Distensión de isquiotibiales
Frank estaba intentando correr más rápido
que un jugador del equipo contrario para patear la pelota en un partido de fútbol
cuando sintió un dolor agudo en la parte posterior de la pierna izquierda.
Cayó al suelo y, cuando intentó volver a caminar, se volvió a
caer de nuevo y lo tuvieron que ayudar a salir del campo de juego.
Al día siguiente, Frank fue al médico. Este le preguntó unas
pocas preguntas, le revisó la pierna y le dijo que tenía una distensión
de grado 2 —un desgarro parcial— en uno de sus músculos isquiotibiales.
¿Qué es una distensión de isquiotibiales?
Hay tres músculos que bajan por la parte posterior
de la pierna, desde el muslo hasta la rodilla (el bíceps femoral,
el semitendinoso y el semimembranoso) que
ayudan flexionar la rodilla y a extender la cadera. Conjuntamente, todos ellos reciben
el nombre de músculos isquiotibiales. Una distensión de isquiotibiales,
también conocida como "tirón de isquiotibiales", ocurre cuando uno o
más de estos músculos se estiran o distienden demasiado y se empiezan
a desgarrar.
Las distensiones de isquiotibiales pueden ser leves, con
poco dolor y un período de recuperación breve. O pueden ser graves y
requerir una operación una operación y el uso de muletas durante varias
semanas.

¿Cuáles son los síntomas de una distensión
de isquiotibiales?
Lo más probable es que, si experimentas una distensión de isquiotibiales
mientras corres, lo sepas inmediatamente. Sentirás un dolor agudo y tal vez
un crujido en la parte posterior del muslo. No podrás seguir corriendo y es
posible que te caigas.
Otros síntomas de distensión de isquiotibiales son los siguientes:
- dolor en la parte posterior del muslo al extender o doblar la pierna
- sensibilidad inusual al tacto o presión, hinchazón y aparición
de hematomas en el área afectada
- debilidad en la pierna afectada que dura mucho tiempo después de sufrir
la lesión
¿Cómo se diagnostican
las distensiones de isquiotibiales?
Una distensión de isquiotibiales la puede diagnosticar un entrenador en
el banquillo o bien un fisioterapeuta. A menudo, es necesario ir al médico
cuando se padece esta afección. El médico te explorará la pierna
y te hará preguntas sobre cómo te ocurrió la lesión y
sobre cuánto te duele.
La exploración le ayudará a discernir cuál es el grado de
distensión que padeces:
- Grado 1; se trata de una distensión leve. Es posible que
experimentes cierto dolor al utilizar la pierna, pero será leve y se asociará
a una hinchazón mínima.
- Grado 2; se trata de un desgarro parcial de uno o más de los músculos
isquiotibiales. Es posible que te haga renguear al andar y que sientas dolor
cuando estés activo. Tal vez tengas hinchazón y hematomas en el
área afectada y es posible que no logres estirar completamente la pierna.
- Grado 3; se trata del desgarro total o completo de uno o más de
los músculos isquiotibiales. Te dolerá bastante, no podrás
estirar la pierna por completo y notarás la inflamación inmediatamente
después de sufrir la lesión. Te resultará muy difícil
andar y lo más probable es que necesites muletas.
¿Qué causa las distensiones de isquiotibiales?
Las distensiones de isquiotibiales ocurren generalmente como consecuencia de una
sobrecarga muscular, como cuando estás corriendo y extiendes completamente
la pierna justo antes de que el pie impacte contra el suelo. En una situación
como esta, los músculos isquiotibiales pueden estirarse demasiado y desgarrarse.
La gente que participa en ciertas actividades que implican hacer esprints (correr
a gran velocidad durante un período de tiempo breve) o saltar (como el atletismo,
el fútbol, el fútbol americano, el lacrosse, el baloncesto y el baile)
tiene un mayor riesgo de sufrir distensiones de isquiotibiales. Este tipo de lesiones
son más frecuentes en los adolescentes que están haciendo el estirón.
Esto se debe a que los huesos de la pierna pueden crecer más deprisa que los
músculos, tirando de ellos y haciéndolos más susceptibles a que
se estiren demasiado.
Algunos de los factores que pueden contribuir a una distensión de isquiotibiales
son los siguientes:
- No hacer sesiones de calentamiento antes de hacer ejercicio físico.
Unos músculos agarrotados tienen más probabilidades de sufrir distensiones
que unos músculos fuertes y flexibles.
- No estar en forma o excederse con el ejercicio. Unos músculos
débiles son menos capaces de soportar el estrés del ejercicio físico,
y unos músculos que están cansados por el exceso de ejercicio pierden
parte de su capacidad de absorber energía, lo que favorece las lesiones.
- Desequilibrio en el tamaño de los músculos de la pierna.
Es bastante frecuente que los cuadriceps, los músculos de la parte anterior
del muslo estén más desarrollados y sean más fuertes que los
isquiotibiales. Cuando practicas una actividad que implica correr, los isquiotibiales
pueden cansarse antes que los cuadriceps, lo que aumenta el riesgo de sufrir una distensión
de isquiotibiales.
