Hay muchas cosas que pueden hacer que un niño vomite, como algunas enfermedades,
el mareo causado por el movimiento, el estrés y otros problemas. De todos modos,
en la mayoría de los casos, los vómitos en los niños están
causados por una gastroenteritis, una infección del tubo digestivo.
La gastroenteritis, a menudo llamada "gripe estomacal" o "gripe intestinal", suele
estar causada por virus
con los que entramos en contacto todos los días. Aparte de los vómitos,
la gastroenteritis también puede causar náuseas, dolor abdominal y diarrea.
Las gastroenteritis no suelen durar mucho tiempo y son más molestas que
peligrosas. Pero los niños (sobre todo los bebés) que no toman una cantidad
suficiente de líquidos y que también tienen diarrea, se pueden deshidratar.
Esto implica que sus cuerpos pierdan agua y nutrientes, lo que podría conducir
a otras enfermedades.
Es importante mantener la calma; los vómitos asustan a los niños
pequeños (y a sus padres) y son agotadores para cualquier niño, independientemente
de su edad. Para que su hijo se recupere rápidamente, es fundamental que lo
tranquilice y que impida que se deshidrate.
La mejor manera de prevenir la deshidratación o de tratar cualquier pérdida
de líquidos de carácter leve consiste en dar a los niños los
líquidos adecuados en los momentos adecuados (lo que recibe el nombre de "rehidratación
oral").
¿Qué es la rehidratación oral?
Cuando se pierden líquidos debido a los vómitos y/o a la diarrea,
es importante compensar esas pérdidas lo antes posible. La clave está
en beber pequeñas cantidades de líquido a menudo para compensar el agua
y los nutrientes que se han perdido.
Los mejores líquidos a administrar son las soluciones de rehidratación
oral, también conocidas como soluciones orales de electrolitos.
Estas soluciones tienen el equilibrio adecuado de líquidos y minerales para
sustituir a los que se han perdido a través de los vómitos y para ayudar
a los niños a mantenerse hidratados.
La mayoría de las soluciones de rehidratación oral se pueden comprar
en supermercados, droguerías o farmacias. Si cree que su hijo corre el riesgo
de deshidratarse, llame a su médico. Tal vez le dé instrucciones específicas
sobre la rehidratación oral y consejos sobre cuál es la solución
de rehidratación más adecuada para su hijo.
Un aviso importante: los medicamentos de venta sin receta médica para tratar
las náuseas, los vómitos y la diarrea no son recomendables para bebés
ni para niños. En algunas situaciones, los médicos pueden recomendar
medicamentos para las náuseas o los vómitos, pero solo se pueden usar
cuando van acompañados de receta médica.
Consejos para la rehidratación: Bebés (desde el nacimiento hasta
los 12 meses de edad)
- No dé agua corriente a un bebé, a menos que el
médico se lo indique y especifique la cantidad. El agua corriente puede alterar
el equilibro de nutrientes de la sangre de su bebé.
- Si su bebé tiene menos de dos meses de edad y vomita (no se limita a regurgitar,
sino que vomita lo que parece ser una comida entera) en TODAS las tomas, llame a su
médico de inmediato.
En bebés amamantados
- Si su bebé se alimenta exclusivamente de leche
materna y vomita (no se limita a regurgitar, sino que vomita lo que parece ser
una comida entera) más de una vez, dele de mamar durante períodos más
breves (de 5 a 10 minutos por toma) cada dos horas. A medida que su bebé lo
vaya tolerando, vaya aumentando la duración de la toma.
Si su
bebé continúa vomitando a pesar de haber aplicado estos cambios, explíqueselo
a su médico. Cuando su hijo lleve unas 8 horas sin vomitar, podrá volver
a amamantarlo con normalidad.
En bebés que se alimentan de leche de fórmula
- Ofrézcale cantidades pequeñas pero frecuentes (de unas 2 cucharaditas
de té o 10 mililitros) de una solución de rehidratación oral
sin sabor cada 15 a 20 minutos, sea con una cucharadita o una jeringuilla. Consulte
al médico para saber cuál es el tipo de solución de rehidratación
oral mejor para su hijo.
- A los bebés que superan los 6 meses de edad puede no gustarles una solución
oral de rehidratación sin sabor. Puede comprar soluciones saborizadas (solo
para bebés mayores de seis meses de edad) o puede añadir ½ cucharadita
de té (unos 3 mililitros) de jugo de frutas en cada toma de solución
de rehidratación oral.
- Si su bebé consigue retener la solución de rehidratación
oral durante más que un par de horas sin vomitar, vaya aumentando la cantidad
solución que le dé de forma gradual. Por ejemplo, si su hijo suele tomar
4 onzas (unos 120 mililitros) de leche en cada toma, aumente lentamente la cantidad
de solución de rehidratación oral a lo largo del día hasta alcanzar
esa cantidad.
- A veces, los bebés que tienen mucha sed tratan de beber mucha cantidad
de líquido muy deprisa sin poderlo tolerar. No le dé
a su bebé una cantidad de solución de rehidratación oral mayor
de la cantidad de leche que suele tomar; si lo hiciera, llenaría demasiado
un estómago ya irritado y lo más probable es que volviera a vomitar.
