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Descripción general

¿Qué es un trastorno del equilibrio?

El cerebro, los oídos, los ojos y el aparato óseo (los huesos) trabajan conjuntamente para ayudarnos a mantenernos firmes y erguidos. Si alguno de estos órganos o aparatos no funciona bien con el resto, puede haber problemas de equilibrio. Cuando existe un problema con el equilibrio, se denomina "trastorno del equilibrio".

Hay muchos tipos diferentes de trastornos del equilibrio. Los trastornos del equilibrio pueden causar mareos, vértigo (una sensación de que todo da vueltas) y otros síntomas que afectan la vida diaria del niño y su capacidad para alcanzar las diferentes etapas de crecimiento o aprendizaje.

Las cosas más importantes que debe saber

  • Los trastornos del equilibrio se producen cuando existe un problema con el equilibrio de una persona.
  • Entre los síntomas de este trastorno se incluyen los mareos, la pérdida del equilibrio, las náuseas, los vómitos o torpeza al caminar, andar en bicicleta o jugar (o un retraso en el aprendizaje de estas actividades).
  • Algunas afecciones, como el trastorno del espectro autista, la parálisis cerebral, la pérdida de audición, las infecciones del oído interno y las lesiones en la cabeza pueden aumentar el riesgo de tener problemas de equilibrio.
  • Es importante hacer un diagnóstico y comenzar un tratamiento lo antes posible con el fin de abordar los problemas de equilibrio y los retrasos en el desarrollo. Si hay algo que le preocupa, llame a su médico.

¿Cuáles son los distintos tipos de trastornos del equilibrio?

Entre los trastornos del equilibrio que pueden afectar a los niños y a los adolescentes, se incluyen los siguientes:

  • La tortícolis paroxística benigna del lactante, que por lo general se inicia durante los primeros seis meses de vida. Los niños con esta afección tienden a mantener la cabeza ladeada porque están muy mareados.
  • El vértigo paroxístico benigno de la infancia, donde el vértigo llega repentinamente. Los niños pueden parecer inestables durante breves períodos de tiempo. Los médicos buscarán otras causas neurológicas, como crisis convulsivas, antes de hacer un diagnóstico. Los episodios son breves y se detienen por sí solos. Algunos niños con vértigo paroxístico benigno de la infancia son más propensos a tener migrañas cuando llegan a la edad adulta.
  • El vértigo postural paroxístico benigno, que ocurre cuando las partículas cristalinas (llamadas "otolitos") se salen de lugar y se mueven a través de los canales semicirculares del oído interno. Esto es poco común en los niños, pero puede comenzar después de un traumatismo craneal, como una conmoción cerebral. Con frecuencia, los niños con vértigo postural paroxístico benigno expresan que tienen la sensación de que todo da vueltas durante unos segundos o minutos al cambiar de postura; por ejemplo, cuando se dan vuelta rápidamente al estar de pie o en la cama.
  • La neuritis vestibular, que se debe a una infección de origen viral. La infección causa inflamación en el nervio vestibular. El nervio vestibular envía información sobre el equilibrio desde el oído interno hasta el tronco encefálico. Los síntomas pueden ser graves durante unos días, para luego comenzar a mejorar gradualmente a lo largo de un par de semanas. Es posible que se tenga que hacer fisioterapia para recuperarse.
  • La laberintitis, que es una neuritis vestibular asociada a pérdida auditiva, está causada por una infección viral o bacteriana del oído interno.
  • El síndrome postconmocional, que ocurre cuando una persona continúa con síntomas (como mareos) después de mucho tiempo de haber sufrido la lesión.
  • La migraña vestibular, que son migrañas que causan vértigo, mareos o falta de equilibrio.

Con menos frecuencia, los niños y los adolescentes pueden tener:

  • Fístula perilinfática, que es un defecto de la conexión entre el oído interno y el medio. Puede aparecer después de un traumatismo y puede causar tanto pérdida de la audición como síntomas relacionados con el equilibrio.
  • La dehiscencia del canal semicircular, que es un defecto de uno de los órganos que controlan el equilibrio y que nos indica cuándo estamos girando. Esto puede hacer que una persona se sienta mareada después de escuchar sonidos fuertes.
  • La enfermedad de Meniere, que es un problema del oído interno capaz de causar vértigo, taponamiento del oído y pérdida fluctuante de la audición. Es más frecuente en adultos que en niños y adolescentes.

