Cuando las niñas crecen y se convierten en adolescentes, es importante que
reciban atención médica adecuada. Los médicos recomiendan revisiones ginecólogas
anuales, centradas en el sistema
reproductor femenino, a partir de entre los 13 y los 15 años de edad. En
estas revisiones, se pueden detectar cuestiones menores antes de que se conviertan
en problemas de mayor importancia.
¿Por qué es importante la primera visita ginecológica?
La idea de ir al ginecólogo o de someterse a un tacto vaginal puede hacer
que una muchacha se ponga nerviosa, que sienta vergüenza o que le dé miedo.
Para ayudar a su hija a sentirse más cómoda al respecto:
- Explíquele por qué es necesaria la visita.
- Ayúdela a hacerse una idea de lo que puede esperar durante la visita.
- Hable con ella sobre cualquier pregunta o temor que pueda tener.
Es posible que su hija haya asociado las visitas médicas con los problemas
de salud. En tal caso, tal vez no entienda por qué debe ir al ginecólogo
si se encuentra perfectamente bien.
Explíquele que la visita de revisión proporciona:
- Información. En la visita podrá obtener información
precisa y respuestas confidenciales a cualquier pregunta que pueda tener sobre el
sexo, la sexualidad, los cambios que está experimentando en su cuerpo y sus
períodos
menstruales.
- Prevención. En la visita podrá adquirir información
sobre la prevención del embarazo y de las enfermedades
de trasmisión sexual (ETS), y también sobre estilos de vida saludables.
- Tratamiento. El médico puede diagnosticar y tratar cualquier
problema, como la ausencia del período o los dolores pélvicos o abdominales.
En algunas adolescentes, la primera visita tal vez consista en hablar con el ginecólogo.
A otras, el médico puede considerar necesario hacerles una exploración
física, que puede incluir observarles los genitales. (Los genitales son los
órganos sexuales o reproductores que están en la parte externa del cuerpo).
Tranquilice a su hija y explíquele que la exploración física
completa dura muy poco tiempo. La mayoría de las muchachas no necesitan someterse
a un tacto vaginal (donde el médico explora los órganos sexuales que
están dentro del cuerpo). Los tactos vaginales son recomendables a partir de
los 21 años en las mujeres sanas. Pero las muchachas que tengan problemas como
sangrados copiosos, menstruaciones dolorosas o cambios en el flujo vaginal pueden
tener que someterse a tactos vaginales antes de esa edad.
¿Cómo elegir a un profesional de la salud que cuide de la salud
sexual y reproductora de mi hija?
El médico o enfermero que atienda a su hija debe ser una persona que se
tome el tiempo necesario para que ella se pueda sentir lo más cómoda
posible. Aunque lo más probable es que hasta ahora haya sido usted quien haya
tomado las decisiones relacionadas con la salud de su hija, es conveniente que la
implique en esta decisión.
Pregúntele a su hija qué tipo de profesional de la salud prefiere:
- ¿Un hombre o una mujer? ¿Una persona joven o mayor?
- ¿Le gustaría seguir yendo al pediatra o médico de familia
que la ha estado atendiendo hasta ahora (en el caso de que este profesional cuente
con la formación ginecológica necesaria) o prefiere que la atienda otro
profesional?
- ¿Prefiere que la atienda el mismo profesional que a su madre o le gustaría
confiar en alguien que no tenga conexiones con usted?
A continuación, pregunte para encontrar un médico que encaje bien
en las necesidades de su familia. El pediatra de su hija o su médico de familia
les puede recomendar a alguien. Si le gusta un hospital o un consultorio específico,
vea a alguna persona ligada a él.
Las respuestas a las siguientes preguntas pueden ayudar a elegir un buen profesional
de la salud:
- ¿Cuál es su política de confidencialidad? (Esto puede influir
en lo abierta que esté su hija durante la visita. En la mayoría de las
consultas, no se comparten los detalles de la visita con los padres, a menos que la
paciente lo apruebe o el profesional de la salud considere que su paciente está
haciendo algo nocivo. Asimismo, cada estado cuenta con sus propias leyes sobre confidencialidad).
- ¿Está usted titulado en su especialidad y colegiado profesionalmente?
- ¿Cuál es su enfoque cuando conversa sobre la actividad sexual de
sus pacientes?
- ¿Tiene experiencia con pacientes adolescentes que acuden por primera vez
a una visita ginecológica?
- ¿Verá a mi hija en cada visita o la verán distintos profesionales?
- ¿Habrá alguien más presente en la sala de exploración?
Comparta con su hija las respuestas a estas preguntas. Y no dude en hablar con
varios profesionales de la salud antes de tomar la decisión.
Cuando acudan a la primera visita ginecológica, pregúntele a su hija
si le gustaría que usted esté presente en la sala mientras la examinan.
Independientemente de lo que decida su hija, permítale estar algún tiempo
a solas con el profesional de la salud. Usted desea que su hija sea completamente
sincera con el profesional, sin ocultar ningún tipo de información que
podría no querer compartir si usted está presente. Además, el
tiempo que pase a solas con el profesional le permitirá conocerlo mejor. Y
eso la podrá ayudar a sentirse más tranquila cuando tenga que hablar
sobre cualquier problema o preocupación que pueda tener más adelante.
¿Qué preguntará el médico a su hija?
El médico hablará con su hija sobre su historial médico. Esto
significa que contestará a preguntas como las siguientes:
- ¿En qué fecha tuviste tu último período menstrual?
- ¿Mantienes o has mantenido relaciones sexuales (vaginales, orales y/o anales)?
En caso afirmativo, ¿utilizas algún método anticonceptivo y para
protegerte contra las enfermedades de trasmisión sexual (ETS)?
