Partos hospitalarios
Si usted decide dar a luz en un hospital, encontrará distintos profesionales de la salud:
Los obstetras/ginecólogos (OB/GIN) son médicos que, tras completar la licenciatura en medicina, se especializan (durante un mínimo de 4 años) en la salud de la mujer y la reproducción, incluyendo tanto los cuidados farmacológicos como los quirúrgicos. Pueden atender embarazos de alto riesgo o con complicaciones y practicar cesáreas.
Deberá buscar un obstetra que haya pasado el examen de la American Board of Obstetrics and Gynecology (ACOG, Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos). Los obstetras titulados que se siguen formando para poder atender embarazos de alto riesgo se denominan especialistas en medicina materno-fetal o perinatólogos.
Si da a luz en un hospital, también puede utilizar los servicios de una enfermera comadrona titulada, conocida en EE.UU. por las siglas CNM (certified nurse-midwive o CNM). Las enfermeras comadronas son enfermeras diplomadas en obstetricia, lo que significa que están preparadas para atender embarazos y partos de bajo riesgo. La mayoría de estas enfermeras asisten partos en hospitales o clínicas de maternidad, aunque hay algunas que asisten partos a domicilio.
Aparte de los médicos obstetras y de las enfermeras comadronas tituladas, las enfermeras diplomadas asisten partos para atender a la madre y al bebé. Si va a dar a luz en un hospital universitario, es posible que también estén presentes en el parto estudiantes de medicina o médicos residentes. Algunos médicos de familia también ofrecen cuidados prenatales y asisten partos.
Mientras usted esté en el hospital, si decidiera que la anestesiaran o si este procedimiento fuera necesario, siempre le administraría la anestesia un anestesista con experiencia. En el ámbito hospitalario, se pueden utilizar distintas medidas para controlar el dolor, incluyendo los analgésicos y las anestesia local, epidural y general.
Centros de maternidad
Las mujeres que dan a luz en centros o clínicas de maternidad suelen ser aquellas que ya han dado a luz previamente sin problemas y cuyos embarazos se consideran de bajo riesgo, lo que significa que tienen un buen estado de salud y menos probabilidades de tener complicaciones.
Las mujeres con embarazos múltiples, las que padecen ciertas afecciones médicas (como diabetes gestacional o hipertensión arterial), o aquellas cuyos bebés vengan de nalgas, se consideran de alto riesgo y no deben dar a luz en una clínica de maternidad.
Las mujeres que acuden a estas clínicas se someten a cuidadosas revisiones y pruebas durante la primera etapa del embarazo y reciben cuidados prenatales para controlar su salud durante todo el embarazo.
En las clínicas de maternidad, la meta principal es el parto natural. Puesto que no se suele ofrecer anestesia epidural, las mujeres pueden moverse libremente durante la fase de dilatación, adoptar las posturas en que se encuentren más cómodas, relajarse en el jacuzzi, etc. A menudo se utilizan medidas para reconfortar a la mujer (como hidroterapia, masajes, compresas tibias y frías y técnicas de visualización y de relajación). La mujer puede comer o beber si así lo desea.
En los centros de maternidad, trabajan distintos profesionales de la salud: enfermeras diplomadas (RN), enfermeras comadronas tituladas (CNM) y doulas (profesionales formadas para brindar apoyo durante el parto y/o atención posparto).
A pesar de que es raro que los médicos estén presentes durante el parto y de que las operaciones sean muy poco frecuentes, los centros de maternidad pueden trabajar con especialistas en obstetricia y pediatría. Los profesionales vinculados a una clínica de maternidad trabajan conjuntamente, en equipo, estando siempre presentes las enfermeras comadronas y disponibles los especialistas en obstetricia y ginecología, por si una mujer presentara alguna complicación durante el embarazo o el parto que pudiera colocarlo en la categoría de alto riesgo.
La frecuencia cardíaca del bebé se suele monitorizar durante el parto, típicamente mediante un ecógrafo portátil Doppler. Los centros de maternidad disponen de equipos médicos, incluyendo vías y líquidos intravenosos (VI), oxígeno para la madre y el lactante, y otros equipos necesarios para tratar a madres y bebés enfermos.
En un centro de maternidad se puede controlar el dolor mediante procedimientos naturales o bien administrando narcóticos suaves, pero, si una mujer quisiera que le administraran anestesia epidural, o si surgieran complicaciones, debería ser trasladada a un hospital.
Los centros de maternidad a menudo ofrecen una experiencia de alumbramiento íntima y acogedora para la madre, el bebé y la familia entera. En la mayoría de los casos, estos centros están ubicados en edificios independientes, aunque pueden estar adosados a hospitales. Los centros de maternidad suelen encontrarse en zonas residenciales y suelen incluir servicios como habitaciones individuales con luz suave, duchas y bañeras provistas de hidromasaje. A veces también disponen de cocina para que la utilice la familia.
Busque un centro de maternidad que disponga de un certificado emitido por la Commission for the Accreditation of Birth Centers (CABC). Algunos estados regulan legalmente las clínicas de maternidad, por lo tanto, infórmese sobre si el centro que usted ha elegido tiene todos los permisos en regla.