Alimentar a su bebé es una experiencia emocionante para cualquier padre
primerizo. También puede intimidar un poco, sobre todo cuando uno no sabe
muy bien qué esperar. He aquí una guía rápida sobre un
aspecto importante de la alimentación del bebé: hacerlo eructar.
Los eructos ayudan a expulsar parte del aire que los bebés tienden a tragar
mientras se alimentan.
En algunos bebés, el hecho de que no los hagan eructar a menudo y de que traguen
demasiado aire pueden hacer que regurgiten, se pongan inquietos y tengan gases.
Cómo hacer eructar a su bebé
Para hacer eructar a su bebé, unas palmaditas suaves y repetidas en la espalda
deberían funcionar; no es necesario que lo golpee con fuerza. Para evitar que
el bebé manche la ropa cuando regurgite o tenga "eructos húmedos", tal
vez prefiera colocar una toallita o babero bajo la barbilla del bebé o sobre
su propio hombro.
Pruebe a experimentar con distintas posturas para hacer eructar a su bebé
a fin de encontrar la que les resulte más cómoda a ambos. Muchos padres
prefieren utilizar uno de los tres siguientes métodos:
- Siéntese bien erguido y apoye al bebé contra su pecho.
La barbilla del bebé debería reposar sobre su hombro mientras usted
sostiene al bebé con una mano. Con la otra mano, vaya dándole suaves
palmaditas en la espalda. El hecho de sentarse en una mecedora y mecerse suavemente
con el bebé mientras hace lo que acabamos de describir también le puede
ayudar.
- Siente al bebé en el regazo o sobre las rodillas. Sostenga
el pecho y la cabeza del bebé con una mano, apoyando la barbilla del pequeño
en la palma, de modo que el extremo inferior de la palma esté en contacto con
el pecho del bebé (pero tenga cuidado en agarrarlo por la barbilla, no por
la garganta). Utilice la otra mano para dar una suaves palmaditas en la espalda del
bebé.
- Coloque al bebé, tumbado boca abajo, sobre el regazo.
Sostenga la cabeza del bebé y asegúrese de que queda más alta
que su pecho. Dele unas suaves palmaditas en la espalda.
Si el bebé parece inquieto mientras lo alimenta, deje temporalmente de alimentarlo,
hágalo eructar y vuelva a alimentarlo de nuevo. Intente hacerlo eructar cada
de 2 a 3 onzas (de 60 a 90 ml) de leche si le da el biberón, o cada vez que
lo cambie de pecho si lo amamanta.
Si su bebé es proclive a tener gases, regurgita mucho, padece una enfermedad
por reflujo gastroesofágico (ERGE) o parece inquieto mientras lo alimenta,
intente hacerlo eructar tras cada onza (30 ml) de leche si le da el biberón
o cada cinco minutos si lo amamanta. Si el bebé no eructa al cabo de pocos
minutos, cámbielo de postura e intente hacerlo eructar durante unos pocos minutos
más antes de volverlo a alimentar. Haga eructar siempre al bebé al concluir
la toma.
Durante los primeros seis meses de vida, mantenga a su bebé en una postura
erguida durante los 10 a 15 minutos (o durante más tiempo, si el bebé
tiende a regurgitar o padece la enfermedad por reflujo gastroesofágico) inmediatamente
posteriores a cada toma para impedir el reflujo de la leche. Pero no se preocupe si
su bebé regurgita a veces. Probablemente le molesta más a usted que
a él.
A veces, su bebé se despertará porque tiene gases; en esa situación,
el mero hecho de colocarlo erguido y hacerlo eructar es posible que lo ayude a volver
a conciliar el sueño. A medida que su bebé se haga mayor, a usted no
le debería preocupar que deje de eructar durante o después de cada toma.
Generalmente, esto solo significa que ya ha aprendido a comer sin tragar demasiado
aire.
Los bebés con cólico
del lactante (tres o más horas diarias de llantos continuos) es posible que
tengan gases por haber tragado demasiado aire durante las crisis de llanto, lo que
puede incrementar su malestar. Utilizar gotas contra los gases no
se ha demostrado que sea una forma eficaz de tratar los cólicos ni los gases,
y algunos de los medicamentos que se venden con este propósito pueden ser peligrosos.
Fecha de revisión: julio de 2016