Hablar con tus papás
Seguro que ya hablas con tus papás, pero ¿y si necesitas hablar con
tus papás de verdad? Tal vez tengas un problema que no sabes solucionar por
ti mismo. O quizás te apetezca sentirte un poco más cerca de mamá
y de papá.
Es muy fácil decir "Mamá" o "Papá, ¿me pasas las patatas,
por favor?". Pero puede ser más difícil empezar a hablar sobre temas
personales. En cualquier caso, está bien que confíes en tus papás.
De hecho, ellos te pueden ayudar y mucho.
Sé valiente y lánzate
Asumámoslo, hablar sobre temas personales puede dar vergüenza. Pero
recuerda que tus papás te conocen bastante bien y ¡que ellos también
tuvieron tu edad hace mucho tiempo! O sea que no dejes que te detenga un poco de vergüenza.
Está bien lanzarte y compartir con ellos lo que esté en tu mente.
Algunos niños creen que, si comparten con sus padres un problema, solo conseguirán
que se preocupen y que se angustien. Pero tu mamá y tu papá sabrán
sobrellevar el hecho de saber sobre cualquier problema que puedas tener, sea grande
o pequeño. Si parecen estar preocupados, eso solo significa que les importas
y que te quieren.
Hay niños a quienes no les gusta hablar de sus problemas porque no quieren
pensar en ellos y tienen la esperanza de que ya se resolverán por sí
solos. Pero el hecho de dejar pasar o de tapar un problema, difícilmente permitirá
resolverlo. Y ocultar tus sentimientos puede hacer que te sientas estresado.
Hablar sobre las cosas con tu papá o tu mamá te puede ayudar a sentirte
menos estresado. Juntos, podrán pensar en formas de afrontarlo, de resolverlo
y de sentirse mejor. El mero hecho de saber que tu papá o tu mamá te
entiende y que le importa lo que estás pasando puede reducir tu estrés
en gran medida.
Cómo empezar
¿Necesitas hablar sobre algo importante? Prueba los siguientes consejos:
- Decide con quién quieres hablar ¿Quieres hablar
con tu mamá, tu papá o con ambos a la vez? ¿Quieres hablar con
tu abuelo o con tu abuela? ¿Con tu hermano mayor?
- Elige un momento y un lugar para hablar. Puede servir cualquier
momento. Por ejemplo, cuando estén paseando al perro, fregando los platos o
viajando en coche.
- Piensa en qué es lo que necesitas. ¿Necesitas que
te escuchen y que entiendan por lo que estás pasando? ¿Necesitas permiso
para hacer algo? ¿Necesitas consejos? ¿Necesitas hablar con ellos sobre
el problema en que te has metido?
- Piensa en qué dirás. Puedes empezar diciendo cosas
como las siguientes:
"Mamá, necesito hablar contigo sobre un problema
que tengo."
"Papá, necesito que me des permiso para ir a una salida
escolar de la semana que viene. ¿Te lo puedo explicar?"
"Abuela,
necesito que me aconsejes sobre algo. ¿Te va bien hablar ahora sobre eso?"
"Mamá, he hecho algo que sé que está mal. Seguramente
te enfades conmigo, pero lo quiero arreglar y necesito tu ayuda. ¿Te lo puedo
explicar?"
Una vez hayas empezado, tu mamá o tu papá te escucharán y
también te contestarán. Y podrán llevar una conversación
de tú a tú.
Consejos para comunicarte bien
Explica tu situación. Da detalles que ayuden a tus papás
a entender tu situación. Explica lo que piensas, lo que sientes y lo que quieres.
Sé franco y sincero. Si siempre dices la verdad, será
más probable que tus papás crean lo que les cuentas. Si a veces ocultas
la verdad o exageras demasiado las cosas, a tus papás les costará más
creer lo que les cuentas. Si les mientes, les costará mucho confiar en ti.
Intenta entender su punto de vista. Si no están de acuerdo,
¿eres capaz de entender la perspectiva de tus papás? Si eres capaz,
díselo. Explicar a tus papás que entiendes su punto de vista les ayudará
a estar dispuestos a entender el tuyo.
Intenta no discutir ni quejarte. Utiliza un tono de voz que sea
agradable y respetuoso. Así será más probable que tus papás
te escuchen y que se tomen en serio lo que les expliques. También favorecerá
que ellos te hablen de la misma forma.
Comparte con ellos también las cosas buenas. Desarrolla
el hábito de hablar con tus papás sobre otras cosas, aparte de sobre
problemas. Comparte también con ellos las cosas que te vayan bien. Háblales
sobre una parte buena de tu día a día, una nota de la que te sientes
especialmente orgulloso o un chiste divertido que te ha contado un amigo. Conversar
con tus papás los ayudará a sentirse más cerca y a disfrutar
de su mutua presencia.
¿Y si no funciona?
La mayoría de las veces podrás conversar bien con tus papás
y harán, al menos, algún avance. Pero es posible que las cosas no les
salgan bien a algunos niños. Algunos padres tienen sus propios problemas. Otros
pueden no estar lo disponibles que sus hijos necesitan y merecen que estén.
A otros les cuesta mucho ser flexibles.
Si no puedes hablar con tus papás, busca a otro adulto de confianza. Un
pariente, un profesor o un orientador escolar, que estén dispuestos a escucharte,
a entenderte, a animarte, a creer en ti y a cuidarte. Entonces, podrás seguir
los consejos que te acabamos de dar para sacar el máximo partido de la conversación
que tengas con esa persona.
Fecha de revisión: agosto de 2016