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Consejos para padres que se están divorciando

Revisor médico: Maia Noeder, PhD

Los divorcios afectan a toda la familia. ¿Cuál es la mejor manera de ayudar a su familia a afrontar un divorcio? Cada situación y cada familia son diferentes. Pero las siguientes sugerencias pueden hacer que el proceso de divorcio sea menos doloroso para los niños, los adolescentes y el resto de la familia. 

Ayudar a los niños a gestionar sus sentimientos

Anime a sus hijos a compartir sus sentimientos (positivos o negativos) sobre lo que está ocurriendo. 

Es importante que los padres que se estén divorciando (o los que se acaben de divorciar) se sienten a hablar con sus hijos y los animen a decir qué piensan y qué sienten al respecto. Esto puede ser todo un reto para los padres, porque les puede resultar doloroso, pero trate de centrarse en los sentimientos de su hijo en vez de en los que tenga usted. Asegure a su hijo que sus sentimientos son importantes, válidos y normales. Hágale saber que se pueden llevar una conversación sobre los sentimientos, incluso aunque sean difíciles o dolorosos. 

Durante estas conversaciones, evite tratar de resolver problemas o de cambiar la manera en que se sienta su hijo. En lugar de eso, céntrese en escuchar y en agradecerle a su hijo su sinceridad. Los niños suelen sentir que ocurre una pérdida en la familia y es posible que su hijo lo culpe a usted o al otro padre (o a ambos) por lo que está ocurriendo en su vida. Por lo tanto, usted necesitará estar preparado para mantener la calma y responder a las preguntas que le podría hacer su hijo o abordar cualquier preocupación que podría tener. 

Haga que hablar sobre el divorcio y sobre la manera en que está afectando a su hijo sea un proceso continuo. A medida que crezca y madure más, su hijo podría tener preguntas o preocupaciones que no se le habían ocurrido antes. Aunque parezca que ya han hablado antes sobre las mismas cuestiones, manténgase siempre abierto el diálogo. De ser posible, siéntese con el otro padre y planifiquen juntos cómo van a hablar sobre lo que está ocurriendo. 

Si cree que se angustiará mucho o que tendrá problemas para mantener la calma, pida a otra persona (un pariente o un amigo de confianza) que hable con su hijo. Está bien y es saludable que un hijo vea a sus padres tristes o angustiados, pero, si las emociones de los padres son muy intensas, sus hijos se pueden sentir responsables de los sentimientos de sus padres. 

Si su hijo le ve afrontar una emoción complicada, trate de afrontarla de la manera más saludable posible para darle un buen ejemplo. Intente:

  • Ponerle un nombre a su emoción ("Ahora me siento triste."). 
  • Dejarle bien claro que es normal sentirse así a veces ("Está bien y es normal que me sienta triste"). 
  • Hable con él sobre cómo afrontará sus emociones ("Algo que siempre me ayuda a sentirme mejor cuando estoy triste es cocinar galletas contigo y jugar al aire libre. ¿Qué te parece si lo hacemos?"). 

Es normal que los niños tengan muchas emociones sobre el divorcio de sus padres. Es posible que se sientan culpables y que se imaginen que fueron ellos quienes "causaron" el problema. Esto es especialmente cierto si los niños han escuchado a sus padres discutiendo sobre ellos. Los niños y los adolescentes pueden estar enfadados, asustados o preocupados por su futuro. Si su hijo expresa abiertamente estas emociones, trate de tranquilizarlo y recuérdele que lo que siente es completamente normal. 

A pesar de que los niños lo suelen pasar mal en los divorcios durante un tiempo, el impacto real lo suelen sentir a lo largo de un período de aproximadamente 2 a 3 años. Durante este tiempo, algunos de ellos expresan abiertamente sus sentimientos. Pero, dependiendo de su edad y de su nivel de desarrollo, habrá otros niños a quienes les faltarán palabras para hacerlo. En esos casos, es posible que traten de expresar sus sentimientos portándose mal o teniendo problemas en el estado de ánimo. En los niños en edad escolar, esto puede significar que bajen sus calificaciones o que pierdan el interés por las actividades que entes les gustaba hacer. En los niños más pequeños, estos sentimientos se suelen expresan durante el juego. Esté atento al llamado "efecto durmiente" en los niños pequeños: es posible que al principio hagan grandes cambios y parezcan adaptarse bien de golpe, pero que años después presenten comportamientos disruptivos o emociones desafiantes. Comunicarse abiertamente con los hijos y ofrecerles ejemplos de afrontamiento saludables, aunque ellos parezcan sentirse bien con los grandes cambios, puede reducir los problemas más adelante. 

