Algunos niños se preocupan un poco cuando saben que "irán al médico".
Ya sea que vayan a ver al médico de atención primaria (de cabecera)
para un control
de rutina o que vayan a ver a un especialista debido a un problema, los niños
podrían tener miedo o incluso sentirse culpables.
Algunos de estos sentimientos afloran fácilmente y los niños pueden
hablar de ellos. Otros se mantienen en secreto. He aquí cómo ayudar
a su hijo a hablar de sus temores y superarlos.
¿Qué temores tienen los niños ante un examen
médico?
Entre las cosas que preocupan a los niños cuando van al médico se
encuentran las siguientes:
- Separación. Los niños con frecuencia temen que
los padres los dejen en el consultorio y esperen en otra sala. Este miedo a la separación
durante los exámenes misteriosos es muy frecuente en niños menores de
7 años, pero los niños mayores también pueden estar preocupados.
- Dolor. Es posible que los niños tengan temor de que una
parte del examen o procedimiento médico les cause dolor. Por ejemplo, los niños
de entre 6 y 12 años suelen tener miedo de que les den una inyección.
- El médico. Algunos temores de los niños se relacionan
con la actitud del médico. Un niño puede malinterpretar cualidades como
la velocidad, la eficiencia o una actitud desapegada y verlas como severidad, desagrado
o rechazo.
- Lo desconocido. A veces, los niños se preocupan porque
creen que un problema médico puede ser mucho peor de lo sus padres le están
diciendo. Algunos niños que tienen problemas simples tienen miedo de necesitar
una cirugía o una internación; otros niños, con alguna enfermedad,
tienen miedo de morirse.
Además, los niños con frecuencia tienen sentimientos de culpa: tal
vez crean que su enfermedad o afección es un castigo por algo que han hecho
o deberían haber hecho. Los niños que se sienten culpables también
podrían creer que los exámenes y los procedimientos médicos forman
parte de su castigo.
¿Cómo puedo ayudar a mis hijos?
Anime a sus hijos a expresar sus miedos y después abórdelos de un
modo que ellos comprendan. Aquí se incluyen algunas maneras prácticas
de hacerlo:
Explíquele por qué irán al médico
Prepare a los niños avisándoles que visitarán al médico
para que no los tome por sorpresa. Cuando les explique el motivo de la visita, hable
del médico de forma positiva.
Si irá a un control de salud habitual, explíqueles que se trata de
una visita de rutina: "El médico controlará cómo estás
creciendo
y desarrollándote, y te hará preguntas y te revisará para asegurarse
de que tu cuerpo esté sano. Y podrás hacerle todas las preguntas que
quieras sobre tu cuerpo y tu salud". Explíqueles
que los niños sanos van al médico.
Si la visita es para diagnosticar y tratar una enfermedad o afección, explíqueles
(con palabras que no los asusten) que el médico "necesita revisarlos para saber
cómo resolver el problema y ayudarlos a mejorar".
Hable acerca de los sentimientos negativos
Si su hijo va al médico debido a una enfermedad u otra afección,
hable del problema de salud con un lenguaje neutral y tranquilice a su hijo: "Esto
no se debe a nada que hayas hecho ni que te hayas olvidado de hacer. Las enfermedades
de este tipo les ocurren a muchos niños. Tenemos mucha suerte de tener médicos
que pueden encontrar las causas y que saben cómo ayudarnos a mejorar".
Si usted, su pareja, otros parientes o amigos tuvieron (o tienen) la misma afección,
comparta esta información. Saber que otras personas han pasado por lo mismo
puede ayudar a aliviar los temores.
Si su hijo ve al médico por algo que provocó burlas o rechazo de
parte de otros niños (o incluso de adultos), trabaje para aliviar la vergüenza
y la culpa. Con frecuencia, otras personas malinterpretan los problemas como los piojos, la picazón
causada por oxiuros,
orinarse de día o mojar
la cama. Demuestre su apoyo y tranquilice a su hijo explicándole que esta
afección no es su culpa y que muchos niños la padecen.
