¿Qué es la fobia social?
Es natural sentirse cohibido, ponerse nervioso o sentir vergüenza o timidez
ante otras personas de vez en cuando. La mayoría de la gente atraviesa esos
momentos cuando lo necesita. Pero en algunas personas, la ansiedad que acompaña
a esa timidez y cohibición es excesiva.
Cuando la gente se siente tan cohibida y ansiosa que no puede hablar o socializar
la mayor parte del tiempo, es probable que la causa sea más que la timidez.
Se puede tratar de un trastorno de ansiedad
llamado fobia social (también conocido como ansiedad social).
¿Qué ocurre cuando una persona tiene fobia social?
Los sentimientos extremos de timidez e inhibición se trasforman en un miedo
poderoso. Consecuentemente, la persona se siente incómoda al participar
en situaciones sociales todos los días.
La gente con fobia social suele ser capaz de interactuar con su familia y unos
pocos amigos cercanos. Pero conocer gente nueva, hablar en un grupo o en público
pueden hacer que su timidez excesiva se ponga de manifiesto.
En la fobia social, la timidez excesiva, la inhibición y el miedo a sentir
vergüenza interfieren en la vida diaria. En vez de disfrutar de las actividades
sociales, las personas con fobia social temen este tipo de situaciones y pueden llegar
a evitarlas por completo.
¿Cuál es la causa de la fobia social?
Al igual que otras fobias, la fobia social es una reacción de miedo ante
algo que, en el fondo, no es peligroso; pero la mente y el cuerpo reaccionan como
si se tratara de un peligro real. Esto significa que la persona tiene sensaciones
físicas de miedo, como respiración y pulso acelerados. Estas reacciones
forman parte de la respuesta de lucha-huida de nuestro cuerpo. Están
causadas por un súbito incremento de la epinefrina y otras sustancias químicas
que preparan al cuerpo para luchar o para escapar rápidamente.
Este mecanismo biológico se activa cuando tenemos miedo. Se trata de una
respuesta incorporada en nuestro sistema nervioso que nos alerta del peligro para
que nos podamos proteger. En la fobia social, esta respuesta se activa demasiado a
menudo, con demasiada intensidad y en situaciones en las que no se debería
activar. Puesto que las sensaciones físicas que acompañan a esta respuesta
son reales (y a veces son bastante fuertes), el peligro también parece real.
Por lo tanto, la persona puede reaccionar paralizándose y sentirse incapaz
de interactuar.
Mientras el cuerpo experimenta estas sensaciones físicas, la mente siente
emociones como el miedo o el nerviosismo.
Las personas con fobia social suelen interpretar estas sensaciones y emociones
de una manera que las lleva a evitar la situación ("Oh, no, el corazón
me está latiendo muy deprisa, esto debe de ser muy peligroso; será mejor
que lo evite"). Otra persona puede interpretar las mismas sensaciones físicas
de una forma diferente ("Vaya. El corazón me está latiendo muy deprisa.
Me estoy poniendo nervioso porque ya casi es mi turno para hablar. Siempre me ocurre.
Pero no pasa nada").
¿A qué le temen las personas con fobia social?
Cuando una persona tiene fobia social, sus temores y preocupaciones se centran
en su conducta social; sin importar que se trate de una presentación importante
en la clase o de una pequeña charla junto a los casilleros.
La gente con fobia social se suele sentir cohibida y molesta ante la posibilidad
de que otras personas la vean o la juzguen. Son más sensibles al miedo a pasar
vergüenza, a hacer el ridículo, a cometer errores, a recibir críticas
o que los demás se rían de ellas. Nadie quiere pasar por este tipo de
circunstancias. Pero la mayoría de las personas no dedica mucho tiempo a preocuparse
por eso. El miedo y la ansiedad son desproporcionados para la situación.
¿Cómo puede afectar la fobia social a la vida de una persona?
