¿Cómo se diagnostica el asma?
Para diagnosticar el asma, el médico hará una exploración física al paciente y le hará preguntas sobre sus antecedentes médicos, que incluirá información sobre si algún otro miembro de su familia tiene o ha tenido asma.
Es posible que el médico haga pruebas como una espirometría o que utilice un medidor de flujo espiratorio máximo. Ambas pruebas implican soplar aire dentro de unos aparatos que miden lo bien que funcionan los pulmones. Las pruebas de alergia o unos ejercicios especiales (llamados pruebas de esfuerzo) pueden indicar al médico si el asma lo desencadena algún alérgeno o la actividad física. A veces, los médicos solicitan radiografías de tórax para descartar otros problemas.
¿Cómo se trata el asma?
El asma no tiene cura, pero se suele poder controlar previniendo las crisis asmáticas. El tratamiento del asma tiene dos componentes importantes: evitar los desencadenantes y tomar medicamentos.
Evitar los desencadenantes
La gente con asma necesita evitar las cosas que le pueden provocar crisis asmáticas. Por descontado, hay algunos desencadenantes que no se pueden evitar por completo (como estar acatarrado). Pero la exposición a otros desencadenantes, como la caspa animal, sí que se puede controlar.
Mantén tu entorno libre de alérgenos potenciales, como el polvo o el humo del tabaco fumado por otras personas. No fumes (o, si eres fumador, déjalo). Presta atención a las predicciones meteorológicas y quédate en casa o limita el ejercicio físico en el exterior cuando sepas que el tiempo o la contaminación te podrían afectar.
Los médicos ayudan a los niños con asma inducida por el ejercicio a gestionar las actividades físicas, en vez de a evitarlas. El ejercicio físico puede ayudar a la gente a mantenerse sana. Los médicos pueden a ayudar a la gente con asma a encontrar tratamientos que les permitan participar en el deporte; de hecho, muchos atletas profesionales tienen asma.
Tomar medicamentos
La mayoría de los medicamentos para el asma se respiran para que lleguen directamente a los pulmones (o se "inhalan"), pero también los hay en forma de comprimidos y de jarabes. Los dos tipos de medicamentos son los siguientes.
- Medicamentos de alivio rápido, que actúan de inmediato. Se pueden usar según sea necesario durante las crisis asmáticas. Actúan deprisa, pero sus efectos no duran mucho. Estos medicamentos también se conocen como medicamentos "de efecto inmediato" o "de rescate".
- Medicamentos de control a largo plazo, que permiten controlar el asma, al prevenir que ocurran los síntomas en primer lugar. Mucha gente con asma necesita medicarse diariamente para controlar el asma. Estos medicamentos ayudan a prevenir las crisis asmáticas antes de que ocurran. Actúan de una forma diferente que los medicamentos de alivio rápido porque tratan el problema subyacente de la inflamación de las vías respiratorias, en vez de los síntomas (tos, respiración sibilante, etc.) que causa. Estos medicamentos también se llaman "preventivos" o "de mantenimiento".
Los medicamentos de control a largo plazo tardan días o incluso semanas en empezar a hacer efecto. Su uso regular debería reducir la necesidad de utilizar medicamentos de alivio rápido, pero se tienen que tomar cada día o no pueden hacer bien su trabajo.
Alguna gente con asma solo necesita medicamentos de alivio rápido; y hay otras personas que necesitan ambos tipos de medicamentos para mantener el asma bajo control.
Cuidar del asma puede parecer agobiante, sobre todo al principio. Por eso, la gente que padece asma necesita colaborar estrechamente con su médico para que este pueda crear un plan de acción contra el asma adecuado solo para ella. Ese plan, puesto por escrito, te indicará cuándo te debes tomar tus medicamentos, qué desencadenantes debes evitar, cuándo deberías ir a un servicio de urgencias médicas, y más. Consúltalo a menudo.
¿Qué más debería saber?
La mejor forma de controlar el asma consiste en saber prevenir las crisis asmáticas. Hazlo, siguiendo tu plan de acción contra el asma y evitando tus desencadenantes, tomando cualquier medicamento que te recete el médico y en las dosis que él te indique y poniéndote la vacuna antigripal cada año.
Es posible que el médico también te pida que lleves un registro de tus síntomas en tu diario del asma. Esto puede ayudar a que tu médico sepa cómo te encuentras después de medicarte. Es posible que tu médico también te pida que uses un medidor de flujo espiratorio máximo como forma de supervisar tu asma.
Cuidarte tu asma puede suponer un poco de trabajo. Pero, si sigues tu plan de acción contra el asma, tomas la medicación adecuadamente, aprendes a reconocer tus síntomas y tus desencadenantes y te haces controles médicos con regularidad, podrás hacer todo cuanto puede hacer la gente que no tiene asma.
Revisado por: Bonnie B. Hudak, MD
Fecha de revisión: septiembre de 2017