La triada de la atleta
Hannah se unió al equipo
de atletismo en primero de bachillerato y entrenó muy duro para convertirse
en una velocista fuerte y esbelta. Cuando su entrenador le dijo que su rendimiento
mejoraría si perdiera un poco de peso, empezó, de inmediato, a contar
todas las calorías de cuanto ingería y a aumentar la duración
de sus entrenamientos. Estaba demasiado ocupada con los entrenamientos y las competiciones
para darse cuenta de que había dejado de tener la menstruación (coloquialmente
conocida como "la regla"); le preocupaba mucho más que la fractura por sobrecarga
que se había hecho en el tobillo la enlenteciera.
Aunque Hannah cree que sus intensas sesiones de entrenamiento y su disciplinada
dieta le están ayudando a rendir más en el deporte, en el fondo, es
muy posible que se esté perjudicando, tanto a ella como a su salud.
¿Qué es la triada de la atleta?
El deporte y el ejercicio físico son una parte importante de llevar un estilo
de vida saludable y equilibrada. La gente que hace deporte está más
sana, saca mejores notas, tiene menos probabilidades de padecer depresión y
utiliza el alcohol, los cigarrillos y otros tipos de drogas con menos frecuencia que
la gente que no hace deporte. Pero, en algunas chicas, el hecho de no saber compaginar
la satisfacción de las necesidades de su propio organismo con las del deporte
que practican puede tener graves consecuencias para su salud.
Algunas chicas que hacen deporte o ejercicio físico intenso se exponen a
padecer un problema conocido como "triada de la atleta" (también denominado
"triada de la deportista"). Esta triada solo afecta a las mujeres y es una combinación
de las siguientes tres afecciones: alteraciones en la conducta alimentaria, amenorrea
y osteoporosis. Una atleta puede tener uno, dos o los tres componentes de la triada.
Factor 1 de la triada: alteraciones en la conducta alimentaria
La mayoría de las chicas afectadas por la triada de la atleta intentan perder
peso para mejorar su rendimiento deportivo. Las alteraciones en la conducta alimentaria
que acompañan a la triada de la atleta pueden ir de no ingerir una cantidad
suficiente de calorías para hacer frente a las demandas de energía que
implica la práctica deportiva, evitar determinados tipos de alimentos que los
atletas consideran "inadecuados" (como las grasas) hasta presentar trastornos graves
de la alimentación, como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa.
Factor 2 de la triada: amenorrea
Cuando una mujer hace un ejercicio físico muy intenso sin ingerir las calorías
que necesita, lo más probable es que su organismo produzca una menor cantidad
de las hormonas que ayudan a regular el ciclo menstrual. Consecuentemente, sus ciclos
menstruales se pueden volver sumamente irregulares y hasta puede llegar a dejar de
menstruar. Por descontado, es normal que una adolescente se salte periodos menstruales,
de forma ocasional, especialmente durante el año inmediatamente posterior a
la menarquia. El mero hecho de que a una chica no le venga la menstruación
en una ocasión no implica automáticamente que deba tener la triada de
la atleta. También puede implicar que le ocurre algo distinto, como un embarazo
o una afección médica. Si mantienes relaciones sexuales y no te viene
la regla, habla con tu médico.
Algunas chicas que hacen mucho deporte y con mucha intensidad es posible que no
lleguen a tener su primer periodo menstrual por lo mucho que entrenan. Otras pueden
tener la menarquia, seguida de varios periodos menstruales pero, cuando aumentan los
entrenamientos y cambian sus hábitos de alimentación, dejan de menstruar.
Factor 3 de la tríada: osteoporosis
Las concentraciones de estrógenos son más bajas en las chicas afectadas
por la triada de la atleta. Estas concentraciones, unidas a una alimentación
deficiente, sobre todo en lo relativo a la ingesta de calcio, pueden desembocar en
osteoporosis, el tercer componente de la triada. La osteoporosis es un debilitamiento
de los huesos, debido a pérdidas de densidad ósea y a una inadecuada
formación de los huesos. Esta afección puede arruinar la carrera de
una atleta, ya que se puede asociar a fracturas por estrés o sobrecarga y a
otro tipo de lesiones.
Por lo general, los años de la adolescencia son un período en que
las mujeres deberían incrementar al máximo el desarrollo de su masa
ósea. El hecho de que una chica no ingiera una cantidad suficiente de calcio
durante esta etapa puede tener un efecto negativo y duradero en lo fuertes que serán
sus huesos en el futuro.
¿Quiénes desarrollan la triada de la atleta?