Signos y síntomas

¿Cuáles son los signos y los síntomas de los trastornos del equilibrio?

Algunos niños y adolescentes solo tienen síntomas leves que apenas se notan, mientras que otros tienen síntomas más graves. Los niños muy pequeños quizás no sean capaces de describir cómo se sienten. Los niños mayores y los adolescentes se pueden quejar de estar mareados, aturdidos o desorientados.

Los niños y los adolescentes con trastornos del equilibrio:

  • sienten que están inestables o mareados y les resulta difícil levantarse, caminar, girar en las esquinas o subir escaleras sin caerse, tropezar, chocar con objetos o perder el equilibrio.
  • caminan con las piernas muy separadas o no pueden caminar sin agarrarse a algo, especialmente en la oscuridad o en superficies irregulares.
  • tienen la sensación de que ellos mismos, o las cosas que les rodean, se mueven, giran o se deslizan, lo que se conoce como vértigo.

Entre otros signos, se incluyen los siguientes:

  • náuseas, vómitos y/o dolor de estómago
  • intolerancia al movimiento (mareo en el coche) o caídas frecuentes
  • movimientos oculares involuntarios o problemas de vista
  • dolores de cabeza o migrañas
  • retraso del desarrollo
  • cansancio o malestar
  • depresión, miedo, ansiedad o pánico

Las personas con trastornos del equilibrio también pueden tener pérdidas auditivas u otros problemas auditivos. Los sonidos pueden parecer amortiguados, especialmente cuando hay ruido de fondo. Los niños también pueden tener dolor de oído, presión o sensación de tener los oídos "tapados", así como tinnitus o acúfenos (zumbidos u otros sonidos, como ronroneos o murmullos, dentro del oído).

Cómo puede verse afectado el aprendizaje

En la escuela, los problemas de equilibrio tal vez hagan que sea difícil recordar cosas, concentrarse, prestar atención y seguir instrucciones. Los niños quizás no sean capaces de escuchar al profesor o de concentrarse en la pizarra, la pantalla o las tareas escolares. Los problemas relacionados con el equilibrio pueden hacer que las clases de gimnasia y el deporte resulten muy difíciles.

Los niños y adolescentes pueden sentirse frustrados porque sienten que no pueden hacer algunas cosas que quieren o necesitan hacer.

¿Cuándo debería llamar al médico?

Los mareos y la torpeza pueden ser signos de un trastorno del equilibrio, pero también pueden estar causados por otros tipos de problemas. Por ejemplo, un niño se puede marear porque está deshidratado o porque se ha puesto de pie demasiado deprisa. Y muchos niños tropiezan y se caen a veces, especialmente los niños pequeños y los de edad preescolar.

Pero si uno o más signos de los trastornos del equilibrio ocurren a menudo o con regularidad, explíqueselo al médico de su hijo para que lo evalúe. Diagnosticar y tratar los trastornos del equilibrio temprano puede ayudar a los niños a volverse más estables y más coordinados, a hacer las cosas que les gusta hacer y a sentirse mejor.

Causas y prevención

¿Cuáles son las causas de los trastornos del equilibrio?

Los médicos no siempre logran saber cuál es la causa de un problema relacionado con el equilibrio. Pero los síntomas pueden ser causados por muchas cosas, como las siguientes:

  • lesiones en los oídos, la cabeza y el cuello
  • ototoxicidad (medicamentos que dañan al oído) o pérdida de la audición
  • migrañas
  • infecciones del oído medio (otitis media) o colesteatoma
  • otras infecciones (como el virus del herpes, la varicela, los resfriados, la gripe, la meningitis, el sarampión, las paperas o la rubéola)
  • mareo por movimiento o convulsiones

Los niños con antecedentes familiares de problemas auditivos o vestibulares (equilibrio), migrañas o mareo por el movimiento son más propensos a tener trastornos del equilibrio.

¿Se pueden prevenir los trastornos del equilibrio?

