A-Z: SASM

SASM son las siglas de Staphylococcus aureus sensible a la meticilina. Los estafilococos son el nombre común de las bacterias del género Staphylococcus. SASM es una cepa de estafilococo que responde bien a los medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones por estafilococo.

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Muchas cepas de estafilococo son bastante frecuentes, y la mayoría de las personas tienen estafilococos viviendo inofensivamente sobre su piel o dentro de su nariz. Si estas bacterias entran en el cuerpo de una persona a través de un corte, una rozadura, un rasguño o una erupción, pueden causar infecciones cutáneas sin importancia. La mayoría de ellas se curan por sí solas si se mantiene la herida limpia y cubierta con un vendaje, aunque a veces se necesitan antibióticos para tratarlas.

Algunas bacterias, llamadas SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), son resistentes a los medicamentos con que se suelen tratar las infecciones por estafilococo. De todos modos, las infecciones por SASM suelen responder bien al tratamiento con estos medicamentos.

Las infecciones por SASM pueden causar síndrome de shock tóxico, celulitis, intoxicación alimentaria por estafilococo, foliculitis (infección de los folículos pilosos), forúnculos, impétigo y síndrome de la piel escaldada (una enfermedad que cursa con fiebre, erupción cutánea y, en ocasiones, ampollas).

La mayoría de las infecciones por SASM se pueden tratar lavando la piel con un limpiador antibacteriano, utilizando baños en agua tibia, aplicando una pomada antibiótica recetada por un médico y cubriendo la piel con un apósito limpio. Los médicos también pueden recetar antibióticos orales para tratar las infecciones por SARM. Las infecciones más graves pueden requerir hospitalización.

Tenga en cuenta lo siguiente

La mayoría de las infecciones por SASM se tratan fácilmente con antibióticos o drenando la infección de pus u otro líquido. Muchas de estas infecciones se pueden prevenir lavándose las manos a fondo y con frecuencia, manteniendo los cortes y rasguños limpios y cubiertos con un vendaje, no compartiendo objetos personales (como maquinillas de afeitar, toallas o uniformes) y asegurándose de tomar el ciclo completo de antibióticos prescrito por el médico. 

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