A lo largo de su embarazo,
querrá saber cómo está creciendo su bebé. Los exámenes prenatales permiten
obtener información valiosa acerca de su salud y de la salud del niño
en crecimiento.
Si su médico le recomienda un estudio, pregúntele cuáles son
los riesgos y los beneficios. A la mayoría de los padres los exámenes
prenatales les dan tranquilidad y los ayudan a prepararse para la llegada del bebé.
Pero usted decide si acepta o rechaza un estudio.
Pruebas de cribado y otros estudios de rutina
En su primera visita al obstetra (si es que aún no lo ha visitado) deberían
hacerle un análisis de embarazo para confirmar que está embarazada y
un examen físico completo, que incluye el examen pélvico. Además,
también se analiza la orina para detectar proteínas, azúcar y
signos de infección.
Si es el momento de hacerse un papanicolaou de rutina, el médico se lo hará
durante el examen pélvico. Este examen detecta cambios en las células
del cuello del útero que podrían provocar cáncer. Durante el
examen pélvico, el médico también controlará si usted
tiene enfermedades de
transmisión sexual, como clamidia y gonorrea.
Con un análisis de sangre, se comprobarán cosas como las siguientes:
- su tipo de sangre y factor Rh.
Si su sangre es Rh negativo y la de su pareja es Rh positivo, es posible que desarrolle
anticuerpos que son peligrosos para su feto. Esto se puede prevenir por medio de una
inyección que se aplica aproximadamente en la semana 28 del embarazo.
- anemia, un recuento bajo de glóbulos rojos
- hepatitis B, sífilis
y VIH
- inmunidad a la rubéola y la
varicela
- fibrosis quística y atrofia muscular espinal. Los profesionales
del cuidado de la salud ahora ofrecen de forma rutinaria pruebas de cribado para estas
afecciones, aunque no existan antecedentes familiares.
Le harán análisis de orina y controlarán su peso y la presión
sanguínea en cada visita (o en casi todas) hasta el momento del parto. Estos
estudios permiten detectar afecciones, como diabetes gestacional o preeclampsia (presión
arterial peligrosamente elevada).
A lo largo del segundo trimestre, le ofrecerán hacer más estudios
y análisis según su edad, su salud, sus antecedentes médicos
familiares y otras cosas. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
- Cribado
múltiple: Este análisis de sangre se hace entre las
semanas 15 y 20 para descartar defectos del tubo neural (como espina
bífida) y trastornos genéticos (como Síndrome
de Down y trisomía del par 18). Estos resultados se pueden combinar
con los exámenes
de cribado del primer trimestre para obtener resultados más precisos
(esto recibe el nombre de examen de cribado integral).
- Ecografía: Una
ecografía es un estudio seguro e indoloro en el que se usan ondas de sonido
para tomar imágenes que muestran la forma y la posición del bebé
dentro del útero. La mayoría de las ecografías del segundo trimestre,
o ecografías "nivel II", se hacen entre las 18 y las 20 semanas para examinar
la anatomía del bebé y confirmar que se está desarrollando normalmente.
A las mujeres con embarazos de alto riesgo, tal vez se les hagan varias ecografías
durante el segundo trimestre.
- Análisis
de glucosa: Este análisis comprueba si hay diabetes
gestacional, una forma de diabetes de corto plazo que algunas mujeres desarrollan
durante el embarazo y que puede provocar problemas de salud para el bebé, en
especial si no se diagnostica y trata. Beberá un líquido azucarado y,
una hora más tarde, le harán análisis de sangre para controlar
los niveles de glucosa. Se suele hacer entre las semanas 24 y 28, pero puede
ser antes si una mujer tiene más riesgos de tener diabetes gestacional.
- Amniocentesis: En
este examen se extrae una muestra del líquido amniótico que rodea al
bebé para verificar signos de problemas como trastornos cromosómicos,
problemas genéticos y defectos del tubo neural. Se suele hacer entre las semanas
15 y 20 a las mujeres que presentan un mayor riesgo de tener un bebé con estos
trastornos.
- Muestra percutánea
de sangre del cordón umbilical: Este examen rápido,
que también recibe el nombre de "cordocentesis" o "muestra de sangre fetal",
examina la sangre fetal extraída directamente del cordón umbilical para
detectar trastornos del feto. Se suele hacer después de la semana 18 del embarazo.
No se hace con tanta frecuencia como otros exámenes de diagnóstico (como
la amniocentesis y la muestra
del vello coriónico), pero puede recurrirse a este estudio si los resultados
de otros exámenes no son concluyentes.
¿Qué otros exámenes me pueden ofrecer?
Los profesionales del cuidado de la salud podrían pedir otros exámenes
durante el embarazo de una mujer según sus antecedentes médicos personales
(y los de su pareja) y los factores de riesgo. Es importante hablar con un especialista en genética si
el bebé tiene riesgo de padecer afecciones hereditarias.
Los exámenes de cribado o diagnóstico que se ofrecen incluyen estudios
para detectar:
Recuerde que el profesional de la salud solo le ofrece los exámenes;
usted decide si hacérselos o no.
Para decidir qué estudios son adecuados para usted, hable con el profesional
del cuidado de la salud sobre los análisis y exámenes que le recomendó,
sobre sus riesgos y beneficios, y sobre qué pueden indicar y qué no.
Fecha de revisión: agosto de 2018