Problemas habituales entre profesores y estudiantes
Si tienes problemas con un profesor, intenta averiguar por qué. ¿Te
desagrada su asignatura? ¿O te gusta la asignatura pero no te cae bien el profesor?
Si no te gusta la asignatura, esto podría afectar a tu relación con
el profesor. Algunos estudiantes dicen que les ayuda pensar en las clases como en
tareas que es necesario llevar a cabo para alcanzar un objetivo mayor, como obtener
un título o ir a la universidad. Esto les permite relativizar las asignaturas.
Otros estudiantes cuentan que intentan encontrar la utilidad práctica de las
asignaturas que no les gustan. Puede que odies las mates, pero saber cómo hacer
un promedio o calcular un porcentaje puede servirte para todo, desde para los deportes
hasta para dejar una propina.
Si una asignatura te resulta difícil, habla con el profesor o con tus padres
para que te den clases de refuerzo. Si te parece aburrida, habla con el profesor (o
con otro profesor que te guste, con un amigo o tus padres) para que te ayude a ver
la asignatura de otras maneras. Ian siempre se dormía en las clases de historia,
porque el pasado le parecía algo muy lejano a la realidad. Pero las cosas cambiaron
cuando comentó sus dificultades para hacer un trabajo de historia a su tutor.
El profesor habló con Ian y éste le contó que su abuelo había
luchado en la Segunda Guerra Mundial. El profesor le sugirió a Ian que utilizase
las cartas de su abuelo para hacer el trabajo. Ian no sólo sacó un excelente,
sino que además descubrió un montón de cosas sobre un miembro
de su familia al que apenas recordaba de su infancia.
¿Y si no te gusta el profesor? Al relacionarte con los profesores, la personalidad
puede también tener su importancia como en cualquier otra relación.
Es normal llevarse mejor con unas personas que con otras; no todo el mundo puede gustarte
todo el tiempo. Aprender cómo trabajar con personas con las que no conectas
fácilmente es una habilidad que puede ayudarte mucho en la vida, sea cual sea
tu objetivo.
Si no te entiendes con tu profesor, por atención en cómo te enfrentas
a él. Protestar por una nota o pedir hacer de nuevo un examen está bien
una vez. Pero cuestionar siempre las decisiones de tu profesor sobre las notas puede
hacer que se moleste. Discutir constantemente algunos aspectos de los trabajos puede
provocar una tirantez en vuestra relación.
La educación y el respeto son requisitos básicos en cualquier relación.
Del mismo modo que los profesores deben ser justos y tratar de modo equitativo a todos,
los estudiantes también tienen responsabilidades. No es necesario que te guste
tu profesor ni que estés de acuerdo con lo que diga, pero es importante que
seas educado. Si tienes que faltar a la escuela por alguna enfermedad o por otra razón,
díselo al profesor. Y es tu responsabilidad recuperar el trabajo de las clases
que te pierdas. No esperes que el profesor te persiga o que ocupe el tiempo de la
clase para ponerte al día.
Del mismo modo que tus problemas personales puede afectar a tu rendimiento, lo
mismo puede ocurrirles a los profesores. El estrés en el trabajo, los problemas
familiares o de salud son factores que pueden influir en el rendimiento de un profesor,
haciendo que esté malhumorado, irritable o con dificultades para concentrarse.
Ten en cuenta que si eres objeto de demasiadas acciones disciplinarias, eso puede
dejar una huella permanente en tu historial. Esto significa que alguien podría
pedir tu historial de a escuela y ver las cosas que hiciste, aunque hayan sucedido
muchos años atrás.