Vinculación con su bebé
El vínculo es el intenso apego afectivo que
se desarrolla entre los padres y su bebé. Hace que los padres deseen colmar
a su pequeño de amor y cariño, protegerlo y cuidarlo. Es el vínculo
que hace que los padres se levanten a media la noche para alimentar
a su bebé hambriento y el que les hace estar pendientes de su amplia gama de
llantos.
Los científicos todavía están aprendiendo muchas cosas sobre
este vínculo afectivo. Saben que este fuerte vínculo entre padres e
hijos proporciona al bebé el primer modelo de relaciones íntimas y favorece
una sensación de seguridad y una autoestima
positiva en el pequeño. Así mismo, la receptividad de los padres a las
señales del lactante puede afectar al desarrollo social y cognitivo del niño.
¿Por qué es importante la formación del
vínculo?
La formación del vínculo es fundamental para el bebé. Estudios
hechos con monos recién nacidos a quienes se les proporcionaban muñecos
que les hacía de madres desde el nacimiento mostraron que, incluso cuando los
muñecos estaban hechos de material suave y proporcionaban leche artificial,
los bebés de mono socializaban mejor cuando tenían madres vivas con
quienes interactuar. Los bebés de mono con muñecos que hacían
de madre también eran más proclives a sentirse desesperados. Los científicos
sospechan que la no formación del vínculo afectivo en bebés humanos
pueda causar problemas similares.
La mayoría de los lactantes están preparados para vincularse de inmediato.
Los padres, por su parte, pueden tener una mezcla de sentimientos al respecto. Algunos
padres sienten un fuerte apego hacia su bebé en los primeros minutos o días
después de que nazca. Otros pueden tardar un poco más de tiempo en forjar
este vínculo.
Pero la formación del vínculo es un proceso, no algo que sucede en
unos minutos ni algo que tenga que ocurrir a la fuerza durante cierto periodo de tiempo
después del nacimiento del bebé. Para muchos padres, el apego es una
consecuencia de los cuidados cotidianos que suministran a su pequeño. Tal vez
usted no se dé cuenta de que está formando ese vínculo con su
hijo hasta que observe su primera sonrisa y, de repente, se dé cuenta de que
le invade un profundo sentimiento de amor y de dicha.
Las formas en que se vinculan los bebés
Cuando nazca su bebé, lo más probable es que usted tarde un tiempo
en entender a su recién nacido y todas las formas en que puede interaccionar:
- El tacto es una de las primeras formas de comunicarse de los bebés, ya
que responden al contacto piel a piel. Es tranquilizador tanto para el bebé
como para usted, al tiempo que favorece el crecimiento
saludable y el desarrollo del pequeño.
- El contacto ocular también proporciona una comunicación significativa
a corta distancia.
- Los bebés pueden seguir con la vista objetos en movimiento.
- Los bebés intentan imitar, desde muy pronto, las expresiones faciales y
los gestos que ven en sus cuidadores.
- Los bebés prefieren las voces humanas y disfrutan vocalizando en sus primeros
intentos de comunicarse. Los bebés suelen disfrutar escuchando las conversaciones
de sus cuidadores, así como sus descripciones de lo que ellos hacen y del entorno.
Crear el apego
Formar un vínculo de apego con su bebé será probablemente
uno de los aspectos más placenteros de su cuidado. Puede empezar acunando al
bebé, meciéndolo en su regazo y acariciándolo suavemente. Si
usted y su pareja sostienen, tocan y abrazan a su bebé a menudo, su pequeño
pronto aprenderá a distinguir entre sus formas de tocarlo. Ambos pueden aprovechar
la oportunidad de estar "piel a piel" con su recién nacido, manteniéndolo
en contacto con su propia piel mientras lo alimentan o lo acunan.