- ¿Tienes algún problema menstrual, como dolor o sangrado copioso?
- ¿Tienes un flujo vaginal diferente del habitual, llagas, picor o molestias
en la zona vaginal?
- ¿Crees que podrías estar embarazada?
Las respuestas de su hija ayudarán al médico a tomar decisiones sobre
a qué pruebas someterla y qué cuestiones tratar. Dígale a su
hija que es importante que conteste a todas las preguntas con sinceridad, aunque se
pueda sentir algo incómoda al hacerlo. Recuérdele que el médico
o el enfermero ya ha hablado sobre este tipo de cosas muchas veces y que no compartirá
la información con nadie.
¿Qué ocurre durante el examen físico?
Antes del examen físico, intente que su hija se haga una idea de lo que
ocurrirá. Su hija debería saber qué esperar y el porqué
de lo que le haga el médico. Si ambas se sienten cómodas con la idea,
considere la posibilidad de permitir que su hija vea una exploración en directo,
asistiendo a uno de sus exámenes físicos.
Revisión básica. En primer lugar, un enfermero o
ayudante del médico pesará a su hija y medirá su frecuencia cardíaca
y su tensión arterial. El médico le explorará el cuello, el corazón,
los pulmones y el vientre. Esta exploración inicial proporcionará al
médico una línea base sobre la salud general de su hija que utilizará
para hacer comparaciones en exploraciones posteriores.
Examen mamario. El cáncer de mama es muy poco frecuente
en las adolescentes. Pero el examen mamario sigue siendo una parte fundamental de
la visita ginecológica. El médico examinará los senos de su hija
para asegurarse de que se están desarrollando bien y para detectar posibles
bultos, quistes u otros problemas.
Examen ginecológico externo. En el caso de que no lo haya
hecho todavía, su hija se desnudará y se pondrá una bata. Le
cubrirán la pelvis y los muslos con una sábana. Lo más probable
es que le pidan que se acueste en la mesa o la camilla de exploración con las
rodillas flexionadas y separadas entre sí. Es posible que el médico
le pida que ponga los pies sobre unos estribos. En esta posición, el médico
le explorará la vulva (los genitales externos). El objetivo de esta parte del
examen es asegurarse de que no haya llagas ni ningún otro problema en los genitales
externos.
Examen ginecológico interno (tacto vaginal). Si es necesario
realizar un tacto vaginal (es decir, explorar la vagina por dentro), el médico
colocará una mano en la parte externa del vientre de su hija y uno o dos dedos
dentro de su vagina. Así, el médico podrá percibir, por palpación,
el tamaño y la posición de los ovarios y del útero. Un instrumento
que abre las paredes vaginales (un espéculo) permite que el médico vea
las paredes de la vagina y el cuello del útero, y que haga pruebas de cribado,
como una citología vaginal o pruebas para detectar ETS.
Explíquele a su hija que es posible que sienta cierta presión en
la vagina, pero que no le debería doler. Para reducir cualquier molestia, puede
respirar lenta y profundamente y relajar el estómago y los músculos
de la vagina.
La citología vaginal (o Papanicolau). Durante la exploración
interna, es posible que el médico o enfermero le haga a su hija una citología
vaginal, también conocida como Papanicolau. Los ginecólogos recomiendan
hacer citologías a partir de los 21 años, y después cada 3 años
hasta los 30 años de edad. En esta prueba, el médico raspa con suavidad
células del cuello del útero con un cepillo o una espátula de
tamaño reducido. La muestra extraída se envía a un laboratorio
para comprobar si se han producido cambios en las células y si hay señales
de cáncer cervical (del cuello del útero).
Es posible que el médico pregunte si a su hija le han puesto la vacuna
contra el virus del papiloma humano (VPH) en la consulta del pediatra. Si no se
la han puesto, se la ofrecerán. Esta vacuna protege contra los principales
tipos de VPH,
que pueden causar verrugas genitales y algunos tipos de cáncer, en especial,
cáncer cervical. Aunque su hija reciba la vacuna del VPH, deberá seguir
haciéndose citologías vaginales con regularidad a partir de los 21 años
para descartar otros tipos de cáncer cervical.
¿Qué son las pruebas para detectar ETS?
Las pruebas para detectar enfermedades de trasmisión sexual (ETS) no forman
parte de una visita ginecológica habitual. Pero las muchachas que mantienen
relaciones sexuales deberían preguntar por este tipo de pruebas. A veces, los
médicos hacen este tipo de pruebas a partir de muestras de sangre o de orina.
En otros casos, el médico extrae una muestra de exudado vaginal utilizando
un hisopo de algodón (del mismo modo que en las citologías vaginales)
durante el tacto vaginal.
Las muestras se envían a un laboratorio, donde se analiza si presentan indicadores
de enfermedades de trasmisión sexual, como la gonorrea
y la clamidiasis. Cuando hable con su hija sobre las pruebas de ETS, es importante
explicarle que el coito vaginal no es la única vía de contagio. Los
gérmenes también se pueden trasmitir a través del sexo oral y
anal.
Pregunte al personal del consultorio cómo puede obtener su hija sus resultados
de forma confidencial. Por ejemplo, algunos consultorios exigen que la paciente pase
a recoger los resultados de sus pruebas, en vez de llamar por teléfono o enviar
una carta a su domicilio.
Después de que su hija haya asistido a su primera visita ginecológica,
anímela a hablar sobre la experiencia (hasta donde ella se sienta cómoda).
Si le explica que el médico o el enfermero la hicieron sentirse incómoda
durante el proceso, busquen a otro profesional. A partir de este momento, su hija
deberá seguir haciéndose exploraciones ginecológicas cada año
para mantenerse bien informada y sana.
Fecha de revisión: octubre de 2018