¿Cómo diagnostican los médicos la intolerancia
a la lactosa?
Si tu médico cree que puedes ser intolerante a la lactosa, revisará
tu historia clínica y te consultará por los síntomas
que tienes, tu salud en el pasado, la salud de tu familia, los medicamentos que tomas,
si tienes alguna alergia y otras cuestiones. El médico también te hará
un examen físico.
Los médicos pueden evaluar la intolerancia a la lactosa mediante una prueba
de hidrógeno espirado. Normalmente, se detecta muy poca cantidad de hidrógeno
en la espiración. Sin embargo, la lactosa no digerida fermenta (se descompone)
en el colon y produce varios gases, incluido el hidrógeno.
Si tu médico decide hacerte la prueba de hidrógeno espirado, te pedirá
que soples en un tubo como muestra inicial. Después, deberás ingerir
un líquido con lactosa, esperar un rato y respirar nuevamente en el tubo. Se
te pedirá que soples en el tubo cada media hora durante 2 horas para poder
medir los niveles de hidrógeno de tu espiración. Si tienes intolerancia
a la lactosa, los niveles deberían subir con el paso del tiempo.
Los médicos también pueden determinar si eres capaz de digerir la
lactosa, verificando la presencia de lactasa a través de una endoscopía.
Durante este proceso, los médicos ven el interior de los intestinos insertando
en la boca un tubo largo con una luz y una cámara pequeña en el extremo.
En ese momento, un médico puede tomar muestras de tejido e imágenes
del interior de tu intestino y detectar por qué has estado teniendo problemas
con lo que estás comiendo. La cantidad de lactasa se puede medir en una de
estas muestras de tejido.
Convivir con la intolerancia a la lactosa
Normalmente, la lactosa puede ser fácilmente controlada si estás
atento a tu cuerpo. Todos somos diferentes, pero muchas personas con intolerancia
a la lactosa pueden comer pequeñas porciones de lácteos. El truco es
comer productos lácteos combinándolos con otros alimentos que no contengan
lactosa y no comer muchos lácteos de una sola vez. También puede ser
de ayuda llevar un diario de alimentación para poder determinar qué
comidas puede tolerar o no tu organismo.
Los productos lácteos son la mejor fuente de calcio, un mineral que es importante
para el crecimiento de los huesos. Como los adolescentes que están creciendo
necesitan cerca de 1.300 miligramos (mg) de calcio por día, los expertos recomiendan
que, hasta los adolescentes que tienen intolerancia a la lactosa, continúen
incluyendo algo de lácteos en su dieta.
Los alimentos como el queso o el yogur pueden ser más fáciles de
digerir que la leche; entonces, intenta tomar un yogur de postre o agrégale
un poco de queso a tu emparedado. La leche deslactosada es también una buena
forma de ingerir calcio en tu dieta evitando los problemas que puede causarte la lactosa.
También podría ayudarte el ingerir un suplemento de lactasa. Tomarlo
antes de ingerir alimentos que contengan lácteos ayudará a que el organismo
digiera la lactosa presente en los lácteos, de manera que no se desaten los
síntomas de la intolerancia a la lactosa, como el dolor, los espasmos, la distensión
abdominal, los gases y la diarrea.
Los adolescentes con síntomas más graves de intolerancia a la lactosa
deberían evitar todo tipo de productos lácteos. Es muy importante que
estos adolescentes encuentren otras fuentes de calcio, por lo que consultar con un
nutricionista registrado es una buena idea. Los nutricionistas están capacitados
en nutrición y pueden ayudar a que las personas que son intolerantes a la lactosa
encuentren comidas alternativas y a formular una dieta equilibrada que proporcione
mucho calcio para fortalecer los huesos.
Aquí encontrarás algunos consejos para enfrentar la intolerancia
a la lactosa:
- Seleccionar una leche reducida en lactosa o deslactosada.
- Tomar un suplemento de lactasa (como Lactaid) justo antes de ingerir productos
lácteos. Estos suplementos se pueden tomar en gotas o tabletas e incluso se
pueden agregar directamente a la leche.
- Cuando bebas leche o ingieras alimentos que contienen lactosa, ingiere también
otros alimentos que no contengan lactosa en la misma comida para tener una digestión
lenta y evitar problemas. Por ejemplo: si vas a tomar un batido de leche, no lo tomes
solo, ingiere algo más con él, como un emparedado saludable.
- Beber jugos fortificados en calcio.
- Ingerir alimentos libres de lactosa, que sean ricos en calcio, como el brócoli,
las arvejas, el tofu o la leche de soja. Considera los quesos duros, como el cheddar,
que tienen un bajo contenido de lactosa.
- Los yogures que contienen cultivos activos son más fáciles de digerir
y tienen muchas menos probabilidades de causar problemas de lactosa.
- Aprender a leer las etiquetas
alimentarias. La lactosa se agrega a algunos alimentos envasados, congelados,
enlatados o preparados, como el pan, los cereales, el fiambre, las salsas, las mezclas
para preparar tortas y galletas, y las cremas para el café. Debes estar atento
a ciertas palabras que podrían indicar que el alimento contiene lactosa: manteca,
queso, crema, leche en polvo, sólidos de leche y suero de leche, por ejemplo.
Fecha de revisión: enero de 2015