Los bebés, sobre todo los bebés prematuros y los que tienen problemas
médicos, pueden responder al masaje para lactantes. Puesto que los bebés
no son tan resistentes como los adultos, deberá masajear a su bebé con
mucha suavidad. Antes de intentar dar un masaje a su bebé, asegúrese
de formarse bien sobre las técnicas adecuadas, consultado alguno de los muchos
libros, vídeos y sitios web que existen sobre este tema. También puede
ponerse en contacto con su hospital local para averiguar si se dan clases de masaje
infantil para lactantes en su área.
Tanto la lactancia materna como la artificial son momentos naturales para formar
y afianzar el vínculo con el bebé. Los bebés responden al olor
y al tacto de sus madres, así como a la receptividad de ambos padres a sus
necesidades. En los partos sin complicaciones, los profesionales que atienden al bebé
intentan aprovechar el periodo de alerta inmediatamente posterior al nacimiento y
animan a los padres a sostener y a alimentar al bebé. De todos modos, esto
no siempre es posible y, aunque sería lo ideal, el contacto inmediato no es
necesario para el establecimiento de un buen vínculo de apego entre padres
e hijos.
Los padres adoptivos pueden estar preocupados sobre la formación del vínculo
con sus bebés. Aunque puede ocurrir antes en algunos padres que en otros, los
bebés adoptados y sus padres se pueden vincular tan bien como lo hacen los
padres biológicos y sus hijos.
Vincularse con papá
Los hombres de hoy en día pasan más tiempo con sus bebés que
los padres de generaciones anteriores. Aunque los padres a menudo anhelan un contacto
más estrecho con sus bebés, su vinculación con el bebé
suele seguir pautas diferentes que en las madres, en parte porque carecen del contacto
estrecho y temprano que tienen las madres cuando les dan el pecho.
Pero los padres deberían ser conscientes, desde el principio, que el hecho
de establecer un vínculo de apego con su hijo no es cuestión de convertirse
en una segunda mamá. En muchos casos, los padres comparten actividades especiales
con sus bebés. Además, ambos padres se benefician enormemente cuando
se apoyan mutuamente y se animan entre sí.
Las actividades de vinculación temprana incluyen las siguientes:
- participar conjuntamente en el parto y el alumbramiento del bebé.
- alimentar al bebé (sea mediante lactancia
natural o artificial); a veces, los padres forman un vínculo especial con
el bebé al ocuparse de él a media noche, dándole el biberón
y cambiándole el pañal.
- leerle o cantarle
al bebé
- bañar
al bebé
- imitar los movimientos del bebé
- imitar los gorjeos, balbuceos y otras vocalizaciones del bebé, sus primeros
esfuerzos para comunicarse
- utilizar un canguro portabebés frontal durante las actividades cotidianas
- dejar que el bebé note con el tacto las diferentes texturas del rostro
del padre
Cómo crear un sistema de apoyo
Por supuesto, es más fácil vincularse con su bebé si las personas
que le rodean le apoyan y le ayudan a desarrollar la confianza en sus habilidades
para la crianza. Este es uno de los motivos por el cual los expertos recomiendan que
los bebés permanezcan en la habitación del hospital de sus madres. Aunque
es cierto que cuidar de un bebé es agobiante y agotador al principio, usted
se puede beneficiar del apoyo emocional procedente del personal hospitalario y empezar
a sentirse más segura de sus capacidades como madre. A pesar de que permanecer
en la habitación de la madre no suele ser posible para los bebés prematuros
o con necesidades especiales, el apoyo del personal hospitalario puede facilitar la
formación del vínculo con el bebé.
Al principio, cuidar de un recién nacido puede requerir casi toda su atención
y energía, sobre todo si ha optado por la lactancia materna. La formación
del vínculo será mucho más fácil si la madre no está
agotada debido a todas las demás cosas que debe atender en su casa, como las
tareas domésticas (limpiar la casa, hacer las comidas y lavar la ropa). Ayuda
mucho que la pareja de la madre haga un refuerzo extra en las tareas domésticas
cotidianas y que ofrezca a la madre mucho apoyo emocional en general.
También está bien pedir ayuda a los parientes y amigos durante los
días o, incluso, las semanas que sigan a la llegada del bebé a casa.