Los trastornos del equilibrio no suelen poder prevenirse, especialmente si son hereditarios. Pero hay medidas que se pueden tomar para ayudar a proteger al niño y reducir los riesgos.

  • Mantenerse activo. Hacer ejercicio de forma regular puede ayudar a mejorar el equilibrio y la coordinación.
  • Organizar actividades divertidas. Balancearse y girar puede ayudar a mejorar el equilibrio de su hijo.
  • Comer bien. Sirva alimentos saludables como parte de una dieta equilibrada.
  • Evitar las lesiones en la cabeza. Asegúrese de que su hijo use equipo de seguridad, como cascos especiales para andar en bicicleta.
  • Estar atento a posibles problemas de oído. Si su hijo se tira de la oreja o dice que le duele el oído, consulte con el médico.
  • Tener un hogar seguro. Reduzca el riesgo de lesiones creando un entorno seguro. Por ejemplo, retire los objetos que obstruyan los pasillos.

¿Cómo se diagnostican los trastornos del equilibrio?

Para diagnosticar un problema del equilibrio, el médico preguntará sobre los síntomas y hará una exploración física del niño, que incluirá observar su marcha, comprobar cómo mantiene el equilibrio y evaluar sus habilidades motoras. Su médico también le preguntará sobre el historial médico familiar.

Es posible que el médico desee que el niño vea a un audiólogo (especialista en audición y equilibrio), un otorrinolaringólogo (especialista en oído, nariz y garganta), un fisioterapeuta y/o un neurólogo (especialista en el cerebro y el sistema nervioso) para realizarle más pruebas.

Entre las pruebas que se realizan para detectar un problema se incluyen las siguientes:

  • pruebas de diagnóstico por la imagen, como una tomografía computada (TC) o una resonancia magnética (RM)
  • pruebas de audición para comprobar la sensibilidad auditiva y el funcionamiento del oído medio
  • electronistagmografías para evaluar el equilibrio usando unos electrodos que se colocan alrededor de los ojos mientras una computadora registra los movimientos involuntarios del ojo
  • videonistagmografías, que miden el movimiento de los ojos mientras el niño enfoca la mirada en diferentes puntos, utilizando unas gafas especiales con cámara de vídeo incorporada.
  • potenciales vestibulares miogénicos evocados, en los que se colocan electrodos en la cabeza y el cuello para medir las contracciones de los músculos del cuello y la cabeza (cervicales) y los movimientos de los ojos (oculares) en respuesta a chasquidos a volumen elevado
  • prueba de video impulso cefálico, que usa unas gafas especiales para comprobar las partes del oído interno mientras se mueve la cabeza en diferentes direcciones
  • prueba de la silla giratoria, en la que se usan gafas y una silla especial para evaluar la función vestibular y detectar si existen diferencias entre ambos oídos
  • posturografía, que mide la capacidad del niño para mantener el equilibrio mientras está de pie sobre una plataforma estable o inestable
  • cuestionarios sobre equilibrio para niños que pueden describir el grado de mareo que experimentan a lo largo del día mientras realizan distintos tipos de actividades

Tratamiento y cuidado en casa

¿Cómo se tratan los trastornos del equilibrio?

Algunos tipos de trastornos de equilibrio desaparecen por sí solos. Hay otros tipos donde los síntomas vienen y van o se prolongan durante varias semanas, meses o más.

En función de cuál sea su causa, los medicamentos o la cirugía pueden ayudar a algunos niños. La fisioterapia específica puede ayudar a mejorar la coordinación y la fuerza.

La terapia de equilibrio (también llamada "rehabilitación vestibular"), que se realiza con un fisioterapeuta, puede incluir ejercicios que ayudan a fortalecer los músculos de las piernas y el torso. Esta terapia puede ayudar a los niños a mejorar el equilibrio y la coordinación, así como a controlar sus síntomas.

Tratar las pérdidas auditivas también puede ayudar a mejorar el equilibrio.

Los problemas de equilibrio influyen en la salud y el bienestar, por lo que, si tiene alguna inquietud sobre el equilibrio, la audición, los hitos del desarrollo o la salud auditiva de su hijo, comuníquese con su médico de inmediato.

Fecha de revisión: diciembre de 2025