Si su hijo se lesionó por no respetar las reglas de seguridad, señale
la relación de causa y efecto que hay entre la acción y la lesión,
pero evite culparlo. Podrá decir: "Probablemente no comprendiste el peligro
de lo que hiciste, pero estoy segura de que ahora lo comprendes y sé que no
vas a volver a hacerlo". Si su hijo desobedece reiteradamente las reglas y se lesiona,
hable con el médico. Este tipo de comportamiento inquietante debe ser observado
de cerca.
En todos los casos, asegúrese de explicar (en especial a los niños
pequeños) que ir al médico no es un castigo. Ayude
a los niños a comprender que los adultos van al médico igual que los
niños y que el trabajo del médico consiste en ayudar a las personas
a mantenerse saludables y resolver cualquier problema.
¿Qué deben saber los niños acerca de los controles
de rutina?
Los niños pequeños aprenden mejor mientras juegan y esta puede ser
una manera de responder las preguntas y aliviar los temores que su hijo puede tener.
Puede usar un muñeco para mostrarle a su hijo pequeño de qué
manera un enfermero controlará su estatura y su peso, o mostrarle las partes
del examen de rutina.
Hay muchos libros para niños en los que se explica cómo es una visita
al médico. También es útil dramatizar cómo el médico
podría hacer lo siguiente:
- usar un tensiómetro para "abrazar el brazo"
- mirar dentro de la boca (y necesitará mantener baja a lengua con un palillo
especial durante unos pocos segundos para poder ver la garganta)
- mirar los ojos y el interior de los oídos
- escuchar el pecho y la espalda con un estetoscopio
- palpar el abdomen para escuchar o sentir lo que hay dentro
- revisar rápidamente que las "zonas íntimas" estén sanas
- golpear las rodillas
- revisar los pies
Es importante que los padres les hagan saber a los niños que lo que les
enseñaron sobre la privacidad de sus cuerpos sigue siendo cierto, pero que
los médicos, los enfermeros y los padres a veces deben examinar todas las partes
del cuerpo. Pero remarque que estas personas son las únicas excepciones. Y
tranquilice a su hijo explicándole que usted estará en el consultorio
en todo momento.
¿Qué deben saber los niños sobre otros exámenes?
Si su hijo irá al médico porque tiene una enfermedad o afección
o si visitará a un especialista, tal vez ni siquiera usted sepa qué
esperar durante la visita.
Cuando haga la cita, pida hablar con el médico o un enfermero para obtener
información general sobre lo que ocurrirá durante la visita al consultorio.
Después, podrá explicarle esto a su hijo con un idioma claro y adecuado
para su edad. Sea sincero si sabe que algún procedimiento podría causarle
un poco de vergüenza, molestias o incluso dolor. Pero no le dé demasiados
detalles. Su hijo se sentirá más seguro si sabe qué está
ocurriendo y por qué.
Los niños hacen frente al dolor y las molestias con más facilidad
si están preparados y aprenderán a confiar en usted si usted es sincero
con ellos. Si no sabe mucho acerca de una enfermedad o afección, admítalo
pero tranquilice a su hijo diciéndole que los dos podrán hacerle preguntas
al médico. Escriba las preguntas de su hijo.
Tranquilice a su hijo explicándole que usted estará allí y
que el procedimiento es realmente necesario para resolver (o determinar cómo
resolver) el problema. (Tal vez, los adolescentes prefieran que los examinen sin que
estén presentes sus padres o únicamente con la presencia de un padre
o una persona del mismo sexo. Debe respetar esta preferencia).
Si se tomará una muestra de sangre, tenga cuidado de cómo lo explica.
Algunos niños pequeños se asustan porque creen que "extraer sangre"
significa que les extraerán toda la sangre. Explíquele
que el cuerpo contiene mucha sangre y que solo se necesita una cantidad muy pequeña
para el análisis.
Una vez más, asegúrese de que su hijo comprenda que la visita al
médico no es un castigo por haberse portado mal o haber desobedecido.