De todos modos, puesto que tener gente a su alrededor durante este periodo de transición
puede resultarle incómodo, agobiante o estresante, tal vez prefiera pedir a
su allegados que le traigan la comida hecha a casa, saquen a pasear al perro o le
hagan recados fuera de casa.
Factores que pueden afectar a la formación del vínculo
La formación del vínculo se puede retrasar por diversos motivos.
Es posible que los padres se hayan formado una imagen de su futuro bebé, en
cuanto a sus rasgos físicos y emocionales. Cuando, tras el nacimiento o la
adopción, se encuentran con su bebé, es posible que la realidad les
obligue a modificar su imagen mental. Puesto que la cara del bebé es el instrumento
de comunicación fundamental, desempeña un papel crítico en la
formación del vínculo y del apego.
Las hormonas también pueden influir significativamente en la formación
del vínculo. Aunque el hecho de amamantar al bebé durante las horas
inmediatamente posteriores al parto favorece la formación del vínculo,
también provoca la secreción de muchas hormonas diferentes en el cuerpo
de la madre. A algunas madres les resulta difícil formar el vínculo
con sus bebés porque las hormonas están causando verdaderos estragos
en sus organismos o porque desarrollan una depresión
posparto. La formación del vínculo también se puede retrasar
si la madre está profundamente agotada y con dolor tras un parto largo y difícil.
Si su bebé tiene que pasar algún tiempo en la unidad de cuidados
intensivos neonatales (UCIN), es posible que a usted le impresione la cantidad y la
complejidad del equipo al que estará conectado. Pero seguirá siendo
importante que establezca un vínculo con su bebé. El personal hospitalario le ayudará a manipular y acariciar al bebé
a través de las aberturas de la incubadora (un moisés especial para
las salas de recién nacidos). Cuando su bebé esté preparado,
el personal le ayudará a sostenerlo y llevarlo en brazos. Hasta que llegue
ese momento, usted podrá dedicarse a observarlo, tocarlo, acariciarlo y hablarle.
En poco tiempo, su bebé la reconocerá y responderá a su voz y
a su contacto.
El personal de enfermería le ayudará
a aprender a bañar y a alimentar a su bebé. Si está utilizando
la leche materna que se ha extraído previamente con una bomba de extracción
de leche, el personal hospitalario, incluyendo un asesor de lactancia, la podrá
ayudar a hacer la transición al amamantamiento antes de que vuelvan a casa.
Algunas unidades de cuidados intensivos también ofrecen habitaciones a compartir
con el bebé antes de volver a casa, para facilitar esta transición.
¿Y si surgen problemas?
Si tiene la sensación de que no se está formando un vínculo
de apego entre usted y su bebé cuando lo lleve a la primera visita con el pediatra,
comente sus preocupaciones con él. Podría ser un signo de depresión
posparto. O la formación del vínculo se podría haber retrasado
por problemas de salud importantes o inesperados en su bebé. También
se podría deber a lo agotada y agobiada que se siente tras la llegada del recién
nacido.
En cualquier caso, cuanto antes se aborde el problema, mejor. Los profesionales
de la salud están acostumbrados a abordar este tipo de cuestiones y podrán
ayudarla a estar más preparada para vincularse con su bebé.
Así mismo, suele ayudar el hecho de compartir sus sentimientos sobre la
formación del vínculo con otros padres. Pregunte sobre clases de crianza
para padres de recién nacidos.
La formación del vínculo es una experiencia compleja, personal y
que requiere su tiempo. No existe ninguna fórmula mágica ni se puede
forzar. Un bebé cuyas necesidades básicas se están cubriendo
no sufrirá solo porque el vínculo no sea fuerte desde el principio.
A medida que se vaya sintiendo más cómoda con su bebé y que su
nueva rutina se vuelva más predecible, tanto usted como su pareja se sentirán
más seguros sobre todos los aspectos sorprendentes implicados en la crianza
de su pequeño.
Fecha de revisión: junio de 2018
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