En la fobia social, las ideas y los miedos sobre lo que piensan los demás
se exageran en la mente de la persona. La persona se empieza a centrar en los aspectos
embarazosos que podrían ocurrir en vez de pensar en las cosas positivas. Esto
hace que la situación parezca mucho peor de lo que es, y también hace
que la persona tienda a evitarla.
La fobia social afecta a la vida de una persona de varias formas, entre las que
se incluyen las siguientes:
- Sentirse sola o decepcionada por haber perdido oportunidades para hacer
amigos y disfrutar. La fobia social puede hacer que algunas personas no se
atrevan a hablar con sus amigos durante la hora del almuerzo o de la comida en la
escuela, no se unan a actividades o clubs de extraescolares, no vayan a fiestas ni
salgan con nadie.
- No aprovechar la escuela al máximo. Es posible que,
debido a la fobia social, una persona deje de responder a preguntas en clase, no se
atreva a leer en voz alta o no sea capaz de hacer una presentación. Una persona
con fobia social puede estar demasiado nerviosa para hacer una pregunta en clase o
para acudir a un profesor en busca de ayuda.
- Perderse oportunidades para compartir sus aptitudes y aprender nuevas
habilidades. La fobia social puede impedir que las personas se presenten
a audiciones para las obras de teatro en su escuela o a las pruebas para formar parte
un equipo deportivo, participen en programas de aptitudes o se unan a proyectos. La
fobia social no solo impide que las personas prueben cosas nuevas. También
les impide cometer los errores normales de todos los días que ayudan a las
personas a ir mejorando sus habilidades progresivamente.
¿Qué es el mutismo selectivo?
Algunos niños y adolescentes son sumamente tímidos y tienen tanto
miedo a hablar con los demás que no hablan en absoluto con algunas personas
(como un profesor o alumnos que ellos no conocen) o en algunos lugares (como en las
casas de otras personas). En algunos casos, este tipo de fobia social recibe el nombre
de "mutismo selectivo".
Las personas con mutismo selectivo pueden hablar. De hecho, tienen conversaciones
absolutamente normales con aquellos con quienes se sienten cómodos o bien en
ciertos lugares. Pero otras situaciones les provocan tal grado de ansiedad que no
son capaces de hablar en absoluto.
Algunas personas pueden interpretar erróneamente su silencio como una actitud
de soberbia o de mala educación. Pero en el mutismo selectivo y la fobia social,
este silencio se debe a la incomodidad y al miedo, no a una mala predisposición
a cooperar, ni a la falta de respeto o de educación.
¿Por qué algunas personas desarrollan fobia social?
Tanto los niños, como los adolescentes y los adultos pueden tener fobia
social. En la mayoría de los casos, este trastorno empieza cuando una persona
es joven. Al igual que otros problemas relacionados con la ansiedad, la fobia social
se desarrolla debido a una combinación de los siguientes tres factores:
- La constitución biológica de la persona.
La fobia social se puede deber, en parte, a los genes y al temperamento que hereda
una persona. Los rasgos genéticos que se heredan de los padres y de otros parientes
pueden influir en la forma en que el cerebro siente y regula las reacciones de ansiedad,
timidez, nerviosismo y estrés. Así mismo, algunas personas nacen con
un temperamento tímido y tienden a ser cautas y sensibles en las situaciones
nuevas, prefiriendo solo lo que les resulta familiar. La mayoría de las personas
que desarrollan fobia social siempre han tenido un temperamento tímido.
No todas las personas con temperamento tímido desarrollan fobia social
(de hecho, la mayoría no lo hace). Pasa lo mismo con los genes. Pero las persona
que heredan estos rasgos tienen más probabilidades de desarrollar fobia social.
-
Comportamientos aprendidos de modelos de rol (sobre todo, de los padres).
El temperamento naturalmente tímido de una persona se puede ver afectado por
lo que aprende de sus modelos de rol. Si los padres y otras personas reaccionan sobreprotegiendo
a un niño tímido, el niño no tendrá la oportunidad de
acostumbrarse a situaciones nuevas y a personas nuevas. Con el tiempo, la timidez
puede acabar evolucionando a una fobia social.