- Una vez su bebé pase más de 8 horas sin vomitar, reinicie lentamente
las tomas con leche de fórmula. Empiece con tomas frecuentes pero reducidas
de media a una onza (entre 20 y 30 mililitros). Aumente la cantidad de leche de fórmula
de forma progresiva hasta llegar a la cantidad que le da en sus tomas habituales.
Si su bebé ya come sólidos, puede empezar a darle alimentos sólidos
en pequeñas cantidades. Si su bebé no vomita durante 24 horas, puede
volverlo a alimentar con normalidad.
Consejos para la rehidratación: Niños y adolescentes (a partir de
1 año)
- Dele a su hijo líquidos transparentes o claros (evite
la leche y los productos lácteos) en pequeñas cantidades cada 15 minutos.
La cantidad que le dé cada vez puede ir de 2 cucharaditas de té (10
mililitros) a dos cucharadas (30 mililitros o 1 onza), dependiendo de la edad que
tenga su hijo y de la cantidad que pueda sea capaz de retener sin vomitar.
Hay muchas opciones de líquidos transparentes, como las siguientes:
-
sorbos de agua o hielo picado
-
soluciones de rehidratación oral saborizadas o soluciones de rehidratación
oral sin sabor, con ½ cucharadita (unos 3 mililitros) de jugo de fruta (naranja,
manzana, pera o uva)
-
helados o polos de solución de rehidratación oral
-
caldo
-
gelatina
- Si su hijo vomita, vuelva a empezar con cantidades más reducidas
de líquido (2 cucharaditas de té o unos 10 mililitros) y continúe
como se indica más arriba. Asegúrese de evitar los refrescos y los jugos
de frutas, ya que ambos podrían empeorar las cosas. Es posible que los niños
pidan bebidas deportivas de venta comercial, pero tenga mucho cuidado con ellas: contienen
mucho azúcar y podrían empeorar las cosas.
- Cuando su hijo lleve unas 8 horas sin vomitar, vuelva a ofrecerle alimentos sólidos
de forma progresiva. Pero no le obligue a comer ningún alimento.
Su hijo le dirá cuándo tiene hambre. Es posible que su hijo prefiera
empezar llevando una dieta blanda, a base de galletas saladas, tostadas, puré
de papas, compota de manzana o sopas livianas.
- Si su hijo no vomita durante 24 horas, retome lentamente su dieta habitual. No
es necesario eliminar los productos lácteos a no ser que parezca que le empeoran
los vómitos o la diarrea.
Los vómitos debidos a una gastroenteritis están causados por virus
que se pueden contagiar a otras personas. Por lo tanto, no permita que su hijo vaya
a la escuela o la guardería hasta que lleve sin vomitar un mínimo de
24 horas. Y recuerde que lavarse
las manos bien y con frecuencia es la mejor manera de proteger a su familia de
muchas infecciones.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Si su hijo se niega a tomar líquidos o si los vómitos prosiguen después
de haber aplicado los consejos de rehidratación, llame al médico. También
debe llamarlo si su hijo presenta alguno de los siguientes síntomas
de deshidratación.
En bebés:
- ausencia o escasez de lágrimas al llorar
- labios secos
- menos de cuatro pañales mojados al día si se trata de un bebé
(más de 4 a 6 horas sin mojar un pañal en los bebés menores de
6 meses de edad)
- comportamiento irritable
- la fontanela de la cabeza parece más plana de lo habitual o está
un poco hundida
- aspecto débil o flacidez corporal
- no despertarse para comer
En niños y adolescentes:
- no orinar durante 6 a 8 horas
- boca seca y pegajosa, labios agrietados
- piel seca o arrugada (sobre todo en el abdomen y la parte superior de brazos y
piernas)
- inactividad o reducción del nivel de alerta
- desorientación o somnolencia excesivas
- respiración rápida y profunda
- pulso acelerado o débil
- ojos hundidos
Póngase en contacto con el médico si nota alguno de los siguientes
signos, que también podrían ser indicadores de una enfermedad más
grave que la gastroenteritis:
- su bebé tiene menos de 2 meses y tiene vómitos (no solo regurgitaciones)
- vómitos en proyectil o muy fuertes en un bebé, sobre todo si aún
no ha cumplido los 3 meses de edad
- vómitos en un bebé después de llevar cerca de 24 horas tomando
una solución de rehidratación oral
- los vómitos se reinician en cuanto usted vuelve a retomar la dieta habitual
del niño
- los vómitos comienzan después de una lesión en la cabeza
- vómitos acompañados de fiebre
(temperatura rectal de 100,4 °F/38 °C en bebés menores de 6 meses,
o superior a 101-102 °F/38,3-38,9 °C en niños mayores)
- vomitar un líquido verde intenso o verde amarillento, sangre o una sustancia
de tonalidad marrón similar a los posos del café (lo que puede ser un
signo de sangre mezclada con los ácidos del estómago)
- el abdomen de su hijo está duro, hinchado y le duele entre los episodios
de vómitos
- dolor de estómago muy fuerte
- inflamación, enrojecimiento o dolor en el escroto
- dolor al orinar, sangre
en la orina o dolor de espalda
- dolor de cabeza o rigidez de cuello
Fecha de revisión: mayo de 2019