Su hijo diabético es quien debe hacerse los análisis de sangre y
aplicarse las inyecciones
de insulina, pero estas tareas también representan un desafío para
los padres.
El equipo de atención
de la diabetes de su hijo los ayudará a aprender a manejar la enfermedad
y a reducir el dolor y la ansiedad relacionados con las inyecciones y los análisis
de sangre. El equipo también les explicará los diferentes medicamentos
y tecnologías de análisis para ofrecerle a su hijo el mayor bienestar
y la menor incomodidad posibles.
Juntos, usted y el equipo de tratamiento médico de la diabetes, pueden hallar
las alternativas más cómodas para su niño.
Cómo afrontar los sentimientos
Cuando los niños son muy pequeños, los análisis de sangre
y las inyecciones pueden ser experiencias difíciles. Los padres deben asegurarse
de respetar el plan de tratamiento de la diabetes, que incluye hacer análisis
regulares y darle inyecciones a un niño que llora, se resiste y se enoja.
Es importante comprender que aprender a manejar la diabetes es un proceso que lleva
tiempo. Aun cuando su hijo no tenga problemas cooperando con los análisis de
sangre y las inyecciones por un tiempo, es posible que en algún momento surjan
nuevos temores o problemas emocionales que puedan dificultar la aplicación
de inyecciones o la extracción de sangre.
Para reducir y controlar las emociones asociadas con la diabetes, como el enojo,
la frustración y el miedo a los análisis y las inyecciones, dígale
a su hijo que es normal preocuparse o no querer hacerse ni análisis ni inyecciones.
Hable abiertamente acerca de estos temores. Los niños necesitan poder expresar
sus frustraciones y saber que es normal estar enojado.
Además, es importante que se les explique la importancia de las inyecciones
y de los análisis de sangre. Estas explicaciones se deben hacer en términos
sencillos que los niños puedan entender. Por ejemplo, usted les puede explicar
que las inyecciones y los análisis de sangre son importantes porque los ayudarán
a sentirse bien a lo largo del día; y que al no darse las inyecciones o hacerse
los análisis no podrán ir a la escuela o hacer actividades divertidas
a causa de los problemas relacionados con la diabetes.
Tratar las inyecciones y los análisis de la misma manera natural que cualquier
otra actividad de la vida diaria también puede ser útil. Además,
a muchos niños les gusta saber que el control de su diabetes está en
sus manos. En vez de sentirse víctimas de las inyecciones y los análisis
sienten que tienen el poder de controlar su propia salud.
Los niños más pequeños pueden elegir una aguja, leer el resultado
del medidor de glucosa
en voz alta, seleccionar dónde quieren que lo pinchen con la aguja o presionar
el émbolo de la jeringa. Aliente a su hijo a asumir más responsabilidades
de a poco y a medida que va creciendo. Con el tiempo, estará preparado para
manejar por su cuenta las inyecciones y los análisis (si bien los padres deben
continuar supervisando lo que hacen).
Si su hijo discute o llora, quizás tenga la tentación de saltar una
inyección o un análisis. Pero ni los análisis de sangre ni las
inyecciones son negociables. Son necesarios; no son opcionales. Si se deja convencer
de saltar una inyección o un análisis creará un precedente que
su hijo no olvidará.
A veces, usted tendrá que aplicar una inyección o hacer un análisis
aunque su hijo esté enojado y no quiera cooperar. Y después podría
premiarlo haciendo algo divertido como jugar o leer. Este sería un buen momento
para hablar con su hijo sobre por qué estaba tan enojado.
Si su hijo tiene temor a las inyecciones y cada inyección o análisis
es una lucha, el médico, el consejero de su hijo, o un profesional de la salud
mental, podrá ayudarlo a solucionar de alguna forma el problema.
Cuando ambos padres (o uno de los padres y un adulto a cargo del cuidado del niño)
están involucrados en el proceso de manejo de la diabetes, habrá más
constancia en el tratamiento. Además, se sentirá más apoyado
para sobrellevar las dificultades relacionadas con las inyecciones y los análisis
de sangre.