Hay dos tipos principales de diabetes, cuyos nombres no son nada especiales. Se
llaman diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2. Averigüemos cosas sobre la diabetes
tipo 2, un problema de salud que afecta a niños y a adultos.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad que afecta al modo en que el organismo utiliza la
glucosa,
un azúcar que es el principal combustible del cuerpo. Tu cuerpo necesita glucosa
para seguir funcionando. Es así cómo debería funcionar:
- Comes.
- La glucosa de los alimentos que comes entra en tu torrente sanguíneo.
- Tu páncreas fabrica una hormona
llamada insulina.
- La insulina ayuda a la glucosa a entrar en las células de tu cuerpo.
- Y, así, tu cuerpo obtiene la energía que necesita.
El páncreas
es una glándula larga y plana, ubicada en la barriga, que ayuda al cuerpo a
digerir los alimentos. También fabrica insulina. La insulina es como una llave
que abre las puertas para acceder a las células del cuerpo. Y permite que penetre
la glucosa en su interior. Entonces, la glucosa puede pasar de la sangre al interior
de las células.
Pero, cuando alguien padece una diabetes, el organismo no fabrica insulina o bien
la insulina que fabrica no funciona como debería funcionar. Puesto que la glucosa
no puede entrar en las células con normalidad, las concentraciones de azúcar
en sangre aumentan demasiado. Y una concentración elevada de azúcar
en sangre no tratada hace que la gente se encuentre mal.
¿Qué es la diabetes tipo 2?
La diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 causan un aumento de la concentración
de azúcar en sangre de diferentes formas.
En la diabetes tipo
1, el páncreas no puede fabricar insulina. El cuerpo puede seguir obteniendo
la glucosa procedente de los alimentos. Pero la glucosa no puede entrar en las células,
que tanto la necesitan. La glucosa permanece en la sangre. Y esto hace que la concentración
de azúcar en sangre aumente mucho.
La diabetes tipo 2 es diferente. En este tipo de diabetes, el páncreas sigue
fabricando insulina. Pero la insulina no funciona como debería funcionar. Y
la glucosa se acumula en la sangre. El páncreas fabrica incluso una mayor cantidad
de insulina para conseguir que la glucosa penetre en las células pero, a la
larga, el páncreas se acaba agotando debido su esfuerzo excesivo. En consecuencia,
la concentración de azúcar en sangre aumenta mucho.
La mayoría de las personas con una diabetes tipo 2 tienen sobrepeso.
En el pasado, quienes padecían esta enfermedad eran mayoritariamente personas
adultas con sobrepeso. Ahora, hay una mayor cantidad de niños que reciben el
diagnóstico de diabetes tipo 2, probablemente porque hay más niños
con sobrepeso.
Los expertos consideran que lo más probable es que la tendencia a contraer
esta enfermedad sea hereditaria, ya que se da más en unas familias que en otras.
Los niños que tienen parientes con una diabetes tipo 2 son más proclives
a desarrollar esta enfermedad. Los niños mayores de 10 años tienen más
posibilidades de desarrollar una diabetes tipo 2 que los niños pequeños.
¿Cuáles son los signos de la diabetes tipo 2?
Algunos niños pueden tener diabetes tipo 2 sin saberlo. Algunos de los signos
de esta enfermedad no son fáciles de detectar y pueden tardar mucho tiempo
en desarrollarse. Además, muchos niños no tienen ningún síntoma
en absoluto.
Pero, cuando una persona empieza a desarrollar una diabetes tipo 2, suele:
- estar muy cansada, porque el cuerpo no puede utilizar bien el
azúcar como fuente de energía.
- orinar mucho, porque el cuerpo intenta eliminar el exceso de
azúcar en sangre a través de la orina (pipí).
- beber mucho para compensar todo lo que elimina al orinar.
En algunos niños con diabetes tipo 2, la piel
puede tener un aspecto diferente. Tal vez noten un anillo oscuro alrededor del cuello,
que no desaparece al lavarse. También pueden tener una piel más gruesa,
oscura y aterciopelada debajo de los brazos, entre las piernas, entre los dedos de
las manos y de los pies, en los codos y en las rodillas. El oscurecimiento de la piel
suele mejorar con el tiempo a medida que la resistencia a la insulina mejora.