Los padres tímidos
también pueden sentar un ejemplo, de forma involuntaria, al evitar ciertas
interacciones sociales. Un niño tímido que vea esto aprenderá
que socializar resulta incómodo y estresante, y que es mejor evitarlo.
- Acontecimientos vitales y experiencias. Si las personas
que nacen con una naturaleza cauta tienen experiencias estresantes, se puede volver
más cautelosas y tímidas. Sentirse presionado a interactuar de maneras
para las que uno no se siente preparado, recibir críticas, ser humillado, o
tener otros miedos o preocupaciones pueden aumentar las probabilidades de que una
persona tímida o temerosa desarrolle ansiedad social.
Las personas que reciben críticas o reacciones de desaprobación
constantemente pueden crecer esperando que los demás las juzguen de una forma
negativa. Que los demás se metan con ellas o que las acosen hacen que las personas
tímidas se retraigan todavía más. Tendrán miedo de cometer
errores o de decepcionar a los demás y serán más sensibles a
las críticas.
Lo bueno es que el efecto de estas experiencias negativas se puede revertir con
un esfuerzo lento pero constante. El miedo se puede aprender. Y también es
posible aprender a dejar de tener miedo.
Cómo afrontar la fobia social
Las personas con fobia social pueden aprender a gestionar
el miedo, desarrollar la confianza y las habilidades necesarias para afrontar situaciones
difíciles y dejar de evitar las cosas que les provocan ansiedad. Pero no siempre
es fácil. Superar la fobia social significa tener la valentía de ir
más allá de lo que te resulta cómodo, yendo poco a poco.
A continuación, encontrarás quién puede guiar y apoyar a una
persona a superar su fobia social:
- Los terapeutas pueden ayudar a la gente a reconocer
las sensaciones físicas que les provocan las situaciones de lucha-huida, y
enseñarles a interpretar esas sensaciones de una forma más precisa.
Los terapeutas pueden ayudar a la gente a elaborar un plan para afrontar los miedos
sociales uno a uno, y también ayudarla a adquirir las habilidades y la confianza
necesarias para lograrlo. Esto incluye poner en práctica nuevos comportamientos.
A veces, aunque no siempre, se utilizan medicamentos que reducen la ansiedad como
parte del tratamiento de la fobia social.
- La familia y los amigos son especialmente importantes para las
personas que están afrontando su fobia social. El apoyo adecuado de unas pocas
personas clave puede ayudar a quienes padecen este trastorno a reunir el coraje necesario
para salir de su zona de confianza y probar algo nuevo.
Los desprecios,
los sermones, las críticas y las exigencias de cambio no ayudan nada y solo
consiguen que la persona se sienta peor. La fobia social no es culpa de la persona
que la tiene ni es algo que nadie escoja. Por el contrario, los amigos y la familia
pueden animar a las personas con fobia social para que se fijen una pequeña
meta a conseguir, recordarles que se esfuercen en alcanzarla y estar a su lado cuando
se desanimen. Los buenos amigos y la familia están ahí para celebrar
cada pequeño éxito a lo largo del camino.
Superar la fobia social
Para afrontar la fobia social es necesario tener paciencia, valentía para
hacer frente a los miedos y probar cosas nuevas, y la disposición a practicar.
Es necesario el compromiso de seguir adelante, en vez de retirarse cuando apriete
la timidez.
Poco a poco, una persona que decide superar su timidez extrema puede aprender a
sentirse más cómoda. Cada pequeño paso hacia delante ayuda a
aumentar la confianza para tomar el siguiente pequeño paso. A medida que la
timidez y los miedos vayan desapareciendo, la confianza y los pensamientos positivos
irán creciendo. Bastante pronto, la persona pensará menos en lo que
podría hacerla sentirse incómoda y más en lo que la podría
divertir.
Fecha de revisión: agosto de 2018