Usted ha sido responsable de la mayoría de (si no es que todas) las decisiones
sobre la el cuidado de la salud de su hijo. Pero si tiene hijos adolescentes o preadolescentes,
llegó el momento de comenzar a incluirlos en las decisiones relacionadas con
su cuidado de la salud y de dejarles asumir un papel más activo en el manejo
de su propio cuidado.
¿Por qué incluir a los adolescentes?
Muy pronto, serán adultos. Por eso, este es un buen momento para ayudar
a los adolescentes a asumir mayores responsabilidades sobre el manejo de sus propias
vidas; y la atención médica forma parte de esto.
Puede tratarse de algo tan simple como llamar para surtir una receta y buscarla
o tan complejo como elegir un nuevo
profesional del cuidado de la salud. Esto ayuda a los adolescentes a aprender
a planificar con anticipación, a tomar decisiones y a responsabilizarse por
sí mismos. Estas son habilidades necesarias en la vida adulta.
Involucrar a los niños
Como cualquier padre de un adolescente o preadolescente sabe, darles a los niños
nuevas responsabilidades no significa necesariamente que las asumirán. Usted
debe continuar alentando, recordando, reforzando y controlando las responsabilidades
que delegue en su hijo.
A medida que los niños crecen, es sumamente importante que quienes tienen
enfermedades crónicas, como asma o diabetes, aprendan todo lo posible sobre
su enfermedad y sean independientes en lo relacionado con su atención médica.
Los niños con necesidades especiales y problemas de desarrollo pueden aprender
a manejar algunos (o muchos) aspectos de su atención. Con frecuencia, es conveniente
pedirles al médico, trabajador social u otro profesional médico autorización
y consejos sobre cómo y cuándo comenzar a darle a su hijo mayor independencia.
Guías por edad
Aproximadamente a los 12 años:
- Explíquele a su hijo todas las afecciones médicas en palabras comprensibles
y adecuadas para su edad. Después, pídale que le repita lo que comprendió.
Esto ayuda a los niños a aprender acerca de sus diagnósticos.
- Anime a los niños a pasar más tiempo a solas con los profesionales
médicos (sin usted en el consultorio). Esto ayuda a generar confianza en la
relación paciente-profesional y le permite a sus hijos hablar con sinceridad
y hacer preguntas que tal vez no se animarían a hacer si usted está
presente.
- Haga que sus hijos aprendan qué medicamentos toman y por qué. Si
un niño tiene reacciones alérgicas a los medicamentos, como la penicilina,
es el momento de compartir esta información.
- Los niños con afecciones crónicas deben saber con quién ponerse
en contacto para pedir el equipo médico o los suministros que puedan llegar
a necesitar.
Aproximadamente a los 14 años, además de todo lo anterior,
los adolescentes deberían:
- Conocer los antecedentes personales de sus principales afecciones médicas,
hospitalizaciones, operaciones o tratamientos.
- Conocer los antecedentes médicos de la familia (por ejemplo: ¿hay
antecedentes de diabetes o enfermedad cardíaca en la familia? ¿Alguien
murió de cáncer?).
- Tener la información de contacto de todos los médicos actuales y
pasados.
- Saber cómo pedir una receta y reabastecer una receta.
- Tener una lista actualizada de los medicamentos y las dosis que toman.
Aproximadamente a los 17 años, además de todo lo anterior,
los adolescentes deberían:
- Investigar para elegir un médico de atención primaria para adultos.
Con frecuencia, los niños eligen visitar al médico de familia al que
van sus padres.
- Tener o saber cómo obtener copias de los registros médicos (por
ejemplo: en la escuela o el consultorio del médico).
- Conocer su información de seguro
de salud y cómo comunicarse con un representante.
- Saber cómo obtener derivaciones a especialistas, si es necesario.
- Conocer las limitaciones de la cobertura del seguro de salud cuando lleguen a
la adultez.
- Planificar las cosas con antelación para la cobertura médica de
forma independiente cuando la cobertura de los padres ya no acepte dependientes.
- Si es necesario, reunirse con la oficina de Seguridad Social local para pedir
beneficios.
Consideraciones para niños con necesidades especiales
Los niños con necesidades especiales o enfermedades
crónicas tal vez necesiten más apoyo en la transición a la
atención médica adulta. Si su hijo tiene necesidades de salud especiales,
considere comunicarse con el capítulo local del grupo específico del
diagnóstico de su hijo(por ejemplo, la Asociación Nacional de Síndrome
de Down) para saber de qué manera otros padres ayudaron a sus hijos a volverse
más independientes en la vida adulta.
Las familias que ya han pasado por esta transición pueden ofrecer mucha
información, como qué médicos se especializan en tratar a adultos
con necesidades especiales, qué servicios especiales hay disponibles y qué
programas evitar o considerar.
Otro recurso que puede ser de ayuda son los grupos de defensa de las familias.
Muchos se dedican a ayudar a las familias de niños con necesidades especiales
de atención médica. Por ejemplo, la organización Family Voices,
que está presente en todo el país, tiene capítulos locales que
ayudan a las familias a tomar decisiones informadas sobre la atención médica
de niños con necesidades especiales.
Este es un buen momento para hablar con un trabajador social de su zona (que podría
estar asociado al hospital local) para averiguar a qué programas federales
o estatales podría acceder su hijo cuando sea adulto. Además de los
servicios relacionados con la salud, algunos de estos programas incluyen apoyo para
encontrar empleo, vivienda y transporte.
En algunos casos, ya podría anotar a su hijo (o al menos podría anotarlo
en la lista de espera). Tal vez parezca que es demasiado pronto, pero agradecerá
haberlo hecho cuando necesite los servicios de manera más inmediata.
Abrir camino
Siempre que sea posible, involucre a los niños en las decisiones de atención
médica. Aunque al principio esto puede requerir un mayor esfuerzo y un poco
de paciencia, sus hijos pueden volverse más independientes al manejar su propia
atención médica.
Con usted allí para brindarles apoyo y orientación, sus hijos pueden
dar un primer salto a la adultez y aún contar con usted como red de contención.
Fecha de revisión: junio de 2018