Signos y síntomas
Entre los signos y síntomas comunes de la HSP se incluyen los siguientes:
- púrpura, es decir, el sarpullido abultado de color púrpura rojizo
- dolor e inflamación de las articulaciones
- dolor de estómago
- sangre en la orina (pis) u otros problemas en los riñones
- fiebre
- dolor de cabeza
El sarpullido se presenta en casi todos los casos y suele ser lo que ayuda a los
médicos a diagnosticar la HSP. Puede tener la forma de puntitos rojos (llamados petequias),
moretones, e incluso, ampollas. El sarpullido suele producirse en las piernas y las
nalgas, pero también puede aparecer en otras partes del cuerpo, como los codos, los
brazos, la cara y el tronco.
La mayoría de los niños que padecen la HSP también sufren de dolor e inflamación
de las articulaciones. Estos síntomas pueden aparecer antes del sarpullido. Las articulaciones
grandes, como las rodillas, los tobillos y los codos, son las más afectadas, pero
las manos y los pies también pueden verse afectados.
El dolor de estómago suele aparecer una semana después que el sarpullido. El dolor
es intermitente y puede estar acompañado de náuseas, vómitos o diarrea. Algunos niños
pueden presentar sangre en las heces (a causa de los vasos sanguíneos que pierden
sangre), pero es posible que no sea visible.
La HSP puede afectar los riñones. Se pueden encontrar pequeñas cantidades de sangre
o proteínas en la orina, que ocasionalmente pueden contener sangre visible.
Diagnóstico
Cuando se presenta el sarpullido característico en las piernas y las nalgas, especialmente
si está acompañado de dolor abdominal o articular, los médicos pueden diagnosticar
fácilmente la HSP. Un diagnóstico puede ser más difícil si los síntomas del dolor
articular o abdominal se presentan antes de que aparezca el sarpullido o si los síntomas
tardan varias semanas en manifestarse. Para ayudar a realizar un diagnóstico, el médico
puede recomendar que se realice una biopsia cutánea.
El médico también puede solicitar análisis de sangre de rutina para detectar posibles
signos de infecciones, anemia o nefropatía. Si el dolor abdominal es intenso, pueden
ser necesarios exámenes por imágenes (como radiografías o ecografías). Una muestra
de heces puede comprobar si hay sangre en las heces (popó). Una muestra de orina puede
revelar si hay sangre o proteínas en la orina.
Hasta la mitad de los niños que desarrollan la HSP tendrán complicaciones renales,
de manera que el médico probablemente comprobará la función renal durante varios meses.
Si el médico sospecha que la HSP ha causado daños renales, es posible que su hijo
tenga que consultar a un médico especialista en riñones (nefrólogo).