¿Cómo aprendiste a montar en bici? Probablemente alguien te dio algunos consejos
y luego tú practicaste mucho. Puedes aprender a estudiar de una forma muy parecida.
Nadie nace sabiendo estudiar. Necesitas aprender unas pocas técnicas de estudios y
luego ponerlas en práctica para desarrollar buenos hábitos de estudio.
¿De qué te servirán las técnicas de estudio? Te facilitarán los aprendizajes académicos
y te ayudarán a obtener mejores resultados en los exámenes, sobre todo cuando empieces
la secundaria.
He aquí seis pasos para estudiar mejor:
- Presta atención en clase.
- Toma buenos apuntes.
- Planifica con antelación los exámenes y trabajos escolares.
- Divide la materia en cachitos. (Si tienes mucho material que aprender, divídelo
en bloques más asequibles.)
- Pide ayuda si te bloqueas o estancas.
- ¡Duerme bien por las noches!
1. Presta atención: los buenos hábitos de estudio empiezan en la clase
He aquí algo que probablemente te sorprenderá: ¿sabías que antes de que te pongas
a estudiar ya has empezado a hacerlo? ¿Cómo es posible? Cuando prestas atención en
clase y tomas buenos apuntes, estás empezando el proceso de aprendizaje y estudio.
¿Te cuesta prestar atención en clase? ¿Te sientas cerca de una persona que habla
mucho o es muy ruidosa? ¿No ves bien la pizarra? Asegúrate de sentarte en un buen
sitio para poder prestar atención. Si hay algo que te impide prestar atención o tomar
buenos apuntes en clase, coméntaselo al profesor o a tus padres.
2. Los buenos apuntes facilitan el estudio
¿No sabes tomar apuntes? Empieza anotando la información que explique o escriba
en la pizarra tu profesor durante la clase. Intenta hacer buena letra para que después
entiendas tus apuntes. También es una buena idea tener los apuntes, exámenes, pruebas
sorpresa y documentos de trabajo ordenados por asignaturas.
3. Si planificas el estudio con antelación, luego te alegrarás de haberlo hecho
Esperar al jueves por la tarde para estudiar el examen del viernes te obligará
a hincar los codos durante toda la noche, ¡lo que no tiene nada de divertido! Además
difícilmente darás lo máximo de ti mismo si no pegas ojo en toda la noche. Todos posponemos
cosas de vez en cuando. Una de las mejores formas de asegurarte de que eso no te pasa
a ti es planificando el tiempo de estudio con antelación.
Pide un calendario que sea guay (uno que te guste y que puedas tener cerca de tu
escritorio o lugar de estudio) y anota las fechas de entrega de los trabajos escolares
y de los exámenes. Luego planifica cuánto tiempo dedicarás cada día a estudiar cuando
salgas del colegio o instituto y cuánto tiempo dedicaras a cada asignatura. ¿Las clases
y actividades extraescolares hacen que te resulte difícil encontrar tiempo para estudiar?
Pide a tu madre o padre que te ayuden a diseñar un horario para organizarte el tiempo.
4. ¡Divídelo en cachitos!
Cuando tengas que estudiar mucho material, te ayudará dividirlo en cachitos. Supongamos
que tienes una prueba de ortografía sobre 20 palabras. En vez de pensar en todas las
palabras a la vez, intenta dividir el trabajo en bloques de cinco palabras y estúdiate
uno o dos bloques cada día.
No te preocupes si no te acuerdas de algo que has estudiado primero. Ahí es donde
entra en juego la práctica. Cuanto más días dediques a repasar algo, más probabilidades
habrá de que se te grabe en la memoria. También hay algunos truquillos, como las reglas
nemotécnicas, que ayudan a recordar cosas. Por ejemplo, si tienes que memorizar una
lista, construye una frase o palabra con la primera letra de cada elemento de la lista.
Supón que te tienes que aprender los ocho planetas del sistema solar ordenados en
función de la distancia que los separa del sol. La frase “Marta
Vio a Tu Madre Jalando
Sola Una Noche” puede ayudarte
a recordar “Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno”.
Tu profesor también puede darte ideas.
Otra forma de dividir el material en bloques es estudiando regularmente en vez
de dejarlo todo para el último día. La tarde previa al examen puedes dedicarla a repasar
los apuntes o a releer los temas. O, si estás estudiando matemáticas o ciencias, puedes
hacer problemas para practicar.
¿Cuánto tiempo seguido puedes estudiar cada tarde? Tu profesor puede ayudarte a
saberlo. La mayoría de los cerebros solo pueden concentrarse atentamente en algo durante
unos 45 minutos. O sea que, si ya llevas un buen rato estudiando y notas que te empieza
a costar mantener la atención, prueba a hacer una pausa yendo a buscar un vaso de
agua o dándote una vuelta por tu casa ¡Pero no caigas en la tentación de poner la
tele y/o dejar de estudiar!
5. Si estás estancado, pide ayuda
No se puede estudiar bien cuando uno no entiende la materia. Asegúrate de pedir
ayuda a tu profesor si hay algo que no acabas de entender. Puedes intentar salir del
bache releyendo tus apuntes. ¿Te aclaran algo? En caso negativo, pídele al profesor
que te lo vuelva a explicar o que reviséis juntos tus apuntes. Si te estancas mientras
estudias en casa, tal vez tu madre o tu padre puedan echarte una mano.
6. ¡Duerme a pierna suelta!
El examen es mañana. Tú has seguido tu plan de estudio y has aplicado las técnicas
que te hemos explicado pero, de repente, tienes la sensación de que no te acuerdas
de nada, ¡ni siquiera de cuánto son 2+2! ¡No te dejes dominar por los nervios! Tu
cerebro necesita tiempo para asimilar toda la información que ha incorporado. Intenta
dormir bien por la noche y mañana te sorprenderá lo bien que te sabes la materia.