Puede ser tentador decirle a un niño que no se sienta de determinada manera, pero los niños (y también los adultos) tienen derecho a tener sus propios sentimientos. Y si fuerza a su hijo a simular que está bien, es menos probable que comparta con usted sus sentimientos reales. 

Los programas grupales para niños cuyos padres se están divorciando o se acaban de divorciar que se llevan a cabo en escuelas o en organizaciones religiosas son un excelente recurso para los niños y las familias que necesitan ayuda para atravesar las primeras etapas del divorcio. 

Seguir por el buen camino

Mantenga a su hijo alejado de los conflictos y las discusiones de sus padres.

Por difícil que pueda ser, es importante no decir nunca cosas malas sobre su expareja delante de su hijo o donde él lo pueda escuchar. Los niños se dan cuenta de lo negativo y pueden entender lo que se dice incluso aunque usted crea que su hijo es demasiado joven para eso. Las investigaciones muestran que el factor más importante para tener una buena adaptación a largo plazo en los hijos de padres divorciados es el nivel de conflicto que ven entre sus padres. Esto pone a los niños en una situación complicada si tienen que tomar partido por un bando o escuchar comentarios negativos sobre uno de los padres. 

Es igual de importante saber reconocer lo que ocurre. Si, por ejemplo, su pareja se ha mudado o ha abandonado a su familia, hágase eco de eso. No es su responsabilidad explicar la conducta de su expareja. Pero si sus hijos le hacen preguntas, es importante que las responda con la mayor neutralidad y sinceridad posible. 

Intente no usar a los niños como mensajeros, sobre todo cuando esté discutiendo con su expareja.

Aunque pueda resultar tentador, no use a sus hijos como mensajeros. Existen muchas otras maneras de comunicarse con su expareja. Además, resista a la tentación de preguntarle a su hijo sobre qué está ocurriendo en su otra casa. Los niños se resienten cuando creen que se les pide que "espíen" al otro padre. Siempre que sea posible, comuníquese directamente con su expareja sobre temas como los horarios, las visitas, la salud o los problemas escolares de su hijo. 

Espere que surjan dificultades cuando su hijo se tenga que adaptar a su nueva pareja o a los hijos de su nueva pareja.

Formar nuevas relaciones, familias ensambladas (es decir, familias formadas por parejas que ya tenían hijos) y un nuevo matrimonio se encuentran entre una de las partes más complejas del proceso de divorcio. Formar una nueva familia o una familia ensamblada puede añadir más estrés al principio y requerir otro período de adaptación. Mantenga abierta la comunicación, permita que su hijo tenga tiempo para estar a solas con usted y esté atento a los signos de estrés para ayudar a prevenir posibles problemas. 

Buscar ayuda

Piense en cómo reducir el estrés en su vida para ayudar a su familia. 

El apoyo de sus amigos, familiares, grupos religiosos y organizaciones como Parents Without Partners (Padres sin pareja) puede ayudar a los padres y a los niños a adaptarse a la separación y al divorcio. Los niños pueden conocer a otros niños que han superado de forma satisfactoria el divorcio de sus padres, han sabido aceptar a las nuevas parejas de sus padres y se han adaptado a la nueva dinámica familiar. Obtener apoyo puede ayudar a los padres a encontrar soluciones a todo tipo de desafíos, tanto prácticos como emocionales. 

Los padres también se deben acordar de cuidar de sí mismos. Reduzca el estrés buscando amigos que le brinden apoyo y sabiendo pedir ayuda cuando la necesite. Intente mantener algunas de las viejas tradiciones familiares, al tiempo que construye nuevos recuerdos a compartir. Mostrarle a su hijo cómo cuidar bien de la mente y el cuerpo en los momentos difíciles le puede ayudar a volverse más resiliente en la vida. 

Recuerde que la sinceridad, la sensibilidad, la autoconciencia y el tiempo les ayudarán en el proceso de sanación. 

Revisor médico: Maia Noeder, PhD
Fecha de revisión: marzo de 2023