansancio o fatiga
- dificultades para respirar
- vómitos
- ganancia de peso
- pérdida de peso
- falta de apetito
Llame al médico de su hijo de inmediato si presenta alguno
de los síntomas anteriores u otros diferentes.
Su hijo deberá acudir a revisiones médicas con regularidad para descartar
posibles problemas o complicaciones. Al principio, estas revisiones se harán
una vez por semana. Pero se irán haciendo menos frecuentes con el paso del
tiempo. Y, a la larga, es posible que su hijo solo necesite hacer una visita al año.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Tener una afección grave puede ser muy duro para un niño. La operación
y la medicación inmunodepresora se pueden sumar al estrés. Hable con
su hijo sobre estos cambios y sobre cómo los incluirán en sus rutinas.
Asegúrese de reservar tiempo para hacer cosas divertidas estando todos juntos
con parientes y amigos.
Para un adolescente, tener que tomar medicación inmunodepresora puede ser
todo un reto. Estos medicamentos pueden causar:
- aumento del acné
- ganancia de peso
- exceso de vello facial y corporal en las mujeres (llamado "hirsutismo")
Estos efectos secundarios son el principal motivo de que los adolescentes no tomen
esta medicación después de someterse a un trasplante. Se trata de algo
muy peligroso porque puede llevar al rechazo del nuevo hígado. Por lo tanto,
asegúrese de hablar con su hijo sobre la importancia de tomarse todos sus medicamentos
siguiendo las indicaciones de sus médicos.
Para ayudar a su hijo:
- Esté ahí cuando él quiera hablar con usted.
- Si su hijo necesita más apoyo, pida hora de visita con un psicólogo
o terapeuta.
Debe haber un psicólogo en su equipo de trasplante.
- Busque un grupo de apoyo para su hijo. Los grupos de apoyo son un recurso importante
para ayudar a los niños y adolescentes a liberarse del estrés y a conectar
con otras personas que están afrontando desafíos similares. Lo recursos
en línea incluyen Transplant Living (Vivir con un trasplante).
- Busque apoyo también para usted. Puede ser un gran alivio hablar sobre
lo que siente con otras personas que saben lo que está atravesando. Pregunte
al equipo de trasplante de su hijo si conoce grupos de apoyo para las familias.
Fecha de revisión: octubre de 2018