A muchas chicas les preocupa el volumen y la forma de sus cuerpos. Y el hecho de
ser una atleta muy competitiva y de practicar un deporte que exige entrenar muy duro
se pueden añadir a esta preocupación.
Las chicas con la triada de la atleta se preocupan tanto por el o los deportes
que practican que lo harían casi todo para mejorar su rendimiento físico.
Las artes marciales y el remo son ejemplos de deportes donde se clasifica a las atletas
por categorías de peso corporal. Por lo tanto, el peso corporal es una parte
importante del programa de entrenamiento, y este factor expone a las chicas que los
practican al riesgo de desarrollar alteraciones en la conducta alimentara.
Participar en deportes donde se valora positivamente la delgadez también
aumenta el riesgo de padecer la triada de la atleta. En deportes como la gimnasia
rítmica, el patinaje artístico y el ballet se valoran muy positivamente
el hecho de tener un cuerpo delgado y esbelto. Algunas atletas hasta llegan a recibir
de sus entrenadores y jueces comentarios sobre lo mucho que les convendría
perder peso para mejorar.
Incluso en deportes donde el volumen y la forma del cuerpo no son importantes,
como las carreras a media distancia y el esquí de travesía, las chicas
pueden sentirse presionadas por sus compañeras de quipo, padres y monitores,
que creen erróneamente que "si perdieran peso", rendirían más.
La verdad es que el mero hecho de perder peso no suele mejorar el rendimiento deportivo.
La gente que está en forma y que lleva una vida lo bastante activa como para
competir, suele tener mucha masa muscular y poca grasa y, por lo tanto, son los músculos
los que pasan hambre cuando una atleta reduce su ingesta de alimentos. Además,
si una chica pierde peso sin necesitarlo, esa pérdida de peso interferirá
en sus procesos corporales, como la menstruación y el desarrollo óseo.
Así mismo, en algunas atletas muy competitivas, la confluencia de factores
como una baja autoestima, la tendencia al perfeccionismo y el estrés familiar
que rodea a las competiciones también las expone a desarrollar alteraciones
en la conducta alimentaria.
¿Cuáles son sus signos y sus síntomas?
Cuando una chica presenta factores de riesgo para desarrollar la triada de la atleta,
es posible que ya esté presentando algunos síntomas y signos de esta
afección, como los siguientes:
- pérdida de peso
- periodos menstruales irregulares o ausencia de la menstruación
- fatiga y reducción de la capacidad de concentración
- facturas por estrés o sobrecarga (fracturas que ocurren por uso excesivo
y sin que la persona reciba traumatismos importantes)
- otras lesiones
Las chicas con la triada de la atleta suelen presentar signos y síntomas
de trastornos de la conducta alimentaria, como los siguientes:
- seguir haciendo dieta aunque ya hayan perdido peso
- preocupación por la comida y por el peso
- ir al váter a menudo durante o después de las comidas
- uso de laxantes
- pelo y uñas quebradizos
- caries dentales porque en las chicas con bulimia el esmalte dental está
desgastado debido a sus vómitos frecuentes
- sensibilidad al frío
- valores bajos en frecuencia cardíaca y tensión arterial
- irregularidades cardíacas y dolor de pecho
¿Cómo ayudan los médicos?
Hacer una exploración física en profundidad es fundamental para poder
hacer un diagnóstico de triada de la atleta. Cuando un médico sospecha
que una de sus pacientes podría padecer una triada de la atleta, lo más
probable es que le formule preguntas sobre sus periodos menstruales, su alimentación,
sus hábitos deportivos, los medicamentos que toma y cómo se siente con
respecto a su cuerpo. Esto le permitirá elaborar sus antecedentes médicos.
Una nutrición deficiente también puede repercutir en el cuerpo de
la paciente de muchas formas distintas; por lo tanto, es posible que el médico
solicite análisis de sangre para evaluar la anemia y otros problemas relacionados
con la triada. El médico también avaluará otros factores que
podrían explicar la pérdida de peso y la ausencia de periodos menstruales
en su paciente. Puesto que la osteoporosis expone a quienes la padecen a sufrir fracturas
óseas, es posible que el médico también pida varias pruebas para
evaluar la densidad ósea.
Los médicos no están solos para ayudar a sus pacientes afectadas
por la triada de la atleta. Sus monitores y entrenadores, sus padres, los fisioterapeutas,
los pediatras, los especialistas en medicina adolescente, los médicos de medicina
deportiva, los nutricionistas y dietistas y los especialistas en salud mental pueden
trabajar conjuntamente para tratar los problemas físicos y emocionales que
debe afrontar una chica con la triada de la atleta.
