¿Qué hace el cerebro?
El cerebro controla lo que piensas y sientes, cómo aprendes y recuerdas
y la forma en que te mueves. También controla muchas cosas de las que apenas
te das cuenta, como el latido de tu corazón y la digestión de la comida.
Piensa en el cerebro como en una computadora central que controla todas las funciones
de tu cuerpo. El resto del sistema nervioso viene a ser una red o entramado que envía
mensajes en ambos sentidos entre el cerebro y distintas partes del cuerpo. Lo hace
a través de la médula espinal, que desciende por la
espalda desde el cerebro. Contiene nervios en su interior, unos filamentos que se
ramifican hacia los demás órganos y partes del cuerpo.
Cuando llega un mensaje al cerebro procedente de cualquier parte del cuerpo, el
cerebro envía al cuerpo un mensaje sobre cómo reaccionar. Por ejemplo,
si tocas un horno caliente, los nervios de tu piel enviarán un mensaje de dolor
a tu cerebro. Y el cerebro responderá enviando un mensaje a los músculos
de tu mano para que la retires. Afortunadamente, esta carrera de relevos neurológica
ocurre en solo un instante.
¿De qué partes consta el sistema nervioso?
El sistema nervioso está compuesto por el sistema nervioso central y el
sistema nervioso periférico:
- el cerebro y la médula espinal forman el sistema nervioso central.
- Y los nervios que se extienden por todo el cuerpo forman el sistema nervioso
periférico.
El cerebro humano es increíblemente compacto, y solo pesa unas tres libras
(unos 1.360 gramos). De todos modos, tiene muchos pliegues y surcos. Esto le da la
superficie añadida que necesita para almacenar información importante
para el cuerpo.
La médula espinal es una acumulación de tejido nervioso de unas 18
pulgadas (45 cm de largo) y 1/2 pulgada de grosor (poco más de 1 cm). Se extiende
desde la parte inferior del cerebro hasta el final de la columna vertebral. A lo largo
de todo su recorrido, los nervios se van ramificando hacia el resto del cuerpo.
Tanto el cerebro como la médula espinal están protegidos por huesos:
el cerebro, por los huesos del cráneo, y la médula espinal, por una
serie de huesos entrelazados en forma de anillo, llamados vértebras, que forman
la columna vertebral. Ambos están protegidos y amortiguados por capas de unas
membranas llamadas meninges, así como por un líquido especial conocido
como líquido cefalorraquídeo. Este
líquido ayuda a proteger el tejido nervioso, a mantenerlo sano y a eliminar
sus productos de desecho.
¿Cuáles son las partes del cerebro?
El cerebro está compuesto por tres grandes partes: el prosencéfalo,
el mesencéfalo y el robencéfalo.
El prosencéfalo
El prosencéfalo (también conocido como "cerebro anterior") es la
parte más voluminosa y compleja del cerebro. Está formado por el telencéfalo,
el área con todos los pliegues y surcos que se suele ver en las ilustraciones
del cerebro, así como por otras estructuras que hay debajo de él.
El telencéfalo contiene la información que, básicamente,
te convierte en quien eres: tu inteligencia, tu memoria, tu personalidad, tus emociones,
tu habla y tu capacidad de sentir y de moverte. Áreas específicas del
telencéfalo se encargan de procesar diferentes tipos de información.
Se llaman lóbulos, y hay cuatro en total: el lóbulo frontal, el parietal,
el temporal y el occipital.
El telencéfalo se divide en dos mitades, llamadas hemisferios. Están
conectadas por la parte central mediante un haz de fibras nerviosas (el cuerpo calloso)
que permite que se comuniquen entre sí. Aunque ambas mitades puedan parecer
idénticas, como una imagen y su reflejo, muchos científicos creen que
tienen funciones diferentes.
- El hemisferio izquierdo se considera el lado lógico, analítico y
objetivo.
- El hemisferio derecho se considera el lado más intuitivo, creativo y subjetivo.
