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¿Qué es el cáncer de tiroides?

El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer que comienza en la tiroides.  La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en la parte delantera del cuello. La tiroides y las hormonas que produce son importantes para el crecimiento, el desarrollo y el metabolismo de una persona.

El cáncer de tiroides es poco frecuente en los niños. La mayoría de los niños con cáncer de tiroides responden bien al tratamiento.

Se muestra la glándula tiroides en la parte frontal del cuello y la glándula pituitaria en la base del cerebro, como se describe en el artículo.

¿Cuáles son los tipos de cáncer de tiroides?

Los tipos de cáncer de tiroides que pueden desarrollar los niños y los adolescentes son los siguientes:

Papilar: este es el tipo de cáncer de tiroides más frecuente en los niños. Comienza en las células encargadas de producir hormonas tiroideas que contienen yodo. Este tipo de cáncer crece muy lentamente, pero puede extenderse a los ganglios linfáticos del cuello y, con menor frecuencia, a otras partes del cuerpo. El cáncer papilar es más común en las niñas adolescentes que en los niños.

Folicular: este tipo de cáncer también comienza en las células que producen hormonas tiroideas. Es menos frecuente que el cáncer papilar, pero es más probable que se extienda a otras partes del cuerpo.

Medular: este cáncer poco común comienza en las células que producen calcitonina, una hormona que ayuda a controlar el nivel de calcio en la sangre. Este tipo de cáncer suele ser hereditario (darse por familias).

¿Cuáles son los signos y los síntomas del cáncer de tiroides?

En la mayoría de los casos, el cáncer de tiroides no causa síntomas. Es posible que el médico o uno de los padres note un bulto en el cuello y, a medida que crece, este bulto puede provocar lo siguiente:

  • hinchazón del cuello
  • ronquera
  • dificultad para tragar
  • ganglios linfáticos del cuello inflamados (glándulas inflamadas)

¿Quién contrae cáncer de tiroides?

En la mayoría de las personas con cáncer de tiroides, los médicos no encuentran un factor de riesgo claro. Los niños que recibieron anteriormente radiación para tratar un cáncer de cabeza y de cuello, tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de tiroides. Otras cosas que podrían aumentar el riesgo de una persona incluyen:

  • enfermedad tiroidea autoinmune (como la tiroiditis de Hashimoto)
  • antecedentes familiares de cáncer de tiroides
  • enfermedades genéticas asociadas con cánceres

¿Cómo se diagnostica el cáncer de tiroides?

Los médicos pueden sospechar que existe un cáncer de tiroides cuando palpan un bulto en el cuello del niño. Los médicos, incluidos los endocrinólogos (médicos especialistas en hormonas), los radiólogos y los cirujanos, trabajan juntos para hacer el diagnóstico. A continuación, crean un plan de atención específico para su hijo.

Pedirán análisis de sangre para ver cómo está funcionando la tiroides. Harán una ecografía del cuello y de la tiroides para ver si hay un nódulo. La ecografía permite lo siguiente:

  • Verificar la cantidad y el tamaño de los nódulos.
  • Ver si el nódulo es sólido o está lleno de líquido (quiste) y si hay otros elementos que parezcan ser cáncer.
  • Ver si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos.

La mejor forma de diagnosticar el cáncer de tiroides, es realizar una biopsia por aspiración mediante una aguja fina. Para hacer esta biopsia, el médico detecta el nódulo tiroideo con la ayuda de una ecografía. Después de adormecer la piel con un medicamento, el médico inserta una aguja fina que pasa a través de la piel hasta llegar al nódulo y extrae una muestra. La muestra se envía a un laboratorio para determinar si es cáncer.

¿Cómo se trata el cáncer de tiroides?

Para tratar el cáncer de tiroides, un cirujano especializado en oído, nariz y garganta (otorrinolaringólogo) extirpará una parte o la totalidad de la glándula tiroides.

Después de la cirugía de tiroides, es posible que los niños necesiten tomar hormona tiroidea en píldoras. Estas píldoras reemplazan a las hormonas que el cuerpo no puede producir sin la glándula tiroides.

Los médicos pueden recomendar una gammagrafía y una terapia con yodo radiactivo para destruir las células tiroideas que hayan quedado después de la cirugía.

¿Qué más debería saber?

La mayoría de los nódulos tiroideos no son cancerosos. Si su hijo tiene un nódulo, el médico le realizará ecografías y exámenes de tiroides con frecuencia para controlar el tamaño. Si el nódulo tiene ciertas características o crece de forma significativa, es posible que el médico recomiende una biopsia por aspiración con aguja fina para obtener más información.

Los cánceres de tiroides son poco frecuentes en los niños. Pero si su hijo tiene un nódulo tiroideo, es conveniente consultar con un equipo de médicos con experiencia en el cuidado de niños con cáncer de tiroides.

Revisor médico: Anthony W. Gannon, MD
Fecha de revisión: junio de 2023