¡Qué irritante!
Las sustancias que contiene el aire, también llamadas irritantes, son distintas
de los alérgenos porque también molestan a gente que no padece alergia
ni asma. Para la mayoría de la gente, los irritantes no son un problema grave,
pero en la gente asmática pueden desencadenar crisis asmáticas.
Los irritantes más habituales abarcan los espráis o aerosoles, como
las lacas para el cabello, los perfumes y muchos productos de limpieza. También
se consideran irritantes el humo de la madera y del tabaco, los olores que se desprenden
de la pintura o del gas y la contaminación ambiental.
Si te das cuenta de que tu asma lo desencadena un irritante, díselo a un
adulto, para poderte mantener alejado de él. Esto puede suponer tener que cambiar
a una laca o a un producto de limpieza diferente. Si te molesta el humo, probablemente
será una buena idea evitar encender fuego en la chimenea y en la cocina de
leña. Y, por descontado, nadie debe fumar cigarrillos ni otros productos elaborados
con tabaco cerca de ti.
Si la contaminación ambiental es un problema, puede ayudar poner el aire
acondicionado o un purificador de aire. Que un adulto compruebe los informes sobre
la calidad del aire en las noticias también puede ser una buena idea. En aquellos
días en que la calidad del aire sea especialmente mala, tal vez prefieras quedarte
en casa u otros interiores.
Los resfriados y la gripe son más difíciles de evitar, pero puedes
reducir la cantidad de enfermedades que contraigas lavándote las manos con
regularidad y manteniéndote alejado de la gente que esté enferma. Ponerte
la vacuna antigripal cada año también es una buena idea.
El tiempo
El tiempo también puede ser un desencadenante. El viento puede remover el
polen y el moho. La lluvia se puede arrastrar parte del polen que contiene el aire,
de modo que hay menos polen volando justo después de llover. Pero, cuando llueve
mucho, los árboles, los arbustos y la hierba pueden fabricar incluso más
polen. El tiempo muy frío o muy caluroso pueden desencadenar el asma, igual
que la humedad (cuando el aire contiene mucha humedad) o el aire muy seco.
Si sabes que ciertas condiciones meteorológicas te empeoran el asma, un
adulto te puede ayudar a evitar tus desencadenantes. También deberá
estar pendiente de las predicciones meteorológicas, ya que algunos días
necesitarás pasar menos tiempo al aire libre. Si el problema está en
el frío, tal vez te vaya bien llevar una bufanda para taparte la nariz y la
boca cuando estés al aire libre.
El ejercicio físico, como correr o hacer deporte, es otro desencadenante
habitual. Aunque este es uno de los desencadenantes que no deberías evitar
porque es importante para tu salud. A tu médico le interesa que estés
activo. Por lo tanto, habla con él o con ella sobre qué debes hacer
antes de hacer deporte. Por ejemplo, tal vez necesites tomar un medicamento entre
10 y 15 minutos antes de hacer ejercicio físico o de practicar deporte. Y,
por descontado, deberás tener siempre a mano tu medicamento
de alivio inmediato (también conocido como medicamento de rescate o de
efecto rápido).
Es imposible mantenerse alejado de los desencadenantes constantemente. Pero, si
te mantienes alejado de ellos al máximo, podrás ayudar a prevenir muchas
de tus crisis asmáticas. En otras palabras, ¡podrás conseguir
que nadie tire de la cadena de tus desencadenante para que tu asma no entre en acción!
Fecha de revisión: enero de 2104