Por lo tanto, mientras haces cuentas, utilizas el hemisferio izquierdo. Pero, mientras
escuchas música, utilizas el lado derecho del cerebro. Se cree que en algunas
personas predomina más el hemisferio izquierdo o el hemisferio derecho, mientras
que en otras no predomina ningún hemisferio porque utilizan ambos hemisferios
en la misma medida.
La capa más externa del telencéfalo se llama córtex
o corteza cerebral (también conocida como la "materia gris"). La información
recogida por los cinco sentidos llega al córtex cerebral. Después, esta
información se envía a otras partes del sistema nervioso para su ulterior
procesamiento. Por ejemplo, cuando tocas un horno caliente, no solo recibes el mensaje
de que retires la mano, sino que esa información también se dirige a
otras partes del cerebro para ayudarte a recordar que no vuelvas a tocar un horno
caliente.
En la parte interna del prosencéfalo se encuentran el tálamo, el
hipotálamo y la hipófisis:
- El tálamo se encarga de enviar los mensajes procedentes
de los órganos sensoriales, como los ojos, los oídos, la nariz y los
dedos, a la corteza cerebral.
- El hipotálamo te controla el pulso, la sed, el apetito, los patrones de
sueño y otros procesos que ocurren en tu cuerpo de forma automática.
- El hipotálamo también controla la hipófisis,
una glándula que fabrica las hormonas que controlan el crecimiento, el metabolismo,
el equilibrio de agua y minerales, la maduración sexual y la respuesta al estrés.
El mesencéfalo
El mesencéfalo (también conocido como "cerebro medio"), situado debajo
de la parte central del prosencéfalo, actúa como un maestro de ceremonias,
coordinando todos los mensajes que llegan al cerebro y los que salen hacia la médula
espinal.
El rombencéfalo
El rombencéfalo (también conocido como "cerebro posterior"), se encuentra
debajo de la parte posterior del telencéfalo. Engloba el cerebelo,
el puente y el bulbo raquídeo (o médula oblonga). El cerebelo, también
conocido como "el pequeño cerebro" porque parece una versión a pequeña
escala del cerebro, controla el equilibrio, el movimiento y la coordinación.
El puente y el bulbo raquídeo, junto con el mesencéfalo, se suelen
conocer como el tronco encefálico (o tallo cerebral). El tronco
encefálico recibe, envía y coordina los mensajes cerebrales. También
controla muchas de las funciones que el cuerpo realiza automáticamente, como
la respiración, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial,
el tragar, la digestión y el parpadeo.
¿Cómo funciona el sistema nervioso?
El funcionamiento básico del sistema nervioso depende en gran medida de
unas células diminutas llamadas neuronas. El cerebro contiene
miles de millones de esas células, que están especializadas en muchas
funciones diferentes. Por ejemplo, las neuronas sensoriales envían información
sensorial al cerebro desde los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel.
Las neuronas motoras envían mensajes procedentes del cerebro al resto del cuerpo.
Todas las neuronas se envían información entre sí a través
de un proceso electro-químico complejo, y establecen unas conexiones que afectan
a la forma en que piensas, aprendes, te mueves y te comportas.
La inteligencia, el aprendizaje y la memoria. Cuando creces y
aprendes cosas, los mensajes viajan de una neurona a otra, una y otra vez, creando
conexiones (o vías neuronales) en el interior de tu cerebro. Por eso, aprender
a conducir requiere mucha concentración pero, más adelante, conduces
de una forma casi automática porque las vías neuronales ya están
bien establecidas.
En los niños pequeños, el cerebro es sumamente adaptable. De hecho,
cuando una parte del cerebro de un niño se lesiona, otra parte suele aprender
a desempeñar algunas de las funciones perdidas. Pero, a medida que nos hacemos
mayores, al cerebro cada vez le cuesta más establecer nuevas redes neuronales,
lo que hace que nos resulte más difícil dominar tareas nuevas o cambiar
patrones de conducta ya establecidos. Por eso, muchos científicos creen que
es importante seguir planteando nuevos retos al cerebro para que aprendan cosas nuevas
y establezcan nuevas conexiones. Esto ayuda a mantener activo al cerebro durante todo
el curso de la vida.
