¿Qué es la roséola?
La roséola es una enfermedad viral que afecta mayoritariamente a los niños
pequeños de entre 6 meses y dos años de edad. También se conoce
como la sexta enfermedad, exantema súbito o roseola infantum.
Se suele asociar a varios días de fiebre alta, seguidos de una erupción
característica que aparece justo cuando remite la fiebre.
Hay dos virus frecuentes y muy relacionados que pueden causar la roséola:
el virus del herpes humano tipo 6 y tipo 7. Estos virus pertenecen a la misma familia
que el virus del herpes simple (VHS), pero no causan las calenturas labiales y las
infecciones genitales que puede causar el virus del herpes simple.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la roséola?
La mayoría de los niños con roséola desarrollan una enfermedad
respiratoria de las vías altas, seguida de fiebre alta (a menudo superior a
103°F o 39.5°C) durante hasta una semana. Durante la enfermedad, el niño
puede estar inquieto o irritable, no comer tanto como de costumbre y puede tener inflamados
los ganglios linfáticos del cuello.
La fiebre alta suele acabar bruscamente y, aproximadamente al mismo tiempo, empieza
a salir en el tronco una erupción plana o que sobresale de color rojo tirando
a rosado. Los granos rojos se tornan blancos cuando se tocan, y algunos granos en
particular pueden tener un "halo" más claro a su alrededor. La erupción
se suele extender hacia el cuello, la cara, los brazos y las piernas.
La fiebre, que sube rápidamente, puede desencadenar convulsiones
febriles (convulsiones causadas por la fiebre) aproximadamente a entre el 10%
y el 15% de los niños pequeños que contraen una roséola. Entre los signos de una convulsión febril, se incluyen
los siguientes:
- pérdida de la conciencia
- de 2 a 3 minutos de sacudidas o retorcimientos de brazos, piernas o los músculos
de la cara
- pérdida del control de esfínteres (orina y heces)
¿Es contagiosa?
La roséola es contagiosa. La infección se propaga cuando un niño
con roséola habla, estornuda o tose, expeliendo gotitas infectadas en el aire
que otras personas pueden inspirar. Las gotitas también se pueden acabar depositando
en las superficies del entorno; si otras personas tocan esas superficies y luego se
tocan la boca o la nariz se pueden contagiar.
La roséola se puede contagiar durante la fase de la fiebre alta, pero no
se puede contagiar cuando se declara la erupción.
¿Se puede prevenir la roséola?
No hay ninguna forma de prevenir la roséola. Pero, puesto que afecta mucho
más a los niños pequeños que a los adultos, se cree que un episodio
de roséola en la infancia puede dar cierta inmunidad de larga duración
a esta enfermedad. Se puede contraer una roséola varias veces, pero no se trata
de algo frecuente.
¿Cuánto dura la roséola?
La fiebre de la roséola dura de 3 a 7 días, y va seguida de una erupción
que dura de varias horas a varios días.
¿Cómo se diagnostica?
Para hacer el diagnóstico, el médico elaborará el historial
médico del paciente y lo explorará. Un diagnóstico de roséola
no suele estar claro hasta que baje la fiebre y aparezca la erupción, momento
en que el médico podrá mandar pruebas para asegurarse de que la fiebre
no se debe a otro tipo de infección.
¿Cómo se trata la roséola?
La roséola no suele requerir tratamiento médico profesional. Cuando
lo requiere, la mayoría de los tratamientos se centran en bajar la fiebre alta.
Los antibióticos no sirven para tratar la roséola porque esta enfermedad
está provocada por virus, en vez de por bacterias.
Tratamiento en casa
El paracetamol
(como Tylenol) o el
ibuprofeno (como Advil o Motrin) pueden ayudar a aliviar la fiebre. No
dé nunca aspirina a un niño que tenga una enfermedad de origen
viral porque su uso en estos casos se ha asociado al síndrome
de Reye, que puede conducir a insuficiencia hepática y a la muerte.
Aunque algunos padres usan baños de esponja con agua tibia para bajar la
fiebre, no existen pruebas de que estos baños funcionen realmente. De hecho,
estos baños pueden hacer que los niños se sientan incómodos o
molestos. No le dé nunca a su hijo un baño de agua fría o helada
ni tampoco friegas con alcohol.
Para prevenir la deshidratación
que puede causar la fiebre, anime a su hijo a beber abundantes líquidos claros,
como el agua con pepitas de hielo y Pedialyte (solución oral de electrolitos).
La leche materna y la de fórmula también pueden ayudar a prevenir la
deshidratación.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Llame al médico si su hijo está aletargado o si no bebe o no se alimenta
de leche materna o de fórmula. Si su hijo tiene una convulsión, pida
ayuda de urgencias médicas de inmediato.
Fecha de revisión: enero de 2019