Es probable que haya escuchado a sus padres decir “El desayuno es la comida más importante del día”. Pero ahora es usted el que lo dice. Y se los dice a sus hijos adormecidos, exhaustos y de mal humor, que insisten en no tener hambre cuando usted trata de darles de comer y organizarlos por la mañana.
Aún si toma un desayuno sano todas las mañanas, es un desafío alimentar bien a los niños y a tiempo para llegar a la escuela, la guardería o un día de juego. Pero es importante intentarlo. A continuación le indicamos cómo hacer que el desayuno sea más atractivo.
¿Por qué es importante el desayuno?
El desayuno es el momento ideal para darle al cuerpo la energía que necesita. Los niños que desayunan tienden a ser más sanos que el resto de los niños y son más propensos a participar en actividades físicas —dos maneras excelentes de mantener un peso saludable.
Saltear el desayuno hace que los niños estén casados e irritables. Por la mañana, el cuerpo de estos niños debe recuperar la energía perdida durante las 8 a 12 horas de sueño para poder funcionar bien durante el resto del día. El humor y la energía de estos niños pueden caer rápidamente a media mañana si no hacen una comida (aunque sea pequeña) por la mañana.
El desayuno también puede ayudar a mantener el peso de los niños estable. El desayuno pone en movimiento al metabolismo, el proceso por el cual el cuerpo convierte las calorías de la comida en energía. Y cuando el metabolismo comienza a funcionar, el cuerpo quema calorías.
Además, las personas que no desayunan, por lo general consumen más calorías durante el resto del día y tienen más posibilidades de sufrir de sobrepeso. Esto sucede ya que cuando una persona saltea el desayuno, tiene hambre antes del almuerzo y tiende a consumir bocadillos con un alto contenido de calorías, o come demasiado durante el almuerzo.
La energía que el desayuno le da al cerebro
Es importante que los niños desayunen todos los días, pero qué se come por la mañana también es crucial. Es importante elegir alimentos que sean ricos en granos enteros, fibra y proteínas, pero bajos en contenido de azúcar, de tal manera que ayuden a aumentar la atención, la concentración y la memoria necesarios para aprender en la escuela.
Los niños que desayunan tienen más posibilidades de ingerir fibra, calcio y otros nutrientes importantes. También suelen mantener su peso bajo control, tienen niveles de colesterol más bajos, menos ausencias escolares y van menos veces a la enfermería de la escuela por dolores de estómago relacionados con hambre.