¿Qué hacen los médicos?
La mayoría de los niños que se enteran de que presentan un prolapso de la válvula mitral adquieren esta información en una de sus revisiones ordinarias. El médico puede estar auscultando (escuchando el corazón) al niño y oír un chasquido o un soplo. En estos casos, el médico enviará al niño a un cardiólogo pediátrico, un médico especializado en tratar las afecciones del corazón en niños.
El cardiólogo, en primer lugar, hablará contigo y con tus padres, haciendo preguntas sobre tu salud. Luego te examinará y te auscultará. Es posible que el médico te pida varias pruebas, como un ecocardiograma (ECG) y un electrocardiograma (EKG). Estas pruebas podrán ayudarle a averiguar qué es lo que provoca los distintos sonidos detectados en tu corazón.
El ECG y el EKG son unas pruebas que no duelen en absoluto. En el EKG, te estirarás en una camilla y un médico o enfermero te pegará unas pequeñas etiquetan sobre el pecho. Esas etiquetas estarán conectadas a unos cables que conducirán a una máquina encargada de registrar la electricidad procedente de tu corazón. La máquina irá dibujando unas líneas serpenteantes que representarán tus latidos cardíacos y que el cardiólogo deberá analizar. Esta prueba suele durar unos diez minutos.
El ECG utiliza las ondas sonoras para elaborar una imagen del corazón y de la sangre que fluye a través del mismo. Para hacerte esta prueba, también deberás estirarte en una camilla y el médico o una persona formada especialmente para aplicarla (técnico en ecocardiograma) te colocará gel (similar a la gelatina) sobre el pecho. Es posible que notes el gel, que ayuda a que la imagen del corazón quede más clara, un poco frío y pegajoso.
Seguidamente la persona que te practique la prueba te presionará suavemente el pecho utilizando un tubo (sensor) de plástico que irá desplazando sobre tu piel. Mientras se vaya moviendo, el sensor irá tomando distintas imágenes de tu corazón. Los ECG duran más que los EKG, en torno a 30 minutos. (A menudo, los niños pueden ver un vídeo durante la prueba para no aburriese). Si padeces un prolapso de la válvula mitral, el médico debería poder detectarlo en la imagen de tu corazón.
Si el médico descubre que presentas un prolapso de la válvula mitral, lo más probable es que esta afección no requiera tratamiento alguno.
En pocos casos, los niños necesitan tomar medicamentos para ayudar al corazón a bombear la sangre al resto del cuerpo o para que el corazón lata con un ritmo más regular. En contadas ocasiones, los niños pueden requerir una operación para corregir una válvula mitral que cierra muy mal y por la que vuelve una gran cantidad de sangre.