Puede ser tentador ignorar el dato de que no te ha venido la regla durante varios
meses seguidos, pero es importante recibir ayuda lo antes posible. A corto plazo,
la triada de la atleta puede conllevar una reducción del rendimiento físico,
fracturas por estrés y otras lesiones. Pero, a largo plazo, puede conllevar
debilidad ósea, efectos duraderos sobre el sistema reproductivo y problemas
de corazón.
Una chica que se está recuperando de una triada de la atleta podría
trabajar con un dietista a fin de alcanzar y mantener un peso saludable, al tiempo
que ingiere una cantidad suficiente de calorías y de nutrientes para estar
sana y rendir en el deporte. Dependiendo de la cantidad de ejercicio físico
que esté haciendo, es posible que necesite reducir la duración de sus
entrenamientos. El hecho de hablar con un psicólogo o terapeuta le podrá
ayudar a superar sus sentimientos depresivos, la presión que recibe de sus
entrenadores y/o familiares y/o su baja autoestima, así como a encontrar formas
de afrontar sus problemas sin tener que restringir la ingesta de alimentos ni hacer
ejercicio de forma desmesurada.
Algunas chicas pueden tener que tomar hormonas para que sus cuerpos puedan disponer
de los estrógenos que necesitan a fin de impedir pérdidas óseas
de cara al futuro. Los suplementos de calcio y de vitamina D también pueden
ayudar a las chicas que han sufrido pérdidas óseas como consecuencia
de la tríada de la atleta.
¿Qué puedo hacer si creo que alguien la padece?
Es tentador pasar por alto una triada de la atleta con la esperanza de que remita
por si sola. Pero se trata de una afección que requiere la ayuda de un médico
y de otros profesionales de la salud. Si una amiga tuya, una hermana o una compañera
de tu equipo presentara signos y síntomas de la triada de la atleta, coméntaselo
a ella y anímala a buscar tratamiento profesional. Si se negara a tomar medidas,
deberías exponer tu sospecha a uno de tus padres, a su entrenador o al personal
de enfermería de tu centro de estudios.
Tal vez te preocupe que puedas parecer una entrometida por hacerle preguntas sobre
su salud, pero puedes estar tranquila: no lo serás en absoluto. El hecho de
preocuparte por una amiga o familiar es un signo de que esa persona te importa. Es
posible que hablar contigo sea justamente lo que ella necesita.
Consejos para las mujeres deportistas
He aquí unos cuantos consejos para ayudar a las atletas en edad adolescente
a mantenerse en la cota máxima de su condición física:
- Lleva un registro de tus períodos menstruales. Es fácil
olvidarse de cuándo te vino tu última regla. Por eso, es importante
que vayas anotando tus períodos menstruales en un calendario: marca el día
en que te vino la regla y el día en qué se te fue y si el sangrado fue
particularmente intenso o particularmente débil. De ese modo, si te dejara
de venir la menstruación, lo sabrías de inmediato y dispondrías
de información precisa para responder a las preguntas de tu médico.
- No te saltes comidas ni tentempiés. Si vas de aquí
para allá, entre tu centro de estudios, los entrenamientos y las competiciones
deportivas, es posible que tengas la tentación de saltarte comidas o tentempiés
para ganar tiempo. Pero lo que comas hoy mejorará tu rendimiento deportivo
de cara al futuro; por lo tanto, llena tu casillero y tu bolsa de alimentos que te
gusten y que sean fáciles de tomar, como panecillos, palitos de queso, nueces
y semillas sin sal, verduras y hortalizas crudas, barritas de cereales y piezas de
fruta.
- Visita a un dietista o nutricionista que trabaje con atletas en edad adolescente.
Él te ayudará a poner en marcha un plan estratégico de alimentación
adaptado a tus necesidades y te informará sobre si estás ingiriendo
suficientes calorías y nutrientes básicos, como el hierro, el calcio
y las proteínas. Y, si necesitaras suplementos, un nutricionista te podría
recomendar las mejores opciones.
- Hazlo por ti misma. La presión ejercida por tus compañeras
de equipo, tus padres y tus entrenadores puede trasformar la diversión del
deporte que practicas en una verdadera pesadilla. Si no estás disfrutando de
ese deporte, haz un cambio. Recuerda que se trata de tu cuerpo y de tu vida. Tú,
pero no tu entrenador ni tus compañeras de equipo, serás quien tendrá
que vivir de cara al futuro con cualquier problema que provoques en tu cuerpo ahora.
Fecha de revisión: enero de 2014
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