- Falta de técnica. Si no tienes una buena técnica
para correr, forzarás más los isquiotibiales y favorecerás que
se distiendan.
- Retomar la actividad física demasiado pronto después de
haberse lesionado. Las distensiones de isquiotibiales necesitan mucho tiempo
de reposo para curarse por completo. Intentar reiniciar la actividad física
demasiado pronto después de una distensión aumenta las probabilidades
de una nueva lesión de isquiotibiales.
¿Cómo puedes prevenir las distensiones de isquiotibiales?
Mantener los músculos en forma es lo mejor que puedes hacer para prevenir
las distensiones de isquiotibiales. He aquí algunas formas de contribuir a
protegerte de este tipo de distensiones (¡y otras lesiones deportivas!):
- Haz sesiones de calentamiento adecuadas antes de iniciar cualquier tipo
de ejercicio o actividad física intensa. Corre sin moverte del sitio
durante un minuto o dos o haz algunos saltos abriendo y cerrando los brazos sobre
la cabeza para calentar los músculos. Luego haz varios estiramientos dinámicos
(pide a un entrenador o monitor deportivo que te enseñe cómo hacerlos).
Después de hacer ejercicio, haz varios estiramientos estáticos en los
que se estiran los músculos con suavidad, manteniendo cada estiramiento durante
treinta segundos o más.
- Mantén unos músculos fuertes y flexibles a lo largo de todo
el año. Haz ejercicio con regularidad y adopta un buen programa de
estiramientos para que los músculos no se te colapsen cuando hagas un ejercicio
físico intenso.
- Incrementa la intensidad y duración de las sesiones de entrenamiento
de forma gradual y lentamente. Una buena regla básica consiste en
asegurarse de añadir no más de un 10% cada semana a la cantidad de kilómetros
o de millas que corres o al tiempo que pasas haciendo deporte.
- Si te duele el muslo, detén la actividad de inmediato.
Si te preocupa que puedas haberte distendido los isquiotibiales, dales tiempo de reposo
y no reinicies la actividad física hasta que deje de dolerte por completo la
pierna afectada, la notes fuerte y puedas moverla con tanta libertad como la otra
pierna.
¿Cómo se tratan las distensiones de isquiotibiales?
Lo bueno es que solo los desgarros musculares más graves requieren cirugía.
La mayoría de las distensiones de isquiotibiales se curan solas o con fisioterapia.
Para tratar una distensión de isquiotibiales, sigue estos consejos:
- Utiliza la siguiente fórmula en cuatro pasos: "Descanso, hIelo,
Compresión Y Elevación" lo antes posible después de lesionarte.
Para recordarla, ayuda utilizar la regla mnemotécnica de las iniciales: "lo
que DICE el sentido común":
- Descanso. Limita la cantidad de tiempo que pasas
andando e intenta no apoyar peso en la pierna afectada si te lo indica el médico.
- Hielo. Utiliza una bolsa de cubitos de hielo o
una compresa fría para ayudar a reducir la hinchazón durante las primeras
48 horas posteriores a la lesión. Deberías empezar lo antes posible
después de lesionarte y luego de tres a cuatro horas durante 20 a 30 minutos
seguidos hasta que desaparezca la inflamación.
- Compresión. Utiliza una cinta elástica
o vendaje elástico para proporcionar sostén a la pierna afectada y reducir
la inflamación si te lo recomienda el médico. Los médicos recomiendan
utilizar vendajes elásticos, en lugar de shorts, porque se adaptan
mejor.
- Elevación: cuando te sientes o acuestes, mantén
la pierna afectada elevada.
- Toma medicamentos contra el dolor (analgésicos). El ibuprofeno
y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pueden ayudar a aliviar
el dolor y a reducir la hinchazón en la pierna lesionada. Algunos médicos
prefieren otros medicamentos como el paracetamol. Habla con tu médico sobre
cuál deberías tomar.
- Haz ejercicios de estiramiento y de fuerza. Ir añadiendo
poco a poco algunos ejercicios puede ayudar a mejorar la fuerza y la flexibilidad
en la pierna afectada (y, quizás, también a impedir que te vuelvas a
lesionar los isquiotibiales de nuevo). Un médico, un entrenador o un fisioterapeuta
te indicará cuándo están listos tus isquiotibiales para esos
ejercicios.
Si tienes un desgarro completo de uno de los músculos o tendones de los
isquiotibiales, es posible que el médico tenga que acudir a la cirugía
para volver a unir el tendón al hueso o fijar el tendón.
No pasarse de la raya es la clave en este tipo de lesiones. Mucha gente vuelve
a sufrir nuevas distensiones de isquiotibiales por retomar el ejercicio físico
demasiado deprisa. O sea que sigue los consejos de tu médico y no te fuerces
ni te sientas presionado por retomar el deporte u otras actividades físicas
demasiado pronto.
Fecha de revisión: junio de 2016
|
|