¿Cuáles son los efectos estéticos del tratamiento del cáncer?
El tratamiento del cáncer puede traer consigo algunos cambios transitorios
en el aspecto del paciente. Los efectos estéticos más frecuentes son:
Ayuda recordar que estos efectos secundarios no durarán para siempre. Poco
tiempo después de finalizar el tratamiento, la mayoría de los efectos
secundarios desaparecen.
Pero, hasta que llegue ese momento, es posible que se necesite tiempo y creatividad
para ayudar a su hijo a manejarlos. He aquí algunos consejos para lidiar con
los efectos secundarios estéticos más frecuentes.
Tener el cabello ralo o perderlo por completo suele ser uno de los primeros signos
externos reales de estar enfermo. Puede ocurrir por todo el cuerpo o sólo en
la cabeza, dependiendo del tipo de quimioterapia
o radioterapia
que se reciba.
Algunos niños se toman con mucha calma que se les caiga el cabello, pero
a otros les resulta muy traumático. En la mayoría de los casos, el cabello
volverá a crecer. Pero, algunas veces, después de someterse a un trasplante
y/o a radioterapia de la cabeza, el cabello no crece o quedan pequeñas áreas
sin cabello. También puede ocurrir que el cabello nuevo sea distinto en textura
y que cambie un poco de color.
Cuando a los niños se les empieza a caer el cabello, pueden optar por llevar
una gorra de béisbol, un sombrero, un turbante o un pañuelo. Algunos
usan pelucas, la mayoría de ellas hechas con cabello donado a organizaciones
como Locks of Love, una organización sin ánimo de lucro que utiliza
mechones de cabello de donantes a fin de fabricar pelucas para niños con cáncer.
Antes de que se le empiece a caer el cabello, algunos niños deciden rasurarse
la cabeza por completo. Esto puede hacer más llevadero el momento en que el
cabello se le empiece a caer, así como brindar una sensación de control
tan necesaria como fortalecedora sobre lo que está ocurriendo en sus cuerpos.
Otros niños (sobre todo los más pequeños, que se preocupan
menos por su aspecto) optan por no rasurarse la cabeza ni cubrírsela con ningún
accesorio, una decisión valiente y osada que también les puede dar una
sensación de poder. Está bien ser calvo en interiores, pero los niños
se deben cubrir la piel sensible de la cabeza con un sombrero o protector
solar cuando salgan al exterior.
Los medicamentos de la quimioterapia suelen provocar erupciones, enrojecimiento
y otros tipos de irritaciones en la piel, sobre todo, si el niño ha recibido
antes radioterapia. La radioterapia sola puede causar síntomas similares (junto
con ampollas, descamación de la piel e inflamación) en el área
tratada.
Llevar prendas holgadas de algodón puede ayudar a aliviar las molestias.
El médico también puede recomendar o recetar cremas o pomadas para tratar
la piel irritada. Es importante cuidarse bien la piel, no solo para que tenga buen
aspecto sino también para prevenir posibles infecciones, que pueden ser graves
en los niños con cáncer.
Consejos para niños con la piel sensible:
- Elija un jabón y un champú que sean suaves. Evite los que contengan
tintes, perfumes o alcohol. Sobre todo, evite los jabones y productos de limpieza
para el acné, que pueden agravar los problemas al provocar más sequedad
en la piel.
- Indique a su hijo que se bañe o se duche con agua tibia, en lugar de hacerlo
con agua caliente.
- Hidrate la piel de su hijo justo después del baño con leche hidratante
hipoalergénica.
- No permita que su hijo se arranque granos ni espinillas ni se rasque los lugares
donde note picazón, lo que podría causarle infecciones.
- Cuando esté al aire libre, su hijo deberá llevar sombrero y ponerse
un protector solar con un FPS de 30 en adelante, porque la piel es muy sensible a
los rayos del sol durante el tratamiento del cáncer.
- Para ayudar a ocultar las espinillas, las erupciones u otras imperfecciones en
la piel de su hijo, su médico le puede recomendar maquillajes o correctores
cosméticos especiales. Asegúrese de que su hijo no comparta nunca el
maquillaje con nadie, ya que esto puede aumentar las probabilidades de que contraiga
infecciones.
Muchos niños que se están tratando un cáncer tienen ganancia
o pérdida de peso. Es frecuente que aquellos que toman esteroides tengan más
apetito y engorden en partes del cuerpo que no tienden a engordar, como las mejillas
o la parte posterior del cuello. Otros niños pierden el apetito debido a los
medicamentos que toman, o tienen problemas para retener la comida debido a los efectos
secundarios del tratamiento, como las náuseas y los vómitos.
Si hay algo que le preocupa, consulte al médico de su hijo sobre cómo
ayudarle a mantener un peso saludable teniendo en cuenta sus necesidades médicas.
Un dietista o un nutricionista también le puede dar consejos sobre cómo
ayudar a si hijo a mantener un peso saludable. A veces, ayuda ingerir comidas y tentempiés
frecuentes y de tamaño reducido.
Si las prendas de ropa de su hijo dejan de irle bien, considere la posibilidad
de salir de compras para levantarle el ánimo. Si no es posible comprarle ropa
nueva, tal vez pueda pedir prendas prestadas a amigos o familiares, visitar una tienda
de artículos de segunda mano o de prendas en depósito, o hasta puede
usar la imaginación para reformar prendas viejas de maneras ingeniosas y divertidas.
Y recuérdele a su hijo que los cambios en su peso solo serán transitorios.
Una vez haya finalizado el tratamiento, la mayoría de los niños recuperan
su peso anterior.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Afrontar los efectos estéticos del tratamiento del cáncer puede ser
un golpe añadido para un niño que ya está afrontando una enfermedad
grave. Pero es importante recordar que estos efectos son la consecuencia de un tratamiento
necesario para su hijo. Por lo tanto, aunque su hijo pueda estar pasándolo
mal ahora, también está ocurriendo algo bueno: está recibiendo
lo que necesita para combatir el cáncer.
Durante esta etapa, trate de que su hijo se rodee de amigos y familiares que lo
apoyen y animen. Si constata que la preocupación de su hijo por su aspecto
físico está impidiendo que participe en celebraciones sociales y otro
tipo de actividades divertidas, busque a un buen terapeuta o psicólogo que
le pueda ayudar a superar esas difíciles emociones.
Fecha de revisión: junio de 2018