Análisis de heces
Las heces se suelen considerar como un producto de desecho — algo de lo que
apetece deshacerse rápidamente tirando de la cadena. Pero las heces pueden proporcionar
a los médicos una información muy valiosa sobre las posibles causas de los problemas
de estómago, intestino u otras partes de sistema digestivo de sus pacientes.
Es posible que el pediatra de su hijo le pida que recoja muestras de heces para
descartar o diagnosticar diversas afecciones, como:
- una alergia o proceso inflamatorio, por ejemplo, como parte de la evaluación de
la alergia a la proteína de la leche en un lactante
- una infección, como las provocadas por algunos tipos de bacterias o virus, o una
infestación parasitaria en el tubo digestivo
- otros problemas digestivos, como la malabsorción de ciertos azúcares, grasas u
otros nutrientes
- pérdidas de sangre en el interior del tubo digestivo
El motivo más frecuente para solicitar la recolección de heces es determinar la
presencia de bacterias y/o parásitos en el tubo digestivo. En el intestino humano
viven muchos microorganismos que son necesarios para el proceso digestivo. No obstante,
a veces el intestino se infecta con bacterias o parásitos nocivos que pueden provocar
diversos trastornos, como ciertos tipos de diarrea sanguinolenta. En tales casos,
probablemente será necesario examinar las heces al microscopio, cultivarlas y hacer
otras pruebas para ayudar a esclarecer la causa del problema.
A veces se analizan las sustancias contenidas en las heces, por ejemplo, se puede
analizar la cantidad de grasa que contienen. Normalmente, la grasa se absorbe completamente
en los intestinos, por lo que las heces apenas contienen grasa. No obstante, en ciertos
tipos de trastornos digestivos, la grasa se absorbe de forma incompleta y permanece
en las heces.
Cómo recoger la muestra
A diferencia de lo que ocurre con otras pruebas de laboratorio, las heces las suele
recoger la familia del niño en el entorno doméstico, en vez de ser un profesional
de la salud el encargado de la recolección. He aquí algunos consejos para recoger
las muestras de heces de su hijo:
- Recoger heces puede ser una tarea bastante sucia, de modo que no se olvide ponerse
unos guantes de látex, así como de lavarse bien las manos y lavárselas a su hijo tras
la recolección de la muestra.
- Cuando los niños tienen diarrea, sobre todo si son muy pequeños, no siempre pueden
avisar a sus padres con suficiente antelación cuando van a evacuar. Se puede utilizar
un recipiente de plástico en forma de embudo para recoge las muestras. Este recipiente
se puede colocar fácil y rápidamente sobre la traza del inodoro o sobre las nalgas
del niño para recoger la muestra más cómodamente. El hecho de utilizar este tipo de
recipientes impide que se contamine la muestra con agua y suciedad. Si la muestra
de heces se contaminara con orina, sería necesario recoger otra muestra. Asimismo,
si no se logra recoger la muestra antes de que entre en contacto con las paredes del
inodoro, deberá repetirse la recolección. "Pescar" las heces después de que caigan
dentro de la taza del váter no permite obtener muestras limpias para que sean analizadas
en el laboratorio.
- Otra forma de recoger la muestra de heces consiste en colocar un envoltorio de
plástico limpio encima de la tapa del inodoro. Tras evacuar sobre el plástico, se
depositará la muestra en un recipiente limpio y que cierre herméticamente para llevarla
al laboratorio. También se puede utilizar un envoltorio de plástico para recubrir
el interior del pañal de un lactante o niño pequeño que todavía no ha aprendido a
usar el váter.
Las heces deben guardarse en botes de plástico limpios y secos provistos de tapas
que se puedan enroscar. Puede pedirle uno al pediatra de su hijo, solicitar uno en
el laboratorio de un hospital o bien comprarlo en una farmacia, aunque cualquier recipiente
limpio y que cierre bien puede servir. Para obtener resultados óptimos, la muestra
de heces debería llevarse al laboratorio inmediatamente después de recogerla.
Si no es posible llevar inmediatamente la muestra al laboratorio, esta se debería
guardar refrigerada en la nevera, llevándola luego al laboratorio para que la puedan
cultivar lo antes posible. Una vez la muestra llega al laboratorio, se examina y cultiva
inmediatamente o bien se coloca en un líquido especial a fin de preservar las bacterias
o parásitos que pudiera contener.
Lo más probable es que el pediatra de su hijo o el laboratorio donde vayan a analizar
la muestra le den instrucciones escritas sobre cómo deberá recoger la muestra de heces;
si no le facilitan esas instrucciones por escrito, tome notas sobre cómo deberá realizar
la recolección y qué deberá hacer después de recoger la muestra. Si tiene alguna duda
sobre el proceso, pregunte. El pediatra o el laboratorio también le indicarán si para
el tipo de análisis que se va a realizar necesitan una muestra fresca y, por lo tanto,
deberá llevarla inmediatamente al laboratorio.
En la mayoría de los casos, las bacterias o parásitos que provocan enfermedades
se pueden identificar a partir de una sola muestra de heces. De todos modos, a veces
se piden hasta tres muestras diferentes de tres evacuaciones diferentes. En tal caso,
el pediatra de su hijo se lo indicará.
Analizar la muestra de heces
Por lo general, los resultados de los análisis de heces tardan de tres a cuatro
días en estar listos, aunque cuando se buscan parásitos pueden tardar más tiempo.
Búsqueda de sangre oculta en heces
Es posible que el pediatra de su hijo solicite un análisis de sangre oculta en
heces. Las heces pueden contener sangre en algunos tipos de diarrea infecciosa, en
las hemorragias o sangrados gastrointestinales y en otros trastornos. De todos modos,
la principal causa de que las heces de un bebé o un niño contengan sangre son los
pequeños desgarros rectales, denominados fisuras, provocados por el roce de las heces
duras al ser expulsadas por el recto con esfuerzo (algo bastante frecuente en bebés
y niños que van estreñidos).
La evaluación de la sangre oculta en heces se suele hacer mediante un análisis
rápido en la misma consulta del médico que ofrece resultados inmediatos. Primero se
extienden las heces sobre una tarjeta especial, luego se dejan caer unas cuantas gotas
de una solución de revelado sobre la tarjeta. Si se produce un cambio instantáneo
de color significa que las heces contienen sangre. No obstante, a veces la muestra
de heces se debe enviar al laboratorio, obteniéndose los resultados al cabo de unas
horas.
Cultivo de las heces
Las heces se pueden cultivar a fin de detectar la presencia de bacterias patógenas,
es decir, que pueden provocar enfermedades. Para hacer un cultivo, se coloca la muestra
de heces en una incubadora durante un mínimo de 48 a 72 horas y se identifican y aíslan
las bacterias nocivas. Recuerde que no todas las bacterias que contienen las heces
son nocivas; de hecho, más del 80% de las heces está compuesto por bacterias, la mayoría
de las cuales viven normalmente en el tubo digestivo y son necesarias para digerir
los alimentos. Pero en un cultivo de heces, lo que les interesa a los técnicos de
laboratorio es identificar las bacterias nocivas o patógenas.
Para hacer un cultivo de heces, el laboratorio necesitará una muestra de heces
recién obtenida o bien guardada en la nevera. Las mejores muestras son las de heces
sueltas y recién obtenidas; las heces con formas bien definidas es muy poco probable
que contengan bacterias patógenas. A veces, es preciso recoger más de una muestra
de heces para que se pueda hacer un cultivo.
En ocasiones se introduce un bastoncito de algodón en el recto del niño para evaluar
la presencia de virus. Aunque este procedimiento no se aplica de forma sistemática,
a veces puede orientar en el diagnóstico de determinadas enfermedades, sobre todo
en los recién nacidos y los niños que están muy enfermos. Los cultivos de virus pueden
tardar una semana o más en crecer, dependiendo del virus.
Búsqueda de parásitos (larvas) y huevos de parásitos
En una muestra de heces se puede analizar la presencia de parásitos, (larvas o
huevos) si el niño tiene una diarrea de larga duración u otros síntomas intestinales.
A veces, los médicos solicitan que se recojan dos o más muestras de heces para identificar
posibles parásitos. Si se observan parásitos -o bien sus (larvas o) huevos- al examinar
las heces al microscopio, deberá tratarse la infestación parasitaria. Es posible que
el pediatra de su hijo le facilite unos recipientes especiales que contienen conservantes
químicos especiales para parásitos.
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