La memoria es otra función compleja del cerebro. Las cosas que haces, aprendes
y ves se procesan primero en la corteza cerebral. Luego, si sientes que esa información
es lo bastante importante como para que merezca la pena recordarla de forma permanente,
se envía a otras partes del cerebro (como el hipocampo y la amígdala)
a fin de que la retengas en la memoria a largo plazo. A medida que esos mensajes viajan
por el cerebro, se crean vías neuronales que son los fundamentos de la memoria.
El movimiento. Distintas partes del telencéfalo se encargan
de mover distintas partes de cuerpo. El lado izquierdo del cerebro controla los movimientos
del lado derecho del cuerpo, y el lado derecho del cerebro controla los movimientos
del lado izquierdo del cuerpo. Cuando aprietas el acelerador con el pie derecho, es
el hemisferio cerebral izquierdo el que envía el mensaje que te permite hacer
ese movimiento.
Funciones corporales básicas. Una parte del sistema nervioso
periférico llamada sistema nervioso autónomo es la
que controla muchos de los procesos corporales en los que casi nunca necesitas pensar,
como la respiración, la digestión, la transpiración (o sudoración)
y el temblar. El sistema nervioso autónomo está compuesto por dos partes:
el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.
El sistema nervioso simpático prepara al cuerpo para las
respuestas rápidas en situaciones de estrés, como si presenciaras un
robo. Cuando ocurre algo peligroso, el sistema nervioso simpático hace que
el corazón bombee más deprisa para que envíe más sangre
a las distintas partes del cuerpo que la podrían necesitar. También
hace que las glándulas suprarrenales, ubicadas en la parte superior de los
riñones, segreguen adrenalina, una hormona que ayuda a proporcionar fuerza
adicional a los músculos para una huida rápida. Este proceso se conoce
como respuesta de "lucha o huida".
El sistema nervioso parasimpático hace justo lo contrario:
prepara al cuerpo para el descanso. También ayuda a que funcione bien el tubo digestivo para
que el cuerpo pueda asimilar eficazmente los nutrientes de los alimentos.
Los sentidos
La vista. Probablemente la vista nos dice muchas más cosas
sobre el mundo que nos rodea que cualquier otro sentido. La luz que nos entra por
los ojos forma una imagen invertida
sobre la retina. La retina transforma la luz en señales nerviosas y las envía
al cerebro. El cerebro invierte la imagen para que la veas derecha y te indica qué
es lo que estás viendo.
El oído. Todos los sonidos que oyes son ondas sonoras que
te entran por los oídos
y hacen que te vibren los tímpanos. Esas vibraciones viajan a lo largo de la
cadena de huesecillos del oído medio y se transforman en señales nerviosas.
La corteza cerebral procesa esas señales y te indica qué estás
oyendo.
El gusto. La lengua contiene unos grupitos de células sensoriales,
llamadas papilas gustativas, que reaccionan a las sustancias químicas de los
alimentos. Las papilas gustativas reaccionan a los sabores dulce, ácido, salado
y amargo. Ellas son las encargadas de enviar mensajes a las áreas de la corteza
cerebral encargadas de procesar el sabor.
El olfato. Las células olfativas de la mucosa que recubre
el interior de tus fosas nasales reaccionan a las sustancias químicas que inspiras
y envían mensajes al cerebro a través de nervios específicos.
El tacto. La piel
contiene millones de receptores sensoriales que recogen información relacionada
con el tacto, la presión, la temperatura y el dolor, y la envían al
cerebro para que la procese y tú reacciones en consonancia.
Fecha de revisión: mayo de 2019