¿Qué son las células germinales?
Las células germinales son las células reproductivas de un bebé
aún no nacido. En los niños,
las células producen el esperma y en las niñas,
producen los óvulos.
Estas células se desarrollan en la "línea media" del feto (el lugar
donde residirán el estómago y otros órganos internos) antes de
acomodarse en el lugar de los órganos reproductivos.
¿Qué son los tumores de células germinales?
Las células germinales que crecen de manera anormal pueden transformarse
en un tumor. Con frecuencia, estos tumores se desarrollan en los ovarios o los testículos.
Como las células germinales viajan a lo largo de la línea media para
llegar a los órganos reproductores a medida que desarrolla el feto, a veces
pueden asentarse en otros lugares.
Los lugares más comunes de tumores de células germinales fuera de
los órganos reproductores son los siguientes:
- en parte del tórax, entre la parte anterior y la columna
- en el coxis
- en el abdomen
- en la pelvis
A veces, puede desarrollarse un tumor en la parte media del cerebro.
¿Qué tipos de tumores de células germinales existen?
Al igual que los tumores que se desarrollan en otras partes del cuerpo, los tumores
de células germinales pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Los tipos más comunes de tumores de células germinales incluyen los
siguientes:
Teratomas. Estos tumores son benignos pero se pueden transformar
en malignos. Los teratomas son el tipo más común de tumor de células
germinales que se desarrollan en las zonas extragonadales (fuera de los ovarios o
los testículos). Los teratomas se suelen tratar con cirugía porque la
quimioterapia no sirve para los tumores benignos.
Germinomas. Estos tumores malignos también reciben el nombre
de disgerminomas cuando se encuentran en los ovarios o de seminomas
cuando ocurren en los testículos. También pueden estar en la parte media
del cerebro.
Tumor del saco vitelino (también llamado "tumor del seno endodérmico").
Estos tumores malignos se desarrollan más comúnmente en los ovarios,
los testículos o el coxis.
Carcinoma embrionario. Estos tumores malignos se suelen desarrollar
en los testículos de un adolescente, pero pueden extenderse (hacer metástasis)
a otras partes del cuerpo.
Coriocarcinoma. Este tumor maligno se suele desarrollar en la
placenta durante el embarazo y puede afectar tanto a la madre como al niño.
¿Cuáles son las causas de los tumores de células germinales?
La causa de la mayoría de los tumores de células germinales a veces
es desconocida. Los médicos saben que algunas afecciones médicas pueden
hacer que los niños tengan más probabilidades de desarrollar estos tumores.
Entre ellas, se incluyen las siguientes:
- deformaciones congénitas
que involucran el sistema nervioso central, los genitales, el aparato urinario y la
columna
- afecciones genéticas
que provocan la falta de cromosomas sexuales o la presencia de cromosomas sexuales
adicionales
Los niños con testículos
no descendidos (testículos que permanecen dentro de la pelvis) también
parecen tener más riesgos de desarrollar un tumor de células germinales.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de los tumores de células
germinales?
En las etapas iniciales, los niños con un tumor de células germinales
benigno o maligno tal vez tenga muy pocos síntomas o ninguno en absoluto. A
medida que el tumor crece, es posible que se sienta una masa (bulto) o que aparezcan
síntomas cuando el tumor ejerce presión contra los órganos del
cuerpo.
Según el lugar en el que se encuentre el tumor, puede provocar síntomas
como los siguientes:
- estreñimiento o problemas para retener la orina si el tumor está
en la pelvis
- debilidad en las piernas si el tumor ejerce presión contra los nervios
de la parte inferior de la columna
- forma o tamaño anormal en un testículo
¿Cómo se diagnostican los tumores de células germinales?
Si el médico cree que un niño puede tener un tumor, hará un
examen físico y ordenará las siguientes pruebas:
Estudios de diagnóstico por imágenes. Pueden incluir
una tomografía computada, una resonancia magnética, una radiografía,
una ecografía y un centellograma. Estos estudios son útiles para determinar
el tamaño y la ubicación del tumor. También pueden ayudar a determinar
si el cáncer se extendió a otras partes del cuerpo.
Biopsia. Una biopsia
es la extracción de un pequeño trozo de tejido para analizarlo en un
laboratorio. Esta observación a cargo de un patólogo ayuda al oncólogo
(médico especializado en cáncer) a hacer el diagnóstico y escoger
el tratamiento adecuado. Las biopsias se pueden hacer por medio de una laparoscopía
con una pequeña incisión y una cámara que guía los movimientos
del médico. En otros casos, tal vez sea necesaria una cirugía más
complicada debido a la ubicación del tumor.
Análisis de sangre. Los análisis como el recuento
sanguíneo, el análisis del riñón y el análisis
del hígado permiten comprobar la presencia de minerales en la sangre y ofrecen
información importante sobre el funcionamiento del hígado y de otros
órganos. Los análisis de alfafetoproteína (AFP) y de beta gonadotropina
coriónica humana (β-HCG) reciben el nombre de "marcadores tumorales".
Estos análisis comprueba si los niveles de estas proteínas en el cuerpo
son superiores a lo normal. Los niveles más elevados pueden indicar la existencia
de un tumor de células germinales. Estos análisis también permiten
comprobar cómo está funcionando el tratamiento contra el cáncer.
Los marcadores también son útiles después del tratamiento para
determinar si el tumor ha vuelto a aparecer.
Si un tumor puede estar relacionado con una enfermedad genética subyacente,
es posible que también se hagan estudios genéticos.
¿Cómo se tratan los tumores de células germinales?
A los niños con tumores de células germinales benignos se les hará
una cirugía para extraerlos. Quienes tengan tumores malignos primero tendrán
que atravesar un proceso que se denomina estadificación.
La estadificación es un sistema de clasificación
que ayuda a los médicos a determinar hasta dónde ha avanzado el cáncer.
Para esto, se tienen en cuenta cosas como las siguientes:
- el tamaño del tumor (o de los tumores)
- la profundidad del tumor dentro de un órgano
- si el tumor ha hecho metástasis en ganglios linfáticos u órganos
cercanos o distantes
Esta información, combinada con la edad y la salud general del niño,
ayuda a los médicos a desarrollar planes de tratamiento. Los planes pueden
incluir las siguientes opciones, ya sea solas o combinadas:
Cirugía. Los niños con tumores malignos son sometidos
a una cirugía para quitar la mayor cantidad de células cancerígenas
posible.
Radioterapia. Este tratamiento
usa la radiación de alta energía de los rayos X, los rayos gamma o las
partículas subatómicas de movimiento rápido (denominada terapia
con haces de protones) para atacar y destruir las células cancerígenas.
La radiación no suele ser necesaria para tratar los tumores de células
germinales porque, en general, son muy sensibles a la quimioterapia.
Quimioterapia. La quimioterapia
permite tratar el cáncer en todo el cuerpo. La quimioterapia también
es la terapia más importante para tratar células microscópicas
(muy pequeñas) que pueden estar ocultas en otras partes del cuerpo y que no
pueden ser detectadas en una tomografía ni se pueden sentir en un examen. Con
frecuencia, se combinan varias drogas de quimioterapia para atacar las células
cancerígenas de distintas maneras.
De cara al futuro
El estrés de tener un hijo que está recibiendo tratamiento para cualquier
tipo de tumor puede ser un sentimiento abrumador. Pero no está solo. Para buscar
apoyo, hable con el médico de su hijo o con el trabajador social del hospital.
Existen muchos recursos que lo pueden ayudar a usted y a su hijo a atravesar este
tiempo difícil.
Fecha de revisión: junio de 2018