Vacunas
¿Por qué es importante vacunarse?
Es posible que el sarampión, las paperas y la tos ferina parezcan antiguas
y pintorescas enfermedades propias de las novelas del siglo XIX. Pero cada vez hay
más adolescentes que se exponen a ellas, sobre todo en la escuela, los centros
de secundaria y los campus universitarios, donde se concentran grandes cantidades
de personas en espacios reducidos.
Enfermedades como el sarampión, que prácticamente se habían
erradicado en EE.UU. y en los demás países desarrollados, están
reapareciendo conforme las van reintroduciendo viajeros y emigrantes procedentes de
otros países. Estas enfermedades no se extenderían con tanta facilidad
ni serían tan graves, si la gente se hubiera vacunado contra ellas. Pero muchos
adolescentes no han recibido las vacunas necesarias.
Si no has recibido todas las vacunas que necesitas, no es por tu culpa. Es posible
algunas de las vacunas que ahora recomiendan los médicos no fuera necesario
administrarlas cuando eras niño, de modo que es posible que no te las hayan
puesto.
Algunas vacunas (como la del virus del papiloma humano o VPH) se administran en
una serie de inyecciones, en vez de solo en una. Algunas personas se saltean alguna
de estas inyecciones y el hecho de no completar el ciclo de vacunaciones las deja
desprotegidas y expuestas al riesgo de contraer la enfermedad. Hay vacunas que requieren
una dosis de refuerzo cada pocos años para garantizar que el grado de inmunidad
del organismo sigue siendo alto.
¿Por qué necesito ponerme vacunas en forma de inyección?
Saltearse una de las inyecciones de determinada vacuna puede no parecer nada malo;
nadie se levanta por la mañana con ganas de salir de casa y recibir una inyección
en el brazo. Pero hay muy buenos motivos para ponérsela:
Un breve momento de dolor te protegerá contra algunos problemas
de salud importantes. Por ejemplo, los adolescentes mayores y los adultos
que contraen enfermedades, como las paperas, se exponen al riesgo de presentar efectos
colaterales de las enfermedades, como la esterilidad (imposibilidad de tener hijos)
en el caso de las paperas.
Las vacunas te protegerán en el futuro, no solo durante la infancia.
Muchas de las enfermedades contra las que nos vacunamos durante la infancia, como
la hepatitis B o el tétanos, en realidad, afectan más a los adultos
que a los niños. Además, todo el mundo puede contraer una enfermedad
propia de la infancia, como la varicela, y estas enfermedades pueden ser mucho más
peligrosas en los adolescentes y adultos que en los niños pequeños.
Estas inyecciones podrían incluso salvarte la vida. La
hepatitis B ataca al hígado y puede llegar a matar a quien la contrae. La nueva
vacuna contra el VPH protege contra varios tipos de cáncer. Y los científicos
están trabajando constantemente en nuevas vacunas contra enfermedades mortales,
como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
¿Qué vacunas necesito recibir?
Entonces, ¿qué vacunas te deberían poner? En el momento actual,
los médicos recomiendan que los adolecentes se vacunen contra las siguientes
enfermedades:
- la difteria, el tétanos
y la tos ferina (que se administran conjuntamente en la vacuna Tdap)
- el sarampión, las paperas y la rubeola (que se administran conjuntamente
en la vacuna triple vírica o MMR, por sus siglas en ingles)
- la hepatitis
A
- la hepatitis B
- la enfermedad meningocócica (como la meningitis)
- el virus del
papiloma humano (VPH)
- la varicela, en el caso de que no hayas pasado la enfermedad
- la poliomielitis
- la gripe
El desarrollo y la comercialización de nuevas vacunas hacen que las recomendaciones
de los médicos vayan cambiando con el paso del tiempo. Por ejemplo, la vacuna
contra el VPH se aprobó en 2006. Al principio, solo se recomendaba a niñas
mayores y a adolescentes de género femenino. Pero en 2011 los Centros para
el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)
y otros expertos recomendaron vacunar también a niños mayores y a adolescentes
de género masculino. En 2013, los CDC recomiendan administrar a todas las mujeres
y chicas embarazadas la vacuna Tdap en cada embarazo para proteger a sus bebés
contra la tos ferina.
La buena noticia es que todavía estás a tiempo de vacunarte
si te has salteado alguna inyección. Si te has salteado varias dosis
de una serie de la misma vacuna, no hará falta que recibas la serie completa,
bastará con que te reenganches en el punto en que te dejaste de vacunar.
Algunas personas necesitan recibir más vacunas que las señaladas
previamente. Por ejemplo, las personas que padecen enfermedades que afectan
al sistema inmunitario (como la diabetes, la infección por el VIH o el cáncer)
también deben recibir la vacuna antineumocócica. Las personas que viajan
al extranjero es posible que necesiten recibir vacunas especiales dependiendo del
país o países que vayan a visitar. Puesto que las vacunas tardan un
tiempo en empezar a hacer efecto, pregunta a tu médico con suficiente tiempo
de anticipación qué vacunas necesitarás si vas a viajar al extranjero.
Si estuvieras embarazada, deberías preguntarle a tu médico si deberías
recibir alguna vacuna adicional.
¿Cómo puedo saber si he recibido todas las vacunas que
necesito?
Pide a tu padre o a tu madre que se ponga en contacto con tu pediatra o médico
de familia para comprobar qué vacunas has recibido consultando tu historia
médica.
Si ya has pasado una enfermad, como la varicela, no necesitarás vacunarte
contra ella. Y si resulta que te has salteado una o varias dosis de las vacunas que
debes recibir, todavía estarás a tiempo de ponértelas: nunca
es demasiado tarde para vacunarse. Tras recibir una vacuna, el organismo suele tardar
de 10 días a dos semanas en desarrollar la inmunidad a la enfermedad.
Cuando el médico te entregue una cartilla certificada donde se indique que
has recibido todas las vacunas que necesitas, archívala bien para que la puedas
encontrar con facilidad en el futuro. Si quieres ir a la universidad, necesitarás
aportar pruebas de que has pasado ciertas enfermedades o de que te has vacunado contra
ellas. Para ejercer algunas profesiones también se necesitan pruebas de que
se han recibido determinadas vacunas, por ejemplo, si trabajas como voluntario en
un hospital, te las pedirán.
Puesto que algunos adolescentes pueden haberse salteado algunas vacunas, éste
es uno de esos momentos en que necesitas responsabilizarte
de tu propia salud: saca el tema de las vacunas la próxima vez que vayas
al médico y pregúntale si has recibido todas las que necesitas (sabemos
que no es fácil, ¡pero es muy necesario!).
¿Son seguras las vacunas?
Al igual que cualquier medicamento, las vacunas pueden
tener efectos secundarios, pero el hecho de recibirlas es mucho más seguro
que el de desarrollar las enfermedades que permiten prevenir. Las reacciones más
habituales son molestias, enrojecimiento e inflamación en el área del
pinchazo y/o febrícula. Generalmente, el paracetamol o el ibuprofeno alivian
estos efectos secundarios.
Es sumamente infrecuente tener cualquier tipo de reacción negativa importante
a una vacuna. Si has presentado reacciones a vacunas en el pasado, informa a tu médico
al respecto y, antes de ponerte una vacuna, hable de tus dudas y preocupaciones con
tu médico.
¿Quién no debería vacunarse?
La gente cuyo sistema inmunitario está debilitado (debido al SIDA o a ciertos
cánceres, por ejemplo) necesita hablar con su médico antes de vacunarse.
Esto también es aplicable a aquellas personas que reciben tratamientos como
la quimioterapia
o que toman medicamentos que pueden debilitar el sistema inmunitario. Las chicas que
están embarazadas se pueden beneficiar de recibir algunas vacunas (como la
vacuna Tdap o la antigripal), pero deben hablar con un médico u otro profesional
de la salud antes de vacunarse.
La gente que padece ciertas alergias no puede recibir algunas vacunas. Por ejemplo,
las personas que padecen alergias graves a la gelatina o al antibiótico neomicina
deben tener cuidado con la vacuna de la varicela y con la triple vírica. Y
si padeces una alergia importante a la levadura de cerveza, que se utiliza para fabricar
pan, no deberías recibir la vacuna de la hepatitis B. Si eres alérgico,
habla con tu médico para saber si deberías evitar ciertas vacunas.
¿Te sigue asustando el pinchazo?
Normalmente pensamos en las vacunas como si fueran inyecciones, pero no todas las
vacunas se administran de este modo. Algunas se administran por vía oral (por
boca) o de otras formas, como mediante un espray nasal.
Pero es imposible impedir que algunas vacunas se administren en forma de inyección.
Y es absolutamente normal ponerse nervioso cuando uno sabe que le van a poner una
inyección. Si eres una de esas personas a quienes les asustan las inyecciones,
puedes probar unas pocas técnicas que facilitan el proceso de recibir inyecciones,
como hacer varias respiraciones profundas y relajantes e, incluso, toser en el momento
en que la aguja entra en tu piel.
La buena noticia es que el pinchazo solo dura un segundo, ¡pero a partir
de que te pongan la inyección, esta te protegerá durante mucho, muchísimo
tiempo!
Fecha de revisión: marzo de 2019
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