¿Qué es el síndrome de fatiga crónica?
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que resulta muy difícil
de diagnosticar (e incluso de comprender) para los médicos.
Se trata de una afección física, pero también puede afectar
psicológicamente a una persona. Esto significa que una persona con síndrome
de fatiga crónica tal vez sienta síntomas físicos, como:
- cansancio extremo (una sensación de estar muy cansado y débil),
- dolores de cabeza
- mareos
Pero es posible que la persona también experimente síntomas emocionales,
como falta de interés en sus actividades favoritas.
Además, las personas con síndrome de fatiga crónica pueden
tener distintos síntomas. Muchos de los síntomas del síndrome
de fatiga crónica son similares a los de otras enfermedades, como la mononucleosis,
la enfermedad de Lyme
o la depresión.
Y los síntomas pueden variar con el paso del tiempo, incluso en la misma persona.
Todo esto hace que el tratamiento de la enfermedad sea complicado porque no existe
un único medicamento o tratamiento que permita abarcar todos los síntomas
posibles.
¿Cuáles son los signos y los síntomas del síndrome
de fatiga crónica?
La lista de posibles síntomas que puede tener una persona con el síndrome
de fatiga crónica es extensa. Entre los síntomas más comunes
se incluyen los siguientes:
- agotamiento, que puede hacer que resulte difícil salir de la cama y realizar
las actividades diarias normales
- problemas de sueño, como dificultad para conciliar el sueño o dormir,
o no sentirse descansado después de dormir
- empeoramiento de los síntomas después de un esfuerzo físico
o mental (esto recibe el nombre de malestar posterior al esfuerzo)
- síntomas o mareos que empeoran al pararse o sentarse después de
haber estado recostado
- problemas de concentración y memoria
- dolores de cabeza
y de estómago
¿Cuáles son las causas del síndrome de fatiga crónica?
Los científicos han estado investigando el síndrome de fatiga crónica
desde hace muchos años, pero aún no saben con certeza cuál es
la causa.
Muchos médicos creen que la forma en la que interactúan algunas afecciones
dentro del organismo y la mente podrían hacer que algunas personas estén
en riesgo de sufrir este síndrome. Por ejemplo, si una persona tiene un virus
y está bajo mucho estrés,
esta combinación podría hacer que sea más propensa a desarrollar
el síndrome de fatiga crónica.
Se cree que estas cosas interactúan entre sí de esta forma y hacen
que algunas personas tengan el riesgo de desarrollar el síndrome de fatiga
crónica:
- infecciones. Los expertos se han preguntado si las infecciones, como el sarampión
o el virus de Epstein-Barr (el virus que provoca mononucleosis), podrían incrementar
los riesgos de padecer el síndrome de fatiga crónica. No resulta claro
cuál es el rol que desempeña el virus de Epstein-Barr en el síndrome
de fatiga crónica porque los estudios no han confirmado que se trate de una
causa.
- problemas con el sistema
inmunitario o el sistema
nervioso
- desequilibrios hormonales
- estrés emocional
- baja presión arterial
¿Quiénes padecen el síndrome de fatiga crónica?
El síndrome de fatiga crónica puede afectar a personas de todas las
razas y edades, pero es más común en personas de cuarenta o cincuenta
años. Es muy poco frecuente en los niños. Algunos pocos adolescentes
tienen síndrome de fatiga crónica y afecta más a las niñas
que a los niños.
A veces, varias personas de la misma familia tienen el síndrome. Esto puede
deberse a que la tendencia a desarrollar el síndrome de fatiga crónica
es genética.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de fatiga crónica?
En este momento, no existe un examen para determinar si una persona tiene síndrome
de fatiga crónica. Los médicos hacen muchas preguntas acerca de:
- los antecedentes médicos de una persona y de la salud de todos los integrantes
de la familia,
- los medicamentos,
- las alergias,
- el tabaco y los hábitos de bebida.
También harán un examen físico detallado.
Los médicos suelen pedir análisis de sangre, de orina y de otros
tipos para buscar enfermedades que causan síntomas similares. Tal vez envíen
a una persona a ver a un especialista (como un especialista en sueño o un neurólogo)
para que ayuden a hacer un diagnóstico.
Quizás el médico sugiera visitar a un psicólogo o un terapeuta
para ver si puede haber trastornos de salud mental que tal vez estén contribuyendo
o enmascarando el síndrome de fatiga crónica.
Como los niños y los adolescentes con frecuencia se sienten cansados por
muchos motivos, el síndrome de fatiga crónica puede ser mal utilizado
o diagnosticarse de forma exagerada. Los niños usan el cansancio como una excusa
para evitar ir a la escuela y hacer otras actividades. Muchos adolescentes son excesivamente
activos en varios deportes y esto puede causarles fatiga. Por este motivo, los médicos
tienen cuidado al hacer un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica.
¿Cómo se trata el síndrome de fatiga crónica?
No existe una cura para el síndrome de fatiga crónica. Pero los expertos
consideran que los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar a los niños
que lo padecen.
- Hacer ejercicio físico
cuidadosamente planificado de manera regular y como parte de la rutina diaria. El
ejercicio físico puede incrementar la energía y hacer que una persona
se sienta mejor. Los adolescentes con síndrome de fatiga crónica deben
controlar su propio ritmo cuando hagan una actividad física que requiera esfuerzo.
Varios estudios han demostrado que el "ejercicio físico graduado" (que significa
comenzar con pequeñas actividades y lentamente avanzar a un nivel mayor de
ejercicio físico) es muy útil en la recuperación del síndrome
de fatiga crónica.
- Siga las técnicas de manejo del estrés y reducción del estrés.
Un médico o un terapeuta puede enseñarles a los adolescentes excelentes
maneras de asumir el control de algunos aspectos de la enfermedad.
- Asegúrese de que existan buenos hábitos de sueño y rutinas
regulares para ir a dormir para contrarrestar los problemas de sueño relacionados
con el síndrome de fatiga crónica.
- Busque maneras de hacer un seguimiento de las cosas importantes, como listas o
notas, si existen problemas con la concentración y la memoria.
Reunirse regularmente con un terapeuta o un consejero puede ayudar en el tratamiento
del síndrome de fatiga crónica. (También puede ser útil
participar de un grupo de apoyo para personas con este síndrome). Los principales
objetivos de la terapia son:
- ayudar a las personas a hacer frente a la enfermedad
- cambiar los pensamientos o sentimientos negativos y poco realistas por pensamientos
y sentimientos positivos y realistas.
Es muy útil tener una perspectiva de recuperación positiva. La terapia
y los grupos de apoyo también pueden ayudar a los estudiantes con síndrome
de fatiga crónica y sus padres a enfrentar los desafíos académicos
y sociales que acompañan a esta enfermedad, como la ausencia reiterada a clases,
las malas calificaciones o el retraimiento de acontecimientos sociales o de los amigos.
Es posible que los médicos recomienden medicamentos con receta o de venta
libre para algunos de estos síntomas.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Para ayudar a su hijo a hacer frente a los síntomas emocionales del síndrome
de fatiga crónica, haga lo siguiente:
- Anime a su hijo a llevar un diario para identificar los momentos en los que tiene
más energía y ayúdelo a planificar actividades para esos momentos.
- Pídale al médico que planifique un programa de ejercicio físico
para mantener la fuerza en el mayor nivel posible. Esto puede ayudar a su hijo a sentirse
mejor física y emocionalmente.
- Ayude a su hijo a reconocer y expresar sus sentimientos, como tristeza, enojo
o frustración. Es normal afligirse por la falta de energía.
- Reciba el apoyo de los familiares y amigos porque la salud emocional es importante
cuando se enfrenta un problema de salud crónico.
- Dele más tiempo a su hijo para hacer cosas, en especial las actividades
que requieren concentración o esfuerzo físico.
¿Qué puedo esperar?
Tener el síndrome de fatiga crónica puede ser complicado. Pero para
la mayoría de las personas, los síntomas son más graves al principio.
Más adelante, pueden ir y venir. Los adolescentes con síndrome de fatiga
crónica suelen mejorar más rápido y recuperarse mejor que los
adultos. La mayoría de los adolescentes logran una recuperación parcial
o total dentro de los 5 años posteriores a la aparición de los síntomas.
Existen muchos tratamientos nuevos y experimentales para el síndrome de
fatiga crónica. Pero no use ningún tratamiento que no haya sido comprobado
(como dosis elevadas de vitaminas o suplementos de hierbas) sin consultar primero
a su médico.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad poco comprendida.
Pero los científicos continúan aprendiendo acerca de esta afección
a través de investigaciones y ensayos clínicos.
Es fundamental encontrar una buena atención médica para su hijo y
ofrecerle técnicas útiles para enfrentar y manejar el síndrome
de fatiga crónica. También puede ayudar sitios y grupos de ayuda como
los siguientes (solo disponibles en inglés):
Fecha